La historia de un amor marcado por la diferencia de edad y el prejuicio
Se encontraron sin buscarse. Un impulso desconocido, que derribó miedos y prejuicios, los animó a dar el primer paso. Trabajaban en distintos edificios de una misma Universidad pero, por alguna extraña razón, se cruzaban todos los días a la misma hora y no podían evitar mirarse. Ella era joven, llena de vitalidad y ávida por abrirse a nuevas experiencias. Él, a punto de cumplir las cinco décadas, nunca había imaginado que en plena madurez una experiencia tan intensa iba a romper con todos sus esquemas.
"Era brillante en todos sus aspectos. Compañero, dulce, leal, una persona como nunca antes había visto. Pero fue muy difícil para ambos comenzar esta relación ya que nuestra diferencia de edad es de 27 años. Cuando nos conocimos, él tenía 49 y yo 22. Tuvimos que dejar de lado muchos prejuicios para dar el primer paso", dice Josefina. Ella estaba convencida: lo que sentía no era algo pasajero, muchos menos un capricho sin fundamentos. Estaba enamorada y decidida a jugarse todo por ese hombre que no dejaba de dar vueltas en su cabeza y que se había instalado en su corazón.
Había tenido relaciones informales a lo largo de sus jóvenes años pero nunca una pareja con todas las letras. Y sentía que eso era lo que quería con Ricardo. Alguien con quien compartir su vida y caminar de la mano. "Desde el momento en que decidí besarlo y jugármela por amor, la edad dejó de ser un problema para mí. Él me siguió el juego y cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos enganchados y saliendo todos los días. Es más, fue el primer novio formal que tuve y que presenté en mi casa", explica ella. La aceptación de las familias de ambos fue inmediata: era evidente que Josefina y Ricardo estaban hechos el uno para el otro y que eran felices juntos.
Hacían programas todo el tiempo: salían a comer, iban a tomar un helado, compartían largas charlas café de por medio, disfrutaban de la brisa de verano en alguna placita o se escapaban unos días a la playa y visitaban a sus familias. Todo parecía marchar sobre ruedas. Pero había un detalle, un simple detalle que no los dejaba disfrutarse ni mucho menos estar tranquilos con la relación. "Sentíamos que nos miraban siempre, en todos lados. La gente se codeaba sin disimular y nos hacía notar que nuestra diferencia de edad no estaba bien vista. Eso era lo único que nos frenaba. Jamás tuvimos una pelea, un bache o discusión. Todo era hermoso. Compartimos muchísimos momentos juntos que no vamos a olvidar", dice pensativa.
Pasaron los meses, se animaron a la convivencia y al año de estra juntos el "qué dirán" comenzó a hacer estragos en la pareja. Las miradas prejuiciosas pesaban demasiado en la conciencia de Ricardo y sintió que era necesario dar marcha atrás. "Le empezó a pesar la diferencia de edad, la manera en que nos miraban y pensó demasiado en el futuro: me decía que era grande para mí, que probablemente yo lo iba a dejar por una persona más joven y que tampoco quería privarme de ser madre porque él en ese sentido ya había hecho lo propio e incluso tenía nietas. Y así, un huracán se desató en mi vida".
Tomar una decisión
No le quedó remedio. Ricardo se había dejado vencer por el miedo y Josefina tuvo que aceptar la separación. "Siempre le di mi amor al máximo. Intentamos ser amigos porque no queremos perdernos, siempre nos hicimos mucho bien. Pero ahora siento que soy yo la que necesita dar un paso al costado porque estoy muy lastimada. Él hace todo lo posible por olvidar el amor que siente por mi y cree que conociendo a una persona de su edad todo será más fácil", dice entre lágrimas.
Pero Ricardo insiste en saber cómo está Josefina y eso complica el vínculo que tienen. Ella, a pesar de que es muy joven se muestra muy firme en su decisión. "Me quedé con tanto amor para darle, para seguir amándolo, para seguir haciéndolo feliz como siempre lo hice. Hoy me encuentro perdida, sin saber qué hacer, esperanzada de que el tiempo va a aclarar sus pensamientos erróneos y podremos volver a estar juntos. Pero a la vez estoy muy angustiada, es muy difícil atravesar esta situación. Con él conocí el amor. Y me conocí como mujer. Pero necesito tiempo, hasta poder entender y que deje de dolerme".
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