Durante mucho tiempo se creyó que las harinas son “enemigas” de una alimentación saludable, sobre todo por el impacto que pueden tener en los niveles de glucosa y su relación con los problemas metabólicos. Sin embargo, no todas las harinas son iguales y un avance científico demostró que existen algunas, como la harina celular de garbanzo, que son más saludables.