La historia de las poco conocidas capillas inglesa y alemana escondidas en el cementerio de la Chacarita
El Cementerio Alemán y el Británico, ubicados dentro del Cementerio de Chacarita, poseen dos pequeñas joyas arquitectónicas poco conocidas para el público en general, más acostumbrado a visitar otros sectores del camposanto. Fueron proyectadas partir del estilo característico de cada país, aunque ambas están marcadas por los atributos de la austeridad y despojo, típicos del protestantismo. Se trata de capillas de responso, utilizadas para los oficios funerarios según el rito reformado de cada cementerio, el evangélico alemán y, por otro lado, el anglicano de los británicos.
El año pasado, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, anunció la licitación para las obras de restauración de los templos, destacando el valor de la diversidad religiosa implicado en el proyecto, justamente a 500 años de la Reforma Protestante de Martín Lutero, en 1517. El monto destinado rondaría los 9 millones de pesos. Sin embargo, las obras aún no fueron licitadas, con lo cual se presume comenzarían recién en enero del año 2019, informó a La Nación esa cartera. Según trascendió, estarían volviendo a presupuestar las obras, luego de los vaivenes económicos de los últimos meses. El pedido de recuperación fue hecho por especialistas en patrimonio y por los descendientes de los inmigrantes, hace más de diez años.
Según Jimmy Bindon, presidente del Consejo de la Comunidad Argentino-Británica, el mayor problema de las iglesias son los humedades estructurales de larga data. En el caso de la británica, las napas de agua afectaron las criptas, y en la alemana perjudicó el zócalo de la parte trasera. "Ojalá los especialistas en restauración de patrimonio puedan ponerlas finalmente en valo"¨, agregó.
Tanto la capilla alemana como el portal de la entrada al predio son obra del arquitecto Juan Kronfuss. La entrada fue realizada en 1915 y en 1925 la capilla. Kronfuss fue un austrohúngaro radicado en la Argentina a comienzos del siglo XX, cuyo estilo desplegado en este templo podría definirse como neoclásico, es decir muy sobrio, con pocos elementos que aluden al tema funerario. Pero el tesoro escondido son sus vitrales, de tema religioso, realizados por la casa Mayer de Stuttgart, explica el arqueógrafo Oscar de Masi, uno de los impulsores de la declaratoria de estas dos capillas como Monumento Histórico Nacional, concretada en el año 2010.
"En cuanto a la del Cementerio Británico, fue proyectada por el arquitecto Sidney Follet, llegado a Buenos Aires desde Londres a comienzos del siglo XX. Se asoció con sus compatriotas Conder y Farmer y fueron, quizá, el estudio de arquitectura más vinculado a la colectividad británica", señaló de Masi. Este estudio diseñó varios edificios, especialmente en Temperley y Lomas de Zamora, destinados a colegios, logias masónicas, iglesias, hospitales, estaciones ferroviarias, etcétera. La obra más conocida es la terminal Retiro.
En el templo inglés se destaca la antes mencionada cripta subterránea, de gran valor patrimonial y afectivo para la comunidad, debido a que allí yacen caídos durante las dos guerras mundiales. El estilo de la iglesia es neorrománico, con las típicas referencias rurales inglesas, a las que se suman algunos detalles post art-decó. Se inauguró en 1942, aunque tuvo otra capilla original, la cual fue demolida.
Realizada con ladrillos a la vista, colocados con impecable precisión, la obra tiene un techo revestido con madera de roble, para algunos asociado a la náutica. También posee dieciséis sillas y dos bancos de vieja data, igual que las puertas del frente y las laterales. El altar, de mármol, tiene como única referencia un pequeño crucifijo de madera. En las paredes laterales hay cuatro grandes ventanales, y otros dos más pequeños para aportar luminosidad. El clima logrado remite a las capillas galesas de la Patagonia.
Los cementerios alemán e inglés fueron fundados por inmigrantes, son colindantes, ambos con ingreso por avenida El Cano. Durante la primera Guerra Mundial se separaron por medio de cerco vegetal y, durante la Segunda Guerra Mundial comenzó a levantarse una pared divisoria. Como símbolo de fraternidad entre estas naciones, a 100 años del tratado de paz que terminó con la Primera Guerra, se derribó parte del muro que los dividía, y se inauguró un portón de hierro que los conecta.
Estos camposantos nacieron en el siglo XIX , cuando uno de los mayores problemas fueron las inhumaciones de protestantes en nuestro país, netamente católico. No se aceptaba disidentes extranjeros en los cementerios oficiales. Fue por tal motivo que en 1820 los alemanes junto a los ingleses y americanos protestantes lograron la autorización de adquirir un predio en las cercanías de Retiro donde inhumar sus difuntos. Más adelante, en 1892 lograron una concesión a perpetuidad en Chacarita.