La interna del subte, con varios frentes
En 2015, diez días antes de dejar el poder, el kirchnerismo le dio al sindicalismo del subte porteño un aventón conflictivo: el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, le otorgó la personería gremial a la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp), aunque quedó en suspenso. Ayer, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo revocó aquella decisión y puso de espaldas a una parte del gremio del subte. Desde 2011 los metrodelegados pugnaban por esta bendición. Y mantienen una feroz disputa de poder con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), el único gremio que hoy puede sentarse a la mesa de negociaciones paritarias.
Los sindicalistas de la Agtsyp, encabezados por Roberto Pianelli y Néstor Segovia, son aliados al kirchnerismo. Entre el 3 y el 14 de agosto de 2012 llevaron adelante el paro de subtes más extenso de la historia: 10 días ininterrumpidos de corte total por reclamos salariales y por obtener la representación legal del subte. Ayer se reunieron de emergencia (salvo Pianelli) y resolvieron no llevar adelante un paro. Aunque la bronca que mantienen es mucha. “Este fue una maniobra política pergeñada por el Gobierno”, dijo Segovia. Lo tomaron como una declaración de guerra.
Los metrodelegados son propensos a las medidas de fuerza, mientras que la UTA de Roberto Fernández tuvo en los últimos años más diálogo con el macrismo. La UTA presiona. Y gana territorio. La Justicia le dio la razón en el pedido de impugnación tras la resolución firmada por Tomada (hoy legislador porteño por el FPV) y, al mismo tiempo, amenaza con su carta nacional de una eventual huelga en el transporte de colectivos.
De todas maneras, nadie espera que Pianelli, Segovia y compañía se queden de brazos cruzados. Su calma responde a que las paritarias por los aumentos salariales ya comenzaron. Piden un 35% de aumento. Y no es tiempo de hacer paros. A lo sumo lo harán cuando logren cerrar un acuerdo. El problema es que, por ahora, la Agtsyp está fuera de la mesa formal de negociaciones. Y eso sí lo celebró hoy el macrismo.