La homosexualidad y la docencia, temas de una controversia
Reacciones: el sacerdote Rodolfo Nolasco despertó discusiones al asegurar que permitir a los gays ser maestros es como dejar que los ciegos sean choferes.
Monseñor Rodolfo Nolasco, juez adjunto del Tribunal Eclesiástico y especialista en bioética, expresó que los padres de familia tienen derecho a exigir a los institutos educativos que no asuman como profesores a quienes son conocidos como homosexuales.
Las aseveraciones de Nolasco, recogidas en un artículo firmado difundido por la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), suscitaron distintas reacciones. La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) afirmó que "sería interesante que el mismo monseñor sea más crítico con su propia institución, cuyos escándalos sexuales, la mayoría por abuso de menoers, ocupan demasiado espacio en los medios de comunicación".
La nota de Nolasco, de siete carillas, sostiene que "no está justificado el maltrato a los homosexuales, como lo ha declarado la Iglesia", pero ello no implica "que la sociedad, y en particular, los padres de familia no tengan derecho a impedir el proselitismo que fácilmente pueden desarrollar los homosexuales militantes, si se les permite ocupar cátedras con alumnos niños y adolescentes".
Nolasco, que integra el Secretariado para la Familia, dependiente de la Conferencia Episcopal, expresó que si la ley no reprime las prácticas homosexuales penalmente mientras están restringidas a las vida privada, esto no significa que los homosexuales no puedan ser excluidos de la docencia, "como tampoco se aceptan como cajeros de banco a los ladrones, ni choferes a los ciegos o daltónicos ni como policías a los asaltantes".
"Esto no viola los derechos humanos, ni es discriminación injusta -argumentó-: no queremos que sean maestros de nuestros hijos quienes pretenden que es normal la práctica dela homosexualidad, la drogadicción o el robo".
Señaló que "muchos de los iniciados en esta conducta desordenada (la homosexualidad) han llegado a ella efectivamente conducidos por un docente inmoral e irresponsable". Agregó que ellos "lo refieren cuando quieren liberarse del vicio en que incurrieron por su inexperiencia y curiosidad, hasta entonces quizás sin malicia".
César Cigliutti, de la Comunidad Homosexual Argentina y profesor en una escuela secundaria, replicó: "La idea de que todo homosexual es un abusador es un disparate. Un abusador o un violador puede ser tanto un homo como un heterosexual". Definió a Nolasco como "cavernario" y añadió que "no leyó el último documento del Vaticano, en el cual se dice bien claro que mientras el homosexual no haga ejercicio de su homosexualidad puede hasta ser un santo".
"Monseñor Nolasco vive en un invernadero. Que no se atreva con los que tenemos decencia y honradez", djio Rafael Freda, de la Sociedad de Integración Gay-Lésica Argentina y maestro desde hace 27 años.
Otra opinión
En un diálogo con el periodista Horacio Gómez Castañón, de Radio Continental, el padre Guillermo Marcó, de la basílica San Nicolás de Bari, señaló que la opinión personal de Nolasco no es un documento colegiado y consideró que si una persona no hace alarde de su homosexualidad es imposible enterarse de que lo sea, "por ende no habría motivo alguno para que nadie lo discrimine".
El sacerdote marcó cierta distancia de la nota, pero agregó que "también es discriminación que uno opine algo y te censuren o te digan que sos un troglodita por opinar lo que opinás".
Por su parte, el diputado radical Marcelo Stubrin ironizó sobre las declaraciones y consideró más práctico condenar a los ofensores al Código Penal sin hurgar sus orientaciones sexuales, pues la remota posibilidad de "ver a nuestros hijos envueltos en sigtuaciones semejantes no discrimina según los hábitos del ofensor/delincuente", ya se trate de hombres, de mujeres "o de la infinita fama de situaciones posibles que median ente Marte y Venus".