Fueron ocho años de refinada construcción , cuidando cada detalle al extremo. Viajes a Francia para comprar los mejores materiales y hasta el órgano más grande que hay en la actualidad en el país. Lujo, buen gusto y una construcción neogótica-románica cuyo exterior quedó casi tapado por un "amor prohibido" en la aristocracia porteña. Así nació la Basílica del Santísimo Sacramento, en el barrio porteño de Retiro .
"Si yo vivo en un palacio, mi Dios se merece vivir también en uno igual o mejor", fue la frase que repitió como mantra Mercedes Castellanos de Anchorena, quien encargó el diseño del templo a los arquitectos franceses Alfred Coulomb y Louis Pierre Léopard Chauvet. La construcción, que comenzó el 25 de marzo de 1908, estuvo a cargo del arquitecto salesiano Ernesto Vespignani. La inauguración del templo, con forma de cruz latina y tres naves, llegaría días después del centenario de la Independencia, el 16 de julio de 1916.
¿Por qué es considerada una joya de la arquitectura y el lugar elegido por famosos como Diego Maradona y Valeria Massa para casarse? Con solo cruzar el umbral de la entrada principal, al que se accede a través del pequeño pasaje Corina Kavanagh, se puede apreciar el altar de oro con mármoles y onix de Marruecos, que conservan el mismo brillo tras más de un siglo de vida.
En el Altar Mayor se luce la Gran Custodia, una obra magistral de la casa francesa Poussielgue Rusand, que data del 1900 y sobre la cual se diseñó toda la basílica. La construcción consta de cinco torres, tres que pueden ver desde la fachada central. En el centro de esa construcción se destaca una estatua del Beato Julián Pedro Eymard, quien fuera el fundador de la Congregación del Santísimo Sacramento.
Para la construcción de la basílica, de estilo neogótico, se trajeron desde diferentes lugares del mundo los materiales más nobles e importantes de la época. A la Gran Custodia se le sumaron imponentes vitrales y ornamentos de mármol que atraviesan toda la basílica y la cripta, situada cuatro metros bajo tierra. Además, cuenta con detalles en granito azul, bronce y mosaico veneciano. Sin embargo, la fachada a pleno se pudo disfrutar menos de dos décadas.
También lo que es carpintería fue confeccionada en Europa por los tallistas de la Casa Wespelaere en Brujas, Bélgica. Como cierre de tanta majestuosidad, quien ingrese por la nave principal y se pare de espaldas al altar podrá ver el frente del órgano, comprado por la propia Mercedes Castellanos de Anchorena directamente a la casa Mutin Cavaillé-Coll, de París. Tiene cinco mil tubos y es el más grande en funcionamiento en la actualidad en el país.
La cripta donde yacen los restos de Mercedes
Pero si la parte principal de la Basílica genera asombro por su ornamentación, la cripta que se encuentra en el subsuelo y tiene el mismo tamaño que la principal no se queda atrás. En ambos espacios se pueden alojar hasta 800 personas.
Fue esta cripta la primera en inaugurarse en 1911, cinco años antes de que finalizara la construcción de la Basílica. Allí, en la parte opuesta al altar, se encuentra la bóveda que Mercedes había diseñado para que ser sepultada junto a toda su familia. Sin embargo, solo sus restos se encuentran allí.
Antes de su muerte, la mujer recibió el título de condesa pontificia y la condecoración de la Rosa de Oro de parte del Vaticano, una de las máximas distinciones del catolicismo para los laicos.
El piso del subsuelo se conserva tal cual desde la construcción. Es de granito y fue traído de Alemania. El tamaño de las columnas de una sola pieza, que dividen las tres naves, es aún mayor que las de la primera planta. La robusteza se debe a que sirven de apoyo al resto de la Basílica.
En este sector, también hay bancos de madera construidos por la Casa Wespelaere. Además, los mármoles y artefactos de luces son de origen italiano.
