La ciudad recupera el encanto de Brighton
De sastrería inglesa a fino restaurante
Cuando la calle Sarmiento todavía se llamaba Cuyo y los sombreros aún lucían entre los caballeros de Buenos Aires, la casa The Brighton era el lugar predilecto de aquella estirpe "angloporteña" para elegir sus prendas de vestir.
El local donde estaba ubicada la sastrería resistió como pudo el paso del tiempo. Por fortuna los biselados y esmerilados permanecieron casi intactos, incluso después de que la renombrada marca surgida en 1908 desapareció definitivamente en 1976.
Ahora, Fermín González, un empresario gastronómico del microcentro, decidió recuperar The Brighton en la dirección original (Sarmiento 645), aunque en lugar de zurcir finos trajes y sombreros abrió un restaurante con la intención de devolverle su brillo tradicional a este rincón porteño. Las tareas de restauración ocuparon nueve meses y tuvieron especial atención en recuperar los detalles de la época.
"Fue un amor a primera vista; siento veneración por ese estilo en el trabajo de la madera y lo veo como algo viviente que regresa a la ciudad", señaló González, un ciudadano español que llegó al país a principios de la década del setenta. "El gallego", como él mismo se define, tuvo mucho éxito con un local de venta de sandwiches (los mejores de Buenos Aires, dicen), llamado Café Paulin, a pocos pasos de The Brighton. "El destino me llevó a esperarlo", comentó González, pues, entre 1978 y 2002 funcionó allí otro clásico, Clark s II. "Estoy satisfecho por restaurarlo y ponerlo de nuevo a funcionar; algunas personas me acercaron viejas prendas de The Brighton y me agradecen por haberlo recuperado", explicó el empresario.
El espacio había quedado un tanto trasegado por el paso del tiempo, aunque siempre mantuvo el señorío original. La fachada tiene una gran vidriera, con viejas ornamentaciones en bronce en sus cuatro esquinas con la marca de la sastrería. El gran salón del The New Brighton mantiene el ambiente decorativo de la belle époque, con vistosos vitraux y madera tallada. La barra, sin duda, una de las características más sobresalientes, es una magnífica pieza de madera que recrea el encanto de los pubs irlandeses. Las paredes están revestidas de cedro importado de Inglaterra.
Cuando el príncipe de Gales visitó el país en 1935 quedó tan impresionado por la belleza del local que obsequió dos magníficas tallas en madera de las tres plumas galesas que aún coronan los grandes arcos espejados de la entrada. Por eso, la joya de la casa es el antiguo "mueble cajero" original de la tienda The Brighton con vidrios curvados con el escudo del Principado de Gales grabado sobre el cristal.
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