La escuela no está cumpliendo su papel como fuente de información
Es evidente que las chicas y los chicos hoy se inician sexualmente a edades más tempranas y que, además, una vez iniciadas mantienen relaciones sexuales más frecuentes.
Esto ocurre en momentos en que parece que están más informados sobre la sexualidad, la genitalidad y las prácticas sexuales.
En realidad lo que este estudio y otros que realizamos otros grupos que trabajamos con adolescentes demuestran es que la "mayor información" que tienen en realidad es engañosa o no tan útil.
Los adolescentes están "bombardeados" con mucha información proveniente de distintas fuentes, pero de muy distinta calidad.
Lamentablemente, muchas veces la información que reciben no la pueden cotejar ni hablar con quienes deberían poder aclararles conceptos y permitirles entenderla. En ocasiones, las personas con quienes hablan saben menos que ellos o los desinforman por algún interés.
La escuela, donde deberían poder hablar y además recibir información en forma sistemática, como no se aplica la ley de educación sexual integral que permitiría esto, no está cumpliendo esta función, o pocas lo hacen. A seis años de aprobada la ley nacional de educación sexual integral aún ni siquiera se completó la capacitación de los docentes.
Se pierde así un importante interlocutor, y muy necesario.
Es por esa razón que aún subsisten mitos que hace años deberían haber sido superados, como "la primera vez no te embarazás". Éste y otros siguen presentes en la cultura adolescente.
También ahora saben acerca del preservativo masculino y hay más acceso a él, pero lo vinculan principalmente con la prevención del VIH/sida y menos con la prevención del embarazo, y a adolescentes mujeres y varones les preocupa el embarazo.
El VIH/sida es algo que creen más remoto. La píldora mal llamada del día después es entonces una salida a la que recurren, pero sin consultar la mayoría de las veces a un profesional. Luego de tomarla tampoco van a los servicios de salud para saber qué otro método usar, así es como se exponen sin garantías en episodios ulteriores a embarazos no planeados.
Por eso seguimos reclamando que todos los adolescentes tengan acceso a la educación sexual integral no para, como creen algunos, fomentar las relaciones sexuales.
Al revés, para que sepan decir "no" y además cuidarse para no embarazarse ni adquirir una infección transmitida sexualmente.
Porque saber es la principal protección. Además, la escuela brinda conocimientos basados en información segura que es discutida entre ellos y con los docentes, permitiéndoles asimilarla e ir incorporando conductas, que es lo más difícil y que no se logra con un aviso o un folleto.
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