Vivió en Vicente López y peleó para los nazis en la Segunda Guerra Mundial: la historia del “Granadero de Normandía”
Junto a su hermano, cambió Vicente López por el frente de batalla de Adolf Hitler; un libro publicado recientemente por el investigador Julio B. Mutti revela la cruzada de más de 1500 porteños, bonaerenses y hasta chaqueños que vivieron una suerte similar
- 9 minutos de lectura'
Los argentinos que pelearon en la Segunda Guerra Mundial tienen un lado B, un lado oscuro, impenetrable, muy poco conocido. Es el capítulo de los soldados nacidos y criados en este país que fueron a matar y a morir por la Alemania nazi.
Los nazis porteños, bonaerenses o incluso chaqueños nunca tuvieron fama, ni siquiera infausta, porque nadie los conoció hasta ahora, a diferencia de los más de 4000 argentinos que pelearon para los aliados y fueron parte de las fuerzas británicas.
Considerados alemanes genéticos por linaje familiar, estos argentinos que murieron en Europa por las ideas del nacionalsocialismo salen de las sombras en el nuevo libro del investigador y experto en nazismo Julio B. Mutti, titulado: Los nazis argentinos que pelearon en la II Guerra Mundial. La historia inédita de los argentinos que se unieron al ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Su publicación vino a llenar un vacío histórico: se ha escrito poco sobre los nazis argentinos antes de la primera presidencia de Juan Perón.
Mutti ofrece, además, una visión sin prejuicios sobre los argentinos que, voluntariamente, fueron parte de las Wehrmacht -las fuerzas armadas de Adolf Hitler- integradas por el Ejército (Heer), la Luftwaffe (Fuerza Aérea), la Kriegsmarine (Marina) y las Waffen-SS, el brazo armado del nazismo.
En el libro figuran las historias de los argentinos que pelearon en el desierto junto al mariscal de campo Erwin Rommel, como la del chaqueño que murió en la Operación Barbarroja; también podemos conocer los itinerarios del hermano del espía alemán y mayor librero de literatura nazi de Buenos Aires, Hans Alfred Fändrich, quien partió de Villa Ballester hacia Europa para convertirse en piloto de caza, participar en más de veinte misiones de combate y encontrar la muerte en Moscú.
Esta y otras historias, hasta ahora inéditas, pueden leerse en el nuevo trabajo de Mutti. Como la de los hermanos Scheckenbach.
Los hijos de Willi Scheckenbach van a la guerra y la muerte aparece en Normandía
Wilhelm “WiIli” Scheckenbach vive con su familia en un pequeño y pintoresco chalet situado en la calle San Martín al 1400, en la localidad de Florida, partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires.
Las autoridades de finales de los años ‘30 ya le tienen la ficha: había nacido en Zeubelried, Alemania, el 14 de diciembre de 1895 y era un nazi convencido.
WIlli es miembro activo de una célula del partido (el segundo, detrás del paraguayo, en haberse creado fuera de Alemania): carnet número 2193174, expedido por el capítulo local del Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán (NSDAP). También estaba afiliado al Frente Alemán del Trabajo, una organización sindical nazi de los alemanes e hijos de alemanes que residían en el país. “WiIli” Scheckenbach consignó allí que era hotelero.
El 1° de julio de 1941, la Policía de Buenos Aires hizo un allanamiento en un bar en la calle España y Carlos F. Melo, en Munro, en el marco de una causa contra dirigentes alemanes de entidades nazis en el país, tal como narra Mutti en su libro. Wilhelm Scheckenbach, cédula de identidad 520.775, figuraba entre sus parroquianos.
Pero Willi tiene otras preocupaciones más importantes que figurar en un cartón guardado en un destartalado fichero policial: lo desvela saber cómo están sus dos hijos, Gerhard y Günther Scheckenbach, ambos nacidos y criados en Florida, Vicente López, quienes no tienen ni veinte años y ya se encuentran peleando por la Alemania nazi en Europa.
Fueron años de angustia hasta que llegó la peor noticia.
Gerhard Scheckenbach, apodado por Mutti como “el granadero de Normandía”, había caído en combate junto a otros siete compañeros durante el segundo día de la encarnizada batalla del Día D, el 7 de junio de 1944, en una localidad de Normandía. Tenía 17 años.
“La unidad de combate del granadero Scheckenbach me era desconocida; solo fue posible saber de su participación en la guerra gracias a la Comisión Alemana de Tumbas de Guerra Juntos por la Paz”, explica el escritor a LA NACION. “Ahora no tengo dudas de que el joven nacido en Buenos Aires perteneció al 192º Regimiento de Granaderos destacado en la localidad francesa de Buron; incluso puedo afirmar que su compañía era la VI, al mando del Oberleutnant (teniente primero) Kuhbier, ya que era la única del regimiento que tenía su cuartel en esa pequeña localidad de Normandía”, agrega.
Mutti destaca que el regimiento de Scheckenbach quedó casi en la primera línea de combate durante el Día D, cerca de la playa bautizada por los aliados como “Juno Beach”: allí llegaron cientos de miles de ingleses y canadienses durante la mañana del 6 de junio. “La batalla por Caen fue encarnizada y ambos bandos sufrieron duras bajas. El granadero argentino Scheckenbach cayó durante el segundo día de los combates, el 7 de junio de 1944, en Buron”, completa el investigador.
