La magia de los astros y de un pueblito patagónico
CAMARONES (De una enviada especial).- El eclipse anular de sol llega a su momento culminante y la luz ambiente se apaga hasta lograr los colores del atardecer en plena mañana. Cientos de fotógrafos, profesionales y aficionados disparan sus cámaras. Junto al mar y las rocas coloradas está Teodoro Nurnberg. Reconocido fotógrafo profesional de Comodoro Rivadavia, con sus 85 años trajo su experiencia a este pueblo y se dio el lujo de capturar por segunda vez un eclipse en Chubut.
La primera fue en Punta del Marqués, Rada Tilly, hace 30 años. "Usé una Canon con película. Tenía tres cámaras. Dos con película, una color y otra blanco y negro, y otra con diapositiva. Con tres trípodes. Fue también a la mañana y nos juntamos varios. La foto salió en el diario, tengo el recorte", recuerda.
Esta vez, lo acompañó una cámara digital. "Ahora es todo más instantáneo. En estos registros es tan fuerte el contraste que no hay lugar para las diferencias de tonos. Se trata de captar el fenómeno", detalla.
Orgullo
A pocos metros, el aficionado Wildo Villar prepara su cámara y practica el foco. Muestra, orgulloso, la captura del inicio del eclipse con la luna "pisando" parte del sol. "Me gusta sacar fotos y me dedico mucho a los paisajes. No podía perderme este evento único", dice.
Hubo otros más osados: Jorge y Mariela Cáceres usaron el eclipse como la excusa para venir a la Patagonia. "Nos debíamos este viaje y estamos felices de hacerlo viendo algo que no se repetirá durante al menos los próximos 30 años", asegura la mujer. Oriundos de Mendoza, están dispuestos a seguir viaje hasta Ushuaia. Jorge agrega: "Nos encontramos con este pueblito prolijo y bien patagónico. De techos de chapa. Acá no sobra ni falta nada. Es mágico".