La casa de Frondizi, un sitio para recordar
Se llama "La Elenita" y queda entre los médanos de Ostende
OSTENDE.- A la hora de levantar con sus propias manos la cabaña de veraneo junto al mar, Arturo Frondizi plasmó en la construcción la misma solidez de sus pensamientos políticos, la austeridad que signó su carrera y la firmeza que supo mantener ante los más duros embates.
Solo así se entiende que "La Elenita", a pesar de sus 66 años y sudestadas de por medio, haya cruzado la frontera del nuevo siglo sobre los pilotes que la vieron nacer, los mismos que la deben mantener en pie para ser declarada en lo inmediato sitio histórico nacional.
Sus familiares y amigos dieron ayer un paso fundamental hacia ese objetivo con un acto frente a la casilla de madera emplazada en plena playa, precisamente donde la calle Estocolmo se cruza con el mar.
"Este solar que Arturo Frondizi solía disfrutar en vacaciones alberga aún hoy el espíritu de austeridad cívica y sencillez republicana de este entrañable amigo de la naturaleza", se lee en la placa que colocaron frente a esta vivienda convertida en paseo cultural las autoridades de la Fundación Centro de Estudios Arturo Frondizi, gestora junto al municipio de Pinamar de la declaración de la cabaña como sitio histórico nacional.
La construcción de no más de 30 metros cuadrados tiene paredes y pisos hechos íntegramente en madera pintada de color verde y ventanas blancas. Resaltan bajo el techo a dos aguas que asoma como una prolongación de los médanos que abundan en este sector de la costa del partido de Pinamar.
Frondizi ya había elegido el lugar cuando en la década del 30 hizo su primera escala en estas playas por entonces desoladas, donde las dunas reinaban y la vegetación se resistía todavía a convivir con la arena.
Don Julio, su padre, eligió de su carpintería en Buenos Aires los tirantes más firmes para montar la estructura que no demoraron demasiado en dejar lista para poder habitarla.
El tren para transportar la madera, la colaboración de toda la familia a la hora de poner manos a la obra y de ahí en más sólo quedaba lo que todos en la familia soñaban en aquel inicio de 1935: disfrutar de los mejores días frente al mar.
Los Frondizi y los Faggionatto, la familia política del ex presidente de la Nación, hicieron de "La Elenita" un obligado lugar de encuentro. Durante décadas compartieron allí veranos inolvidables, dicen los descendientes.
Román Frondizi, sobrino del ex jefe del Estado, que vivió gran parte de su infancia en esta cabaña, recordaba ayer hasta con lágrimas los felices momentos que disfrutó en el Ostende de principios de los años 40, cuando todo estaba por hacerse.
"Eramos nosotros, las dunas y el mar", evocaba sobre la soledad de "La Elenita", frente a la inmensidad del océano Atlántico.
Poco pero fácil de divisar era todo lo que había alrededor.
Al Norte, la estancia de los Guerrero, fundadores de Cariló. Al Este, el mar azul; al Oeste el almacén de Smith y al Sur el muelle de Ostende, que personalmente -asegura- le trae los mejores recuerdos: las charlas de su padre, Ricardo, con "el francés" Bourel y las noches de cacería de liebre eran el prólogo de cenas inolvidables en "La Elenita" donde nunca faltaba un buen vino en la mesa.
Pasaron los años y la cabaña tuvo cada vez menos visitantes. "Otros tiempos, otras obligaciones", admite María Mercedes Faggionatto, la mujer que en 1993 se propuso reacondicionar la construcción para que volvieran a latir tantas historias de más de medio siglo y fueran más felices los últimos años de Arturo Frondizi.
"La Elenita fue una de sus pasiones, sobre todo en los primeros años de su matrimonio con Elena Faggionatto", evocaba ayer, durante el acto, el vicepresidente de la Fundación Centro de Estudios Arturo Frondizi, Ernesto Ueltchi.
Fue desde esta misma entidad donde se impulsó la designación de esta cabaña como sitio histórico nacional. La Cámara de Diputados de la Nación ya se ha expedido favorablemente en ese sentido a partir de un proyecto que presentó el ex diputado radical Jorge Vanossi, también presente en la ceremonia de ayer.
Todo un innovador
"Frondizi -dijo el ex legislador- fue un innovador en todo sentido, desde elegir un páramo donde instalar su cabaña hasta edificar desde su rol de presidente un nuevo Estado con notorio coraje y arrojo en cada uno de sus actos."
Después de este aval en el Congreso, los impulsores de la iniciativa esperan idéntica respuesta desde la provincia de Buenos Aires y el Ejecutivo nacional para que "La Elenita" sea sitio histórico nacional.
"Es la casa de un ex presidente, un pionero de estas playas y un símbolo de una época que estamos dispuestos a proteger y preservar para las futuras generaciones", se pronunció, a su vez, el intendente de Pinamar, Blas Altieri, anfitrión en este acto del que participaron unas 100 personas.
Antes y después de los discursos los turistas aprovecharon para recorrer la cabaña, abierta al público como un paseo y atractivo más de estas playas.
Más allá de los retoques para reacondicionarla, todo está intacto en su interior. Los sillones, la vajilla, los cuadros, la decoración, todo pertenece a esta obra de Arturo Frondizi y familia.
Ideler Tonelli y Roberto Alemann, entre otros, fueron algunos de los colaboradores en la gestión de gobierno de Frondizi que ayer se acercaron hasta Ostende para apoyar esta iniciativa y reencontrarse con los familiares del ex mandatario nacional.
"Frondizi -dijo Alemann- puso en marcha un país inviable, le puso desarrollo a todos los sectores de la producción para movilizar la economía y abrirnos una puerta al mundo."
"El -insistió- nos devolvió el sentido de futuro."
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