La dramática situación de los elefantes marinos en Península Valdés que revela una campaña de Yago Lange
El joven deportista y ambientalista pide ayuda para limpiar de basura plástica una playa donde los animales tienen sus crías
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Una de nuestras costas más conocidas y visitadas del mundo presenta un panorama desolador: 20.000 kilos de residuos plásticos dispersos por las playas de Península Valdés están, como mínimo, lastimando a una colonia de elefantes marinos que allí llegan a tener sus crías en esta época del año. Al subir la marea e intentar llegar a la cima del acantilado de 70 metros, adonde nacen, quedan atrapados por los cientos de miles de cajas de plástico, que pesan entre dos y tres kilos cada una, redes; baldes de 20 litros de conservantes para langostinos y todo tipo de basura. Los ejemplares mueren, o quedan heridos.
Hace pocos días, Yago Lange, velista olímpico, con más de 150 limpiezas y 140 charlas ambientales en su haber, lanzó desde el sur un pedido de ayuda desesperado a través de sus redes sociales, con imágenes de lo que encontraba a su paso. El llamado a tomar acción, limpiar las costas y salvar a los animales se viralizó rápidamente. “Esto es una emergencia de contaminación plástica, y un pedido para pensar profundamente en una solución; si no, volverá a pasar lo mismo”, dijo. Yago tiene una larga historia con el mundo acuático: es hijo del triple campeón olímpico Santiago Lange y cuenta con varios éxitos deportivos, como el séptimo puesto en los Juegos Olímpicos de Río en 2016.
Yago recorre hoy los mares, con el apoyo de Parley, una ONG de la que es embajador mundial. Llegó hasta esas costas de la provincia de Chubut navegando y se encontró con este panorama. “Esto es solo la punta del iceberg”, dice, desesperado. “A dónde llega la basura depende de las mareas y los vientos, pero el mar está lleno de ella. En las islas Tova y Tovita, donde anidan los pingüinos, hicimos una limpieza en 2021. Allí hay, entre las dos islas, 26 toneladas de basura acumuladas luego de la limpieza que hicimos, esperando un barco que se había convenido viniera a retirarla con el Ministerio de Pesca. Pero el barco nunca llegó y ahí siguen. En la península hay distintos focos en lugares muy inaccesibles”, relata.
“La Argentina es un país muy potente en recursos naturales y tenemos que cuidarlo. Creo que no dimensionamos lo importante que son la tierra, el aire y el agua para nuestra vida. Necesitamos que estén sanos, necesitamos ecosistemas marinos cuidados, océanos libres de plásticos y que los glaciares se mantengan. Porque el agua de los glaciares representa el 75% del agua dulce que tenemos en el planeta. Si de alguna forma mi voz ayuda a que haya un mayor conocimiento y un mayor cuidado, ese es mi objetivo”, afirma.
“Tenemos abundancia natural en nuestra tierra, cuidémosla. Tenemos que armar una Selección Ambiental de la que todos seamos parte, y eso se articula intentándolo. Península Mitre [en Tierra del Fuego] es el punto de mayor absorción de carbono de la Argentina, es considerado un pulmón tan importante para el mundo como el Amazonas y se necesita su protección”, agrega Yago, de 34 años, mientras dedica todos sus esfuerzos a generar conciencia y comunicar, y llama permanentemente a tomar acción en el cuidado del medio ambiente. “Las acciones individuales hacen la diferencia –dice a LA NACION desde la Patagonia–, pero necesitamos también colectivamente una colaboración sistemática. Tenemos que ser parte de esto, todos y cada uno de nosotros, además de las acciones políticas, de las industrias y de las ONG”.
El problema de los barcos pesqueros es recurrente en el sur. Miles y miles de cajones sin identificación, para evitar las denuncias o multas; redes, sogas y residuos plásticos de comida que se consume en los barcos, se acumulan en el agua y luego en las playas de este rincón que la Unesco declaró patrimonio de la humanidad debido a su belleza y su riqueza ecológica. Hace pocos meses se promovió una ley que obligaba a los barcos pesqueros a identificar sus cajones, pero finalmente la propuesta no prosperó. Así, las parvas de basura, que podrían en su mayoría ser identificables, continúan siendo anónimos, y el problema no se solucionará si la ley de trazabilidad no se aprueba, a pesar de los muchos esfuerzos que se puedan hacer.
Yago está en conversaciones con los gobiernos nacional y provincial para, durante los próximos días, articular junto con Chubut una acción de limpieza contundente. “Tenemos que enfrentarnos con la realidad. Hablarlo, exponerlo y enfrentarlo para poder solucionarlo. Hay 20.000 kilos de basura acumuladas en esta playa de Valdés. Lo que vemos en las imágenes, basura en una zona, creando enorme diferencia entre un lado y otro de la playa, es debido a los vientos y las mareas. Esta playa es como un anzuelo que se traba y después vuelve a empujar todo”, explica el deportista.
“Pero la realidad es que el mar está lleno de desperdicios plásticos de todo tipo, y si no paramos esto estarán siempre en algún lugar. Esta limpieza tiene que ser masiva. Pedimos ayuda a la Provincia y a la Nación, y que compartieran las imágenes. Solicitamos apoyo logístico y que se hable de este tema, y que esté asociado a todos los temas ambientales. Tenemos que deconstruirnos también ambientalmente”, sostiene Yago, que fue nombrado en el Comité de Sustentabilidad de la World Sailing, la Federación Internacional de Vela.
Cada minuto se vierte en el océano una cantidad de plástico equivalente a un camión de basura, unas dos toneladas aproximadamente. Esta realidad nos invita a que reflexionemos y a sumar positivamente mostrando una situación que posiblemente no queremos ver y mostrar los animales con sus casas devastadas. Ahora, el llamado de Lange llegó hasta todos los rincones, incluyendo los organismos del Estado involucrados, como el Consejo Nacional Pesquero, el Ministerio de Ambiente de la Nación y diputados nacionales.
“Todos necesitamos aire para vivir, nuestro planeta es 70% agua y gran parte del oxígeno que consumimos proviene de los océanos. Son ecosistemas que hoy no están sanos. Sacar los residuos de ahí es una acción positiva y además con estas acciones ayudamos a generar conciencia, a reemplazar esos hábitos para producir menos residuos”, concluye Yago, quien con las 25.000 botellas de plástico consumidas por los navegantes en los diez días de los Juegos Panamericanos de 2019 hizo un signo de stop para que tuviera un impacto frente a las cámaras durante la entrega de premios.
Hoy, el joven deportista y ambientalista apela a todos los argentinos: visibiliza la realidad de nuestras mundialmente famosas costas e invita a toda la población a repensar nuestro futuro ambiental y compartir sus posteos.
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