La ciencia, en vilo por la "partícula de Dios"
Fuerte expectativa entre los físicos de todo el mundo por los resultados que podían confirmar hoy la existencia del bosón de Higgs
Por uno de los curiosos efectos de esta sociedad global "en vivo y en directo", hoy una de las más abstrusas elucubraciones de la física de partículas tendrá tanto rating como los récords olímpicos, los tsunamis o los desvaríos sexuales de encumbrados economistas: esta madrugada se esperaba que científicos del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN, según sus siglas en francés), ubicado en la frontera francosuiza, dieran a conocer los últimos resultados de la búsqueda del bosón de Higgs, a la que en una muestra de que en la ciencia también hay lugar para el marketing se llamó "la partícula de Dios".
Bastó el anuncio de que la presentación no sería en Melbourne, donde esta semana se realiza la Conferencia Internacional de Física de Altas Energías (la más importante en este campo), sino en la sede del CERN, y de que estarían presentes cuatro de los físicos que plantearon la existencia del bosón, el propio Peter Higgs , François Englert, Carl Hagen y Gerald Guralnik, para que se disparara una genuina "higgsmanía".
Mientras los voceros de los dos experimentos que le siguen el rastro a la última pieza del modelo estándar de la materia -el Atlas y el CMS- pedían encarecidamente que se mantuvieran los resultados en absoluta reserva hasta las cuatro de la mañana de hoy, hora argentina, decenas de físicos y periodistas viajaban a Suiza, se multiplicaban los mensajes por Twitter y los blogs competían para adelantar el más mínimo indicio que pudiera develar la incógnita. Hasta se filtró un video en el que Joe Incandela, vocero del CMS, parecía confirmar que habían encontrado una nueva partícula, pero que no podían asegurar que fuera el Higgs...
Es más, el director del CERN, Rolf Heuer, envió un mail a todos los investigadores para informar que cerrarían el auditorio hasta las siete y media de la mañana, presumiblemente para evitar que físicos demasiado ansiosos decidieran pernoctar allí. ¿Quién dijo que la ciencia es aburrida?
"Es un momento muy importante -dijo ayer Daniel De Florian, docente del Departamento de Física de la UBA y desde marzo uno de los coordinadores del " LHC Higgs Cross Section Working Group ", que construye herramientas teóricas para analizar los datos que ofrece el Gran Colisionador de Hadrones y coordina ambas colaboraciones-. Aunque no sabemos exactamente qué van a anunciar", aclaró.
Según explicó De Florian, la respuesta por sí o por no depende eminentemente de una cuestión estadística: hay que dilucidar entre miles de millones de datos si lo que se mide es algo nuevo o apenas una fluctuación. Los físicos tienen una escala para catalogar la seguridad del hallazgo: "En general se busca una seguridad tal que haya sólo una chance en dos millones de error -subrayó el científico-. No sé si ahora llegaron, pero lo que sin duda tienen es una repetición de lo que se observó el año pasado, lo que sería una confirmación".
Melaza cósmica
Ricardo Piegaia, jefe del grupo de investigación de la UBA que participa en el experimento Atlas, explicó que el modelo estándar, la teoría más exitosa de la historia de la física, describe la materia como compuesta por partículas sin tamaño. "La palabra masa forma parte del lenguaje cotidiano, y la asociamos a cuan pesado o grande es un objeto -dijo, vía e-mail-. Pero recordemos que estamos compuestos de vacío y ¡partículas sin tamaño! ¿Qué es la masa entonces? En física se define como la medida de cuán difícil es acelerar un objeto: que A tenga el doble de masa que B significa que hay que hacer el doble de fuerza para ponerlo en movimiento. El campo de Higgs es como una especie de «melaza» que impregna el espacio-tiempo y frena las partículas generando un efecto equivalente a la masa: cuesta más mover las partículas que más interactúan con esa melaza, o sea, con el Higgs."
Anoche, la investigadora de la Universidad de La Plata (UNLP) y responsable de la participación argentina en el experimento Atlas, María Teresa Dova, estaba exhausta. "Venimos trabajando contra reloj para analizar los datos", contó Dova, que esta mañana, a las once, dará un seminario para explicar los anuncios en el Departamento de Física de la UNLP, Calle 49 y 115.
Setenta años después de que en 1932 se planteara el «modelo estándar de la materia», la física tiene un rompecabezas que explica de qué está hecho el universo al que le falta una sola pieza. "Tenemos seis quarks y seis leptones, cada uno con su antipartícula, y los mediadores de las fuerzas fundamentales que son bosones, como el Higgs -explicó Dova-. Su existencia se planteó para darles consistencia matemática a dos de las fuerzas fundamentales de la naturaleza: el electromagnetismo y la fuerza débil. La fuerza electromagnética es la que interviene en la formación de los átomos, y la débil tiene que ver con el decaimiento atómico (el proceso que se mide para la datación de fósiles con carbono 14, por ejemplo, o que hace brillar al Sol). La fuerza electromagnética es de alcance infinito, porque su mediador es el fotón, que tiene masa cero. Pero como la fuerza débil es de corto alcance, se pensó que sus mediadores, las partículas W y Z, tenían que ser muy masivas. Para darles masa se introdujo el mecanismo de Higgs. Confirmarlo sería un triunfo monumental."
"La partícula de Higgs es una de las cosas más intrincadas de la física", dijo ayer al pasar De Florian. Ni Peter Higgs podría haber anticipado el revuelo que inspiraría su creación...
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