La Ciudad implementa el uso de contenedores de basura ”antivandálicos”: el plan del Gobierno
La gestión de Jorge Macri instaló uno en el barrio de Retiro; las opiniones de los vecinos están divididas
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El Gobierno porteño puso en marcha la implementación de contenedores de basura “antivandálicos” que impiden que las personas puedan sacar los residuos. Hasta el momento se instaló una sola unidad en la intersección de las calles Basavilbaso y Juncal, en el barrio de Retiro, lo que marca el comienzo de una fase de “prueba” para “mejorar el servicio de recolección de residuos en la vía pública” y también “impedir que se arrojen residuos voluminosos que no corresponden”.
A diferencia de los contenedores tradicionales distribuidos en toda la Ciudad, estos dispositivos poseen un sistema de apertura similar a la de un buzón, lo que permite que solamente se pueda ingresar la basura al contenedor de forma manual, pero no sacarla.
Según explicaron desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad a LA NACION, el prototipo -que se instaló hace poco más de 10 días- cuenta con una tapa con resorte y un diseño que le permite cerrarse solo para que, al hacerlo, la bolsa caiga dentro del contenedor. Así, cuando otra persona lo vuelve a abrir se encuentra con el “buzón” vacío y no puede ver lo que hay en el interior.
Desde el equipo de gestión de Jorge Macri explicaron que la decisión de colocar el contenedor en esta ubicación tiene que ver con que la zona está identificada por las autoridades como una de las “más recurrentes” con basura diseminada. El objetivo, advirtieron, es que durante las próximas semanas se pueda extender el programa a otros sectores de la Ciudad en los que se hayan detectado incidencias recurrentes, para así lograr desincentivar la revisión de basura.
“Estamos muy conformes con esta solución y también la mayoría los vecinos consultados en esa cuadra, porque se redujo drásticamente el diseminado de basura que atenta contra la higiene urbana”, aseguró el ministro del área, Ignacio Baistrocchi.
Sin embargo, algunos de los vecinos y personas que frecuentan la zona se mostraron contrariados por la medida de la administración porteña. “Más que antivandálicos, son trampas para cirujas” o “No sirven” fueron algunos de los mensajes que publicaron los usuarios en la red social X. La crítica principal tiene que ver con que, pese a que el sistema del buzón evitaría que uno pueda acceder a su interior, ya se registraron casos de personas que consiguieron ingresar. Un episodio quedó filmado por un testigo, que registró y difundió cómo un joven trataba de salir de un contenedor a través de la abertura en la que se colocan las bolsas.
El aumento de la gente en situación de calle
Semanas atrás, la vicejefa de Gobierno de Buenos Aires, Clara Muzzio, lamentó el aumento de la gente en situación de calle en la Ciudad en los últimos años. La funcionaria también aseguró que muchas de estas personas no son porteñas y apuntó a la provincia de Buenos Aires.
Entre los datos que difundió, explicó que el último censo reveló que 4416 personas viven en las calles y “escapan de la crisis” que generó el gobierno bonaerense, comandado por Axel Kicillof.
Los datos muestran un aumento de casi el 35% desde noviembre del año pasado, cuando los registros de ese momento detallaron que vivían 3286 personas en la calle en la Ciudad.
En el último tiempo, la administración porteña llevó a cabo una serie de medidas bajo el lema “la calle no es un lugar para vivir”. A lo largo del año desalojaron a varias personas que “obstruían la vía pública” en distintos puntos de la Ciudad, como en la explanada del Aeroparque Jorge Newbery o vendedores callejeros que comercializan en la calle.
A su vez, en abril del año pasado, el mismo jefe de Gobierno porteño publicó una serie de imágenes que mostraban el antes y el después de la intervención que desalojó a personas en situación de calle que dormían en bancos y plazas y lo catalogaron como “limpieza del espacio público”. Este posteo generó opiniones ambiguas y desde la Ciudad apelaron a un “error de comunicación” luego de borrar, unas horas después, las imágenes.
Por Eugenia Arribas
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