La emotiva lucha de Renzo Antonelli
El pequeño nació con un miocardio no compactado (MNC), una enfermedad cardíaca congénita que le fue diagnosticada a las 8 semanas de gestación; fue operado varias veces
Renzo Antonelli luchó por vivir desde que se gestó en la panza de su madre, Belén Salvatore. El pequeño que falleció hoy había nacido el 7 de septiembre de 2010 con un alarmante diagnóstico: sufría de miocardio no compactado (MNC), una enfermedad cardíaca congénita que le fue diagnosticada a las ocho semanas de gestación.
Al no "compactarse" el miocardio -una de las tres capas musculares del corazón- durante la vida intrauterina, su cuerpo estaba muy propenso a padecer trastornos respiratorios, problemas en el desarrollo motriz e insuficiencia cardíaca.
Ante esta situación, Renzo transcurrió sus primeros meses de vida entre el Instituto de Cardiología de Corrientes y el Hospital Garrahan en Buenos Aires. Hace un año, en julio de 2012, fue derivado definitivamente al Garrahan por el agravamiento de su cuadro.
Renzo fue conectado a un corazón artificial en octubre, a la espera de un trasplante. Su nombre llegó a encabezar la lista de emergencia nacional del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).
En los meses siguientes, sufrió recaídas. En noviembre, un infarto cerebral lo comprometió aún más y en marzo de este año un tromboembolismo pulmonar agudizó sus problemas respiratorios. Pero él siguió luchando y dando un ejemplo de vida a todo el país. Su caso ya resonaba en los medios de comunicación.
Su fortaleza tuvo una recompensa el 1 de junio pasado, cuando apareció un corazón compatible con su pequeño cuerpo. Renzo debió soportar más de 16 horas de cirugía. El órgano no funcionó bien apenas terminó la cirugía, por lo que el niño debió permanecer por 10 días conectado a ECMO, un circuito venoarterial que toma la circulación de la sangre permitiendo que el corazón enfermo descanse.
Sobrevivió a esa situación y luego abandonó también la asistencia respiratoria mecánica (ARM).
Su salud parecía recuperarse a paso de valiente cuando, en la madrugada del 20 de junio, el pequeño sufrió un paro cardiorrespiratorio. Tras el incidente, que duró cerca de 20 minutos, Renzo debió ser nuevamente intubado.
Otra vez de madrugada, el 23 de julio pasado, el pequeño correntino tuvo otro paro. Se comenzó a hablar de un posible rechazo del corazón. Los médicos le realizaron un cateterismo, que reveló que el órgano trasplantado presentaba una disfunción ventricular (DV), según consignó el diario Época de Corrientes.
Durante el último fin de semana le realizaron un electroencefalograma (EEG), un estudio que tiene por objeto medir la actividad bioeléctrica del cerebro, que evidenció un "importante compromiso neurológico".
Ayer, el panorama ya fue bastante desalentador. Los médicos que atendían a Renzo hablaban de "muerte cerebral" . El pequeño, quien empeñó todas sus fuerzas en estos casi tres años, ya no podía mantenerse por sus propia cuenta.
Anoche, sus padres, Haroldo Antonelli y Belén Salvatora, ya encaraban en la intimidad un doloroso duelo a la espera de la peor noticia, que llegó esta mañana.
Renzo iba a cumplir tres años el próximo 7 de septiembre. Murió hoy, pero más allá de lo corta que fue su existencia, dejó a todos un ejemplo de lucha.