La avenida Corrientes pierde un carril
La obra forma parte de un plan del gobierno porteño para revitalizar la zona cercana al Obelisco
En el gobierno porteño pretenden que la avenida Corrientes vuelva a ser la de antes: un núcleo comercial y cultural que congregue a cientos de peatones las 24 horas. En definitiva, quieren que vuelva a ser "la calle que nunca duerme".
Es por eso que ayer comenzó a ejecutarse un proyecto que prevé el ensanchamiento de las veredas en un metro y medio de cada lado en el tramo entre Callao y Cerrito. El plazo de la obra es de 11 meses, sin embargo, desde el gobierno sostuvieron que podría terminarse antes.
Con esta nueva disposición la calzada perderá uno de los seis carriles para vehículos habilitados en la actualidad. Ese cambio está en sintonía con el Pacto de Movilidad que con demoras impulsa la gestión de Aníbal Ibarra, y que apunta a disminuir la cantidad de transporte privado en el centro porteño.
El ensanchamiento de Corrientes -como el de otras arterias- forma parte del Plan del Area Central, que tiene como objetivo revitalizar determinados espacios públicos de Buenos Aires, como el de las inmediaciones del Obelisco. Ampliar los sectores peatonales, mejorar la accesibilidad y preservar el patrimonio y la identidad son algunas de las consignas de ese proyecto.
En la franja de un metro y medio que se ganará (la vereda pasará de 3,5m a 5 m) se alineará el mobiliario urbano: teléfonos públicos, cartelería, refugios de paradas de colectivos y puestos de flores y de diarios.
Además, se prevén el desplazamiento de los semáforos, la reubicación de las sendas peatonales y la renovación del equipamiento de alumbrado público. Con estas modificaciones la avenida tendrá 15,25 metros de ancho.
Obras en marcha
El trabajo se hará por bloques -avanzarán cada dos cuadras en el sentido del tránsito- para evitar embotellamientos vehiculares, según indicaron a LA NACION altas fuentes de la Secretaría de Infraestructura y Planeamiento, dirigida por Roberto Feletti.
Ayer se iniciaron las obras en la esquina de Corrientes y Callao, por lo que la circulación quedó reducida a cuatro carriles.
Si bien los comerciantes de la zona protestaron porque se produjo caos en la circulación, la mayoría está de acuerdo con el proyecto porque cree que será beneficioso para sus negocios.
Otra de las consecuencias por el desarrollo de las tareas es la prohibición de estacionar durante las 24 horas en Corrientes entre Callao y Uruguay. Hasta el momento sólo estaba permitido hacerlo sobre la mano derecha, después de las 21 o los fines de semana.
El monto de la obra, que está a cargo de la empresa Caramian, es de 7.507.853 pesos. Esa cifra también incluye los ensanchamientos de las veredas de las calles Lavalle y Uruguay.
En el caso de Lavalle, el plan contempla el ensanche de las veredas de la acera sur, entre Libertad y Callao, que duplicará su dimensión original, al pasar de cuatro a ocho metros.
La obra implica desactivar total o parcialmente los estacionamientos existentes sobre la vía pública en ese tramo de la calle, explicaron asesores de la Secretaría Infraestructura y Planeamiento. Las obras en Lavalle incluyen también mayor forestación y la provisión de equipamiento urbano.
En la calle Uruguay se proyectó el ensanche de las aceras entre Córdoba y Corrientes. La vereda este pasará de cuatro a ocho metros de ancho en todo el tramo y se eliminarán los estacionamientos. En tanto, la vereda oeste también se ampliará, aunque no lo hará con un ancho constante, con el fin de dejar espacio para dársenas de estacionamiento.