La Justicia investiga denuncias de abuso sexual en un jardín de infantes del conurbano: habría al menos siete víctimas
Los acusados son dos maestras y un hombre externo a la institución, de San Antonio de Padua, que permanece cerrada
- 5 minutos de lectura'
El sábado por la tarde, Daniela Mansilla, de 27 años, intentó hablar con su hija de cinco años sobre los casos de abuso sexual que habrían sufrido varios alumnos dentro del jardín de infantes N° 907, ubicado en la localidad bonaerense de San Antonio de Padua, partido de Merlo.
“Mi nena me contó que en el jardín había un sapo verde que era malo. Después se tapó con una frazada y se puso a llorar. A los dos días habló un poco más con mi suegra. Se refirió a un monstruo y dijo que vio a la señorita haciéndole perrito a un compañero. La maestra le pegó en la mano y le dijo que si decía algo le iba a arrancar la cabeza a ella y a sus papás. La llevé al médico forense y confirmó que fue manoseada”, dijo Mansilla a LA NACION.
De acuerdo a la mujer, hoy el número de víctimas confirmadas ascendería a 20 y habría otras 30 en investigación. “Los nenes están hablando de dos maestras y un hombre, que sería el hijo de una de ellas”, dijo Mansilla.
Claudio Oviedo, fiscal titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°5 del Departamento Judicial de Morón, dijo a LA NACION que formalmente existen dos denuncias concretas, pero que, según las declaraciones de 18 padres, las víctimas hasta el momento serían siete.
El fiscal explicó que el lunes por la tarde la policía científica realizó una inspección con levantamiento de rastros en el jardín y secuestró varios disfraces como los descriptos en las declaraciones, después de que un grupo de padres se apersonara en la puerta del jardín para reclamar respuestas y se diera una situación violenta. Al día siguiente, por orden del fiscal que estaba de turno en el momento de la manifestación de los padres, se dispuso tomarles declaración a las familias. “Fueron 18 en total, pero no todos declararon delitos. Algunos contaron hechos complementarios. Hasta el momento las víctimas serían siete″, dijo.
Según Oviedo, los padres relataron episodios de “manoseos” por parte de dos maestras del jardín y un hombre ajeno a la institución. Además, algunas familias agregaron que estas personas les habrían sacado fotos a los niños. “En las declaraciones hablaron de un sapo verde malo y disfraces”, detalló.
Fuentes de la dirección de Educación de la Provincia de Buenos Aires informaron a LA NACION que el establecimiento escolar se encuentra momentáneamente cerrado debido a refacciones con motivo de los daños ocasionados.
“Simultáneamente se atiende a las familias por medio de los inspectores y el equipo de orientación escolar, a los efectos de despejar dudas e informar sobre las acciones que se están desarrollando para el cuidado integral de los niños y niñas que asisten al jardín. En la actualidad se encuentra en curso una investigación administrativa en el marco del Estatuto Docente a los fines de determinar la responsabilidad que podría caber a algún docente del establecimiento a la luz de los hechos denunciados, procediéndose asimismo a establecer el dispositivo para continuidad pedagógica de los alumnos y la reapertura del establecimiento”, detallaron.
¿Cómo sigue la investigación? Oviedo explicó que el siguiente paso en el proceso judicial es realizar las cámaras Gesell a los menores.
“Ahora pedimos las fechas para llevar adelante las cámaras Gesell, que es la prueba de mayor valor, pero lamentablemente hay demoras de meses porque hay una sola cámara para todo Morón, Merlo, Hurlingham e Ituzaingó. Está saturadísima. Por eso estamos pidiendo que se habiliten días y horarios no hábiles”, dijo Oviedo. El reclamo de las demoras para realizar las pericias también fue mencionado por las familias denunciantes.
Para el fiscal, lo más importante en este momento es llevar calma a las familias para que los chicos estén tranquilos y puedan hablar cuando llegue el momento de realizar la cámara Gesell. “Necesitamos que estén tranquilos y sepan que tenemos un plan de trabajo”, sostuvo.
Con respecto de las imputaciones, Oviedo dijo que “hay un abanico de posibles calificaciones”. Puede ser abuso sexual simple, abuso sexual gravemente ultrajante, abuso sexual agravado por la condición de responsable de la educación y/o corrupción de menores, con penas que pueden acumularse.
“La imputación clara, formal y circunstancial dependerá de las cámaras Gesell. Con tanta pluralidad de víctimas, no ocurrirá antes de entre tres y cuatro meses”, dijo.
El testimonio que desencadenó el horror fue el de una menor de 4 años que refería a la existencia de una “habitación secreta” en la que las presuntas atacantes la vestían a ella y a otros compañeritos con disfraces del Sapo Pepe y allí cometían los abusos. “Todo empezó el miércoles pasado [por el 3 de mayo], cuando la mamá de una nena fue a hacer la denuncia y los médicos que revisaron dijeron que estaba penetrada y muy lastimada”, dijo Mansilla.
A partir de entonces, las familias comenzaron a indagar y descubrieron que el relato se repetía entre los chicos.
Después de que el miércoles la seccional local del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA) llamara a un paro docente en todos los niveles y modalidades del distrito como consecuencia de los hechos ocurridos, hoy el jardín permanece cerrado.
La semana pasada ocurrió un hecho similar en la ciudad de Buenos Aires. Un grupo de padres del jardín de Infantes N°9, ubicado en el barrio porteño de Palermo, denunciaron abusos sexuales por partes de docentes. De acuerdo a las familias, varios menores coincidieron en que una maestra los hacía desnudar mientras otras filmaban la situación. La Justicia investiga el caso.
Otras noticias de San Antonio De Padua
- 1
Ya tiene fecha el comienzo del juicio a la enfermera acusada de asesinar a seis bebés
- 2
La advertencia de un psicólogo sobre los festejos en Navidad: “No hay que forzar a nadie”
- 3
En la ciudad. Lanzan un programa para que los mayores de 25 terminen el secundario en un año: cómo inscribirse
- 4
Por qué los mayores de 60 años no deberían tomar vitamina D