“Sus restos están sepultados en el cementerio de guerra de Bazenville, donde se hallan muchos de los soldados que murieron durante la batalla de Normandía: bloque 11, fila B, tumba 6. Fue imposible saber qué pasó con su hermano y si su padre regresó a Alemania luego de la guerra; el apellido, al parecer, ya no está presente en Argentina”, concluyó Mutti sobre el derrotero de estos hermanos que reflejan una parte del pelotón de argentinos que lucharon en las filas nazis.
Los nazis argentinos antes de Juan Perón
Mutti, autor de seis libros sobre nazismo en Argentina y director del blog U-boatargentina, un sitio de referencia sobre los submarinos alemanes de la Segunda Guerra Mundial, reunió estas historias que rescató de archivos oficiales alemanes y argentinos.
El trabajo va en sintonía con su obra: si bien transita lo político, elige poner la mirada en lo estrictamente militar: buscando la pista de los paracaidistas, fusileros, tanquistas y hasta comandantes de submarinos, como es el caso de Heinz Scheringer, nacidos y criados en la Argentina.
El investigador calcula que son cerca de 1500 las historias de los argentinos que pelearon para los nazis del Tercer Reich de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Jóvenes hijos de alemanes que crecieron en los barrios de Villa Ballester o Munro y murieron en Europa combatiendo por las ideas del nacionalsocialismo.
Si bien el autor rescató cerca de un centenar de casos, otros miles permanecen completamente sepultados en la noche de los tiempos, tal vez por haber integrado el bando que perdió la guerra, seguro por la vergüenza de haber peleado por un país que cometió crímenes horribles, sus nombres fueron borrados de la historia durante casi ochenta años.
“En aquella época, en Alemania, cualquier hijo de un súbdito del Reich era un volksdeutsche, es decir, un alemán étnico; por lo tanto debía ser educado en la cultura, el idioma y las costumbres alemanas, aún cuando viviera en el extranjero”, explica Mutti. Volksdeutsche fueron considerados lo más de 200.000 germano parlantes nacidos en la Argentina.
Y cuenta que cerca del 90% de las asociaciones culturales y educativas alemanas en la Argentina de esa época (finales de los años 30, principios del 40 del siglo XX) estaban fuertemente penetradas por las ideas del nazismo, a tal punto que en los colegios de la colectividad flameaba el pabellón argentino junto con la bandera roja nazi con su esvástica en el centro.
Para la década del 40, cerca de 300.000 personas germanoparlantes, nativos e hijos del Reich, vivían en la Argentina.
-Usted estima que fueron cerca de 1500 los argentinos que pelearon para Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Siendo que la comunidad alemana en el país era muy nutrida, la tercera en importancia después de la italiana y la española, ¿por qué cree que fueron tan pocos a pelear para el bando nazi?
-Sí, es una cifra baja respecto de la comunidad alemana en Argentina estimada en más de 200 mil hijos de alemanes. Lo que sucede es que los mares no eran libres y estaban dominados por Inglaterra. Si bien no se podía bloquear todo el mar, había un bloqueo naval. Las líneas portuguesas y españolas, que eran neutrales, pudieron llevar a algunos argentinos alemanes a Europa, pero en carácter de polizones, porque también eran requisados por los ingleses. No era fácil salir de Argentina para ir a pelear a Alemania cuando estalló la guerra; algunos pudieron llegar. Pero si los comparamos con la cantidad de argentinos que pelearon del lado de los ingleses, los alemanes son pocos.
-Lo que se ve en su libro es que hay prevalencia de argentinos en el frente ruso, ¿por qué ocurrió esto?
-Hay más argentinos en el frente ruso porque fue el frente que más soldados absorbió, por decirlo de alguna manera; fue una lucha de millones. Piense que, en 1940, Francia se rindió y ese frente quedó con tropas de ocupación hasta 1944.
-¿Los argentinos que fueron a pelear por Alemania eran resueltamente nazis?
-Por supuesto que algunos eran nazis convencidos, pero la mayoría eran chicos, tenían 17 o 18 años; hay un hilo conductor entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda, los padres vinieron a la Argentina en entreguerras, ellos mamaron la cultura alemana y fueron a defender la patria de sus antepasados como soldados; obviamente, si integrabas las SS (Schutzstaffel), eras miembro del partido nazi, por supuesto que ahí sí eran nazis convencidos. En el libro cuento un caso de un padre que quería que todos sus hijos fueran a la guerra para defender las ideas del nazismo.
-¿Y pudo determinar si algún argentino participó en crímenes de guerra?
-Los argentinos que ingresaron a las SS lo hicieron en las Waffen-SS, que si bien eran unidades de combate convencional, eran tropas más fanáticas y propensas a los crímenes de guerra, no se negaban a fusilamientos ni masacres. Algunos de estos regimientos donde participaron argentinos estuvieron involucrados en crímenes de guerra, pero no sabe quiénes fueron los soldados que participaron, porque en los casos que analizo, no eran oficiales y no se pudo determinar su participación.
“Es muy probable que hayan participado de alguna manera, aunque no hay pruebas para afirmarlo como un hecho consumado”, concluye.
Otras noticias de Efemérides historias
Más leídas de Sociedad
“Un aumento sostenido”. Las tres razones por las que un hospital universitario registra un boom de demanda
Quejas y mucho enojo. Ya comenzó el paro escalonado de subtes: a qué hora interrumpe el servicio cada línea
Crisis educativa. Preocupa que menos de la mitad del país cuenta con datos fehacientes de sus estudiantes
En Mendoza. Geólogos de la Universidad de La Plata denunciaron amenazas por parte de militantes de La Libertad Avanza