La gurú Isha enseñó a presos de Olmos a buscar la paz interior
Una experiencia impartida a 700 reclusos
LA PLATA.- Es una tarde diferente en el penal de Olmos. Carlos cruza la cortina de sombra que proyecta una parte del muro perimetral y entra en la capilla. Se persigna y se sienta en la tercera fila, reservada para los presos con mejor conducta. El templo está lleno: hay más de 700 reclusos que aguardan la llegada de una mujer que promete una técnica para la autosanación del cuerpo, la mente y las emociones.
Nadie sabe muy bien quién es ella. Pero dicen que quieren escucharla para hacer más llevadera su condena en la cárcel. "Acá, tarde o temprano llega el arrepentimiento. Y uno piensa en una vida nueva, en cómo será esa vida cuando recuperemos la libertad La verdad es que no sé quién es la mujer que vendrá a visitarnos esta tarde, pero me dijeron que es una persona que te puede transmitir un poco de paz", dice Carlos, que hace cuatro años que purga una condena en Olmos.
La mujer es Isha, cuyo nombre en sánscrito quiere decir ´conciencia humana completa , y es una gurú australiana que en los últimos años capturó la atención de varios famosos en todo el mundo. Ella intentará transmitir un poco de paz y su técnica de relajamiento a más de 700 reclusos de los pabellones católicos y evangélicos.
Los presos, en silencio, llenan el templo. Entonces, una melodía oriental inunda el lugar La música crea una sensación de bienestar y muchos se relajan. "Acá nunca hubo ningún tipo de jornadas espirituales. Espero que no sea aburrido y que nos sirva de algo. Yo estoy desde hace siete meses en Olmos y fui trasladado desde Sierra Chica", comenta Gustavo, otro interno.
Miradas cómplices
La capilla de la cárcel de Olmos es un templo frío, de techos altos y con un altar limpio y bien cuidado. Isha se asoma por una puerta e intenta encontrar una mirada cómplice. Pero aquí hay "chicos duros".
Isha sale a escena y la música se apaga. "Hoy quisiera contarles un cuento", dice en inglés. Su intérprete, en castellano. El relato se prolonga durante 15 minutos. Algunos internos empiezan a bostezar, pero tratan de seguir la historia. "En definitiva, uno tiene que buscar la paz interior y modificar su entorno desde adentro. Tiene que limpiar esa ventana que está sucia y que nos hace ver mal las cosas que suceden afuera de nuestro ser", dice.
Isha hace una pausa y pide a los presos que limpien su mente, que permanezcan así durante cinco minutos. Y eso es lo que ocurre. El templo queda en silencio, como si estuviera vacío. La sensación de bienestar regresa al lugar.
"Bueno bueno bueno " La voz suave de Isha corta el murmullo que había surgido tras los cinco minutos de paz La mujer cuenta otra historia. Esta vez, los protagonistas son dos halcones. Y la mujer reitera: "La fuerza para el cambio está en el interior de cada uno de nosotros".
La gurú hace otra pausa para descansar. Su asistente e intérprete toma la palabra. "Ya hemos hecho algunas experiencias en cárceles y un preso de un penal de México nos pidió que contáramos su apreciación: que con la paz y la tranquilidad uno puede encontrar la libertad en su corazón."
Los presos ovacionan el comentario de la intérprete, como si con el solo sonido de la palabra "libertad" les bastara para sentirse un poco mejor dentro del presidio.
La mujer hace una seña y lanza una última sonrisa a su auditorio. Les pide que mantengan la paz y que recuerden que el cambio para la verdadera libertad está dentro de ellos.
Los aplausos se extienden durante unos minutos y la gurú desaparece por una puerta. Es hora de dejar el templo y volver a las celdas.