Según Martín Mazza, gerente regional de TFH, el objetivo es hacer un “pasaporte digital” que verifique que detrás de un usuario hay un humano y no un bot; protocolo y competencia
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Hace algunos meses Johanna Méndez viajó desde la provincia de Buenos Aires hasta el barrio porteño de Belgrano para hacer algo que realmente no entendía. Llegó a un local dentro de una galería situada sobre la avenida Cabildo para que le escanearan el iris a cambio de unas criptomonedas. “Ni idea de para qué usan la foto que te sacan del ojo”, decía Méndez, a quien le bastaba con la recompensa. Para ella, había cuestiones más urgentes que descifrar el motivo por el que una empresa de tecnología podría usar algo tan único y personal como el tejido que rodea la pupila. Afuera del local, algunos oportunistas entregaban dinero en efectivo a cambio de que les transfirieran esas criptomonedas. Pagaban alrededor de $20.000, cuando el valor del activo virtual superaba ampliamente esa cifra.
El proyecto detrás del misterio se llama Worldcoin y la compañía que respalda esa criptomoneda es Tools For Humanity (TFH), fundada por Sam Altman, creador de ChatGPT y una de las personas más influyentes en el universo de la tecnología. Según Martín Mazza, gerente regional de TFH, que recibió a LA NACION en sus oficinas en la Argentina, el objetivo es hacer un “pasaporte digital” que verifique que detrás de un usuario hay un humano y no un bot o alguna creación hecha con inteligencia artificial. Parten de la premisa de que en pocos años buena parte del mundo digital será creado o mejorado por inteligencia artificial, por lo que en muchos casos será necesario probar la “humanidad” de los usuarios. Funcionaria como un reemplazo del captcha que se suele utilizar para verificar una cuenta.
El escaneo del iris se realiza con “The Orb” (“El Orbe”), una esfera metálica desarrollada por la compañía que cuenta con un lector digital que escanea la biometría del iris en segundos. En la Argentina empezaron a trabajar a mediados del año pasado y las imágenes de las largas filas en shoppings, comercios y otros puntos de verificación rápidamente se hicieron virales. Según datos de la compañía, a la fecha suman más de 500.000 las personas verificadas en el país (cerca del 10% de los 5 millones que hay a nivel mundial). Hoy tienen operaciones en sitios como Alemania, Corea del Sur, Japón, Singapur, Chile y la Argentina, entre otros.
La inteligencia artificial generativa se encuentra en pleno auge. Solo por mencionar unos ejemplos, las redes sociales están infestadas de bots (softwares que realizan tareas repetitivas, predefinidas y automatizadas) y deepfakes (fotos o videos falsos de personas que parecen reales). Es por eso que el proyecto Worldcoin dice ofrecer una tecnología capaz de verificar la existencia de un humano real en internet. Sin embargo, esto despertó fuertes sospechas y generó un sinfín de investigaciones alrededor del mundo.
Desde la compañía –que tuvo que suspender, al menos momentáneamente, sus operaciones en países como España o Portugal, como medida cautelar hasta comprender si este protocolo viola las leyes de privacidad de los datos– afirman que Worldcoin no almacena la información biométrica, sino que con la foto del iris se genera un código que queda almacenado en la red de blockchain de Ethereum (plataforma de código abierto para ejecutar contratos inteligentes) y luego la imagen del iris se autodestruye. Con ese código, la persona se descarga la aplicación World App y genera su identificación como humano.
En la Argentina también hay una investigación abierta desde 2023: la lleva adelante la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP) y se encuentra analizando en detalle la nueva información suministrada por la empresa para determinar la posible existencia de violaciones a la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales.
“La AAIP inició una investigación en agosto del año pasado para analizar las denuncias recibidas sobre posibles vulneraciones a la Ley de Protección de Datos Personales. Estas surgen de la obtención de datos biométricos mediante el escaneo del rostro y el iris a cambio de una compensación económica en criptomonedas. Especialistas de la AAIP se encuentran trabajando en determinar si la empresa cumple con todos los requisitos establecidos en la normativa vigente”, se lee en un informe de la AAIP.
En paralelo al procedimiento en la Argentina, la AAIP impulsó la creación del Grupo de Trabajo sobre Worldcoin en el ámbito de la Red Iberoamericana de Protección de Datos, tal como sucedió a partir de la aparición de ChatGPT, para abordar y poner en común la problemática surgida por las actividades de la fundación en distintos países.
Cómo funciona Worldcoin
“A partir de la imagen del iris se genera un código. Luego la imagen del iris se destruye, no se almacena la información biométrica. A la vez, no se identifica a la persona porque no pedimos datos. Entonces es imposible unir a una persona con un código. Además, a la blockchain no se puede acceder, la única manera de acceder al código que se generó es escaneando el iris de la persona. Por eso cuando una persona pasa por un Orb recibe ese código, lo vuelca a la app y así obtiene su pasaporte digital”, explica Mazza.
¿Podría Tools For Humanity crear usuarios falsos con los códigos guardados en la blockchain? Según la empresa, eso no es posible. “Está hecho para que solo se pueda generar un código o acceder al mismo pasando por un Orb. El diseño del protocolo está disponible en nuestra web y se puede chequear que esto es así. O sea que nosotros no tenemos una especie de stock de códigos, sino que solo el dueño de ese código tiene acceso al mismo”, agrega Mazza.
El ejecutivo subraya también que la empresa se “acerca a todos los gobiernos del mundo” para explicar de qué se trata el protocolo, aunque sostienen que fue un error avanzar con las operaciones sin antes haber explicado su función.
“Uno se baja aplicaciones de cosas que no conocemos demasiado y entregamos datos todo el tiempo, sin cuestionarlo. En cambio, nuestro protocolo está disponible para todos. Entiendo que es disruptivo y llama la atención. Es tecnología muy nueva y contraintuitiva, al revés de lo que sucedió hasta ahora con internet, donde las empresas se quedaban con los datos; en este caso, no es así. Nosotros buscamos proteger la información de las personas y la privacidad de los usuarios, al igual que muchos organismos que hoy nos investigan. Por eso hay que explicar y ser abiertos para educar sobre lo que estamos haciendo”, destaca Mazza.
Hoy este protocolo es el único que lleva adelante un programa de escaneo del iris a gran escala, aunque esperan que en el futuro surjan muchos otros. De hecho, si bien la operación de Worldcoin ya lleva 5.000.000 de iris escaneados, para que sea un fenómeno global, indica Mazza, indefectiblemente deberán surgir nuevas empresas que realicen esta operación. “Si uno se escanea el iris con nuestro protocolo y en el futuro quiere usar el pasaporte digital de otra empresa, debería destruir el código existente en la blockchain y luego generar otro a partir de un nuevo escaneo. Pero eso aún es hipotético porque no estamos frente a ese escenario”, agrega el gerente regional de TFH.
¿Cómo pueden monetizar este desarrollo? “Para Tools For Humanity no está claro cómo se va a monetizar, esa no es la prioridad hoy. Sí puede ser que World App cobre el día de mañana una tasa de transacción por algunos movimientos, pero hoy no es la prioridad”, concluye.
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