La mandaban a lavar los platos pero no los escuchó: la historia de la argentina pionera en el Dakar
Calor extremo, dunas vírgenes y un inmenso paisaje desértico. Así era el paisaje inhóspito que ella se aventuró a atravesar una semana, arriba de una camioneta alquilada y rodeada de hombres de más de 50 países. Alicia Reina, de 44 años, se convirtió así en la primera mujer argentina en competir en el rally Dakar y también fue pionera en el mundo del automovilismo nacional.
De perfil bajo, voz dulce y a cargo de un corralón familiar, Alicia comenzó hace dos décadas a disfrutar de su pasión por manejar. El "bichito" de los fierros le había picado a los 11 años cuando estuvo al frente de un volante por primera vez.
"Me casé muy joven, a los 18 años, y tuvimos dos hijas: Florencia de 25 y Carla de 22. Recién a los 23 o 24 comencé a correr a la par de mi marido", dijo Catriel, en diálogo telefónico desde Río Negro.
El amor con su pareja venía de la mano de la pasión compartida por las carreras. Esto hizo que Alicia y Adrián comenzaran a competir juntos en karting en el regional de Río Negro y Neuquén. El resultado: la joven veinteañera ganó tres campeonatos seguidos.
"Comencé a competir porque Adrián también lo hacía en karting, con caja en tierra, y me sumó a esa actividad. Luego él saltó a correr en cuatriciclos y yo lo seguí. La modalidad acá es tipo safari a campo traviesa. Hice algo de safari y luego él pasó a correr el rally. Yo me sumé con un 147 en el regional que se corría en Río Negro y Neuquén", detalló la corredora, que se destacó en cada nuevo desafío.
Luego fue el turno del rally nacional y, tras algunas competencias aisladas en el 2007, Alicia se animó a disputar todo el campeonato el año siguiente. "En el 2008 ya hice todo el campeonato y mi navegante (o copiloto) era otra mujer, Gabriela Bevilacqua. Quedamos subcampeonas en el 2009", relató orgullosa y luego recordó un punto de inflexión: "Adrián quiso que yo corriera el nacional y cuando arranqué con eso, él se bajó y se dedicó a mi carrera deportiva, a ser mi manager".
"Andá a lavar los platos"
"Era la única mujer y tenían puesta la mirada en lo que hacía una mujer arriba del auto. Por ejemplo, si yo me equivocaba en una curva, me mandaban a lavar los platos. Si lo hacía un varón, estaba todo bien porque es parte de la carrera. Me costó mucho porque soy perfil bajo", contó la corredora que reconoció que ni en sueños se imaginaba participando del Dakar, la emblemática y tradicional competencia mundial que comenzó en 1978.
Esa posibilidad llegó en 2013. "Mi marido me preguntó si me gustaría correr el Dakar, le dije que sí, pero me causó gracia porque estábamos hablando de palabras mayores. No teníamos ni camioneta, ni nada y competir costaba mucho dinero. En ese momento, Adrián me dijo: ‘Vamos a alquilar una camioneta para probar y, si te gusta, vamos a correr el Dakar’", contó Alicia.
Llegar a la máxima competencia internacional no fue algo sencillo para la corredora. "Fue un año de mucho sacrificio. Tenía que entrenar físicamente mucho. Logramos llegar y estar en la largada del Dakar en el 2014".
Sobre su debut y el hecho de ser la primera mujer argentina en ese desafío, dijo: "Siempre me sentí un piloto más. Hubo mucho reconocimiento de la gente en el camino y de los organizadores. Ese año, logramos terminarlo. Fue algo increíble y con mucho reconocimiento. Ahora hay más mujeres corriendo en otras categorías y es como decir, 'nosotras podemos lograrlo'. Haberlo terminado sirvió para demostrar eso. Trabajamos todo ese año para estar en el Dakar 2014. Estuvimos en cinco Dakar seguidos".
El Rally Dakar, desde sus orígenes fue un espacio de hombres. Recién fue a fines de los años 80 que la alemana Jutta Kleinschmidt rubricó su nombre en la competencia que se realizó primero en Europa y África y luego desembarcó en Sudamérica en los lugares más áridos e inhóspitos.
A Kleinschmidt le siguieron su compatriota Stefanie Manns, en autos; la española Laia Sanz, en motos; la italiana Camelia Liparoti, en cuatriciclos; la chilena Josefina Gardulski, en motos; la colombiana Martha Mariño, en autos y, desde 2013, Alicia Reina. En la edición 2018 fueron 11 mujeres las que participaron entre 525 competidores de 54 países.
Un ejemplo a seguir
"A mi hija más grande le gustan los vehículos. No el rally, pero sí compitió en motocross y safari. Luego se fue a estudiar a Córdoba y lo postergó un poco. Lo que hacen las dos ahora, allá en Córdoba, es jugar al rugby. No somos una familia normal", dijo entre risas y destacó con orgullo: "Las dos juegan en el seleccionado de Córdoba y Carla, además, está convocada para el seleccionado nacional para ser una Puma".
Al ser consultada sobre qué consejos le daría a una chica que quiere competir, aseguró: "Hay que intentarlo, hacerlo. Yo hasta en moto corrí, no tenía idea y me caí mucho. Pero siempre hay que intentarlo, más si es la pasión de una. Puede salir bien o mal, pero hay que hacerlo y seguir detrás de los sueños. Para mí correr el Dakar fue un sueño que se dio después de muchos años y trabajo en equipo con la gente que me acompaña".
Sobre su próximo sueño, dijo emocionada: "Me marcó mucho el Dakar. Fue un antes y un después. Nosotros comenzamos muy de abajo. En el tercer año logramos tener un vehículo, Este año se nos incendió. Estamos trabajando con un nuevo proyecto para armar una nueva camioneta con todos los costos que eso tiene. La pasión y las ganas están así que vamos a intentarlo de nuevo".
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