En el altar, revestido de piedra ónix, se encuentra una de las piezas más refinadas de la cripta. Se trata de el baldaquino, donde se coloca la custodia con el Santísimo para su adoración. La particularidad es que está construido en una sola pieza, algo que es muy difícil de conseguir.
Al construir la cripta, Vespiniani quitó del proyecto inicial dos hileras de columnas, con las que Mercedes Castellanos de Anchorena hizo construir otra iglesia: Nuestra Señora de las Mercedes, situada en Echeverría al 1300, en Belgrano.
En la época de mayor auge era tal la demanda de personas para contraer matrimonio en la Basílica que se llevaban de a dos a la vez, uno en la primera planta y otro en el subsuelo.
Tres versiones de un amor prohibido
Uno de los motivos por los que el exterior de la Basílica no se puede apreciar en su máximo esplendor es por la construcción del edificio Kavanagh, el primer rascacielos de la Argentina inaugurado en 1936. Las leyendas aseguran que su origen y construcción en tiempo récord -se levantó en solo 14 meses- se debe a una disputa entre Mercedes Castellanos de Anchorena y Corina Kavanagh.
La primera de las versiones, y la más difundida popularmente, asegura que un amor no autorizado por la creadora de la Basílica culminó con la construcción del edificio de viviendas que cuenta con 105 departamentos en la actualidad.
Esta versión asegura que una hija de Corina se había enamorado de un hijo Mercedes. Al enterarse del romance, la mujer de familia patricia se habría opuesto a la unión porque, si bien los Kavanagh eran una familia irlandesa adinerada, carecían de la estirpe señorial que demandaba la época para pertenecer al clan Anchorena.
Al saber del desaire hacia su hija de su frutada consuegra, Corina habría montado en cólera y decidido construir el rascacielos de 120 metros de forma tal que Mercedes Castellanos de Anchorena no pudiera ver más desde su casa (donde hoy funciona la Cancillería Argentina) la majestuosa basílica que había construido.
Sin embargo, en la recorrida que hizo LA NACION por el templo, al consultar al personal que trabaja allí contaron una versión diferente del amor. En este caso, se trataba de un amor prohibido.
"Lo que en realidad pasó es que la hija de Kavanagh se enamoró del chofer de Mercedes Castellanos de Anchorena. Ella avaló este amor, a pesar de la diferencia de clase, y fue una de las promotoras para que la relación creciera", contaron a LA NACION. "Cuando Corina descubre esta relación prohibida y quién había ayudado a que el vínculo creciera, es que decide construir el edificio a modo de venganza".
Pero, una vez más, los mitos populares parecen no tener correlato con la realidad. Adolfo Lucas Brodaric, que trabaja en la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos y reconstruyó el origen de la Basílica, dio una tercera versión de los hechos.
"Lo del amor no correspondido no es cierto. Es un mito", dijo Broderic y detalló: "Busqué los registros de la época y Corina Kavanagh se casó tres veces, pero nunca tuvo hijos. Entonces, ¿cómo puede ser que una hija suya se haya enamorado de un Anchorena? No hay un registro en el país que demuestre que Kavanagh fue madre".
"Otro dato que sirve para derribar ese mito es que pasó más de una década entre la muerte de Mercedes Castellanos de Anchorena y la construcción del rascacielos. La mujer que mandó a construir la basílica murió en julio de 1920. El Kavanagh comenzó a construirse en 1932, es decir, 12 años después", remarcó el historiador, que escribió un libro sobre el templo.
Ante la consulta del por qué de las diferentes versiones en torno a la pelea, sugirió: "Ninguna de las dos historias que te contaron son correctas. En todo caso, si hubo un amor prohibido, o no aprobado por Mercedes Castellanos de Anchorena, podría haber sido entre uno de sus hijos y Corina Kavanagh, aunque eso no lo podemos saber".
Fotos: Santiago Filipuzzi
Edición Fotográfica: Enrique Villegas
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