La amenaza ómicron: por qué superar la barrera de los 100.000 contagios diarios preocupa a los infectólogos
Para los expertos, el nuevo récord puede impactar en un mayor número de internaciones
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Ya no es un pico ni una ola. Es una pendiente empinada que actuará como un trampolín para el crecimiento exponencial de casos de Covid-19 en los próximos siete a diez días y que recién para mediados de febrero próximo empezará a bajar nuevamente. La curva epidemiológica que hoy alcanzó los 109.608 nuevos contagios preocupa a los especialistas consultados por LA NACIÓN. No por la cantidad de casos graves ni por las muertes, que en las últimas 24 horas fueron un total de 40, sino porque, en términos epidemiológicos, haber superado los 100.000 casos diarios resulta significativo. Es decir, un número tan alto a pocos días de haber comenzado el ascenso de infecciones obliga a proyectar muchos más contagios en las siguientes semanas.
En las últimas 24 horas, además, el país superó los seis millones de infectados desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020. Esto significa que, al menos, uno de cada siete habitantes ya cursó o está cursando la enfermedad. La mayor cantidad de casos se registraron en la provincia de Buenos Aires, con 39.183 infecciones nuevas; en Córdoba, con 14.978 y en la ciudad, con 12.107.
“Claro que este número nos preocupa, porque si bien hay pocos casos graves, es un goteo de contagios que terminan en la internación y que van a ocupar las camas de terapia, cuya ocupación ha aumentado levemente sin todavía llegar a tensar el sistema. Pero en los próximos días también aumentará el ausentismo laboral y esto afectará la capacidad del sistema sanitario”, explica el infectólogo Eduardo López, que integra el comité de expertos que asesoran al Presidente.
“Estamos cursando una tercera ola con dos variantes de alta transmisibilidad. En Córdoba, ómicron ya representa el 80% de los contagios; en la ciudad, el 70% de los casos y en la provincia, el 40%. Esto va a seguir subiendo en los próximos siete a 10 días. Y veremos que esta variante, que es entre cuatro y seis veces más transmisible que la delta, va a ser dominante en la mayoría de los grandes centros urbanos”, agrega López. Y completa: “La preocupación por este número está dada porque todavía hay un número importante de personas que no han completado la segunda dosis. Y la variante ómicron, para tener protección adecuada requiere tres dosis. Con dos dosis, la eficacia de la vacuna es del 35%”, alerta.
“Esta suba de casos era algo esperable. Aunque no por eso menos preocupante. Estamos viviendo una multiplicación geométrica de los contagios a expensas de variantes muy contagiantes como delta y ómicron. Hoy el virus se está comportando con el nivel de propagación que lo coloca entre la varicela y el sarampión. Cuando empezó la pandemia el R0 [este índice mide el potencial de transmisión del virus; es decir, a cuántas personas en promedio contagia un infectado] era de 2,5. Con delta llegó a entre 4 y 5 y ahora estaremos superando los 10″, advierte Elena Obieta, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Algunos especialistas incluso consideran que el nivel de contagios es mayor a lo que reflejan los números, por la alta tasa de positividad de los testeos, que hoy fue del 56,2%. “El nivel de contagios seguramente sea mucho mayor, porque hay muchos casos asintomáticos gracias a la vacunación. Por eso, este es el momento de seguir con los cuidados y de completar los esquemas. De no bajar los brazos. La vacunación de los niños está muy rezaga. Y los contagios van a seguir aumentando hasta que se acabe la población susceptible. Por eso, preocupa la suba de casos. Justamente porque todavía hay mucha gente insuficientemente vacunada. Y con semejante contagiosidad, en los próximos días todos los servicios esenciales se verán resentidos. Este pico sobrecarga el sistema de salud y las guardias de los hospitales. No vemos por el momento un impacto en las internaciones. Sin embargo, si aumenta el número de casos, la mortalidad y las internaciones también van a aumentar”, indica Obieta.
Cruzar la barrera de los 100.000 casos es significativo, advierten los infectólogos. No solo por el número, sino por la tendencia. “Es un número que va creciendo. Tal vez en una semana sea el doble. El aumento ha sido exponencial. Lo que está circulando es ómicron y los jóvenes son los que más se están contagiando, porque son el grupo con mayor actividad social y menos vacunación”, indica Pablo Bonvehí, miembro de la SADI y especialista del Cemic. “Si bien la mayoría de los cuadros no requieren internación, no es cierto que sean cuadros leves como un resfrío para quien lo atraviesa. Hay que ser cauteloso. Todavía estamos muy alejados de los picos. Si esta suba de casos hubiera ocurrido en mayo o junio pasados, habría sido una catástrofe. Pero hay que ser muy cautos, porque al aumentar el número de casos, proporcionalmente aumentarán las internaciones. Y en los no vacunados y los que tienen factores de riesgo el cuadro puede complicarse”, agrega.
Volver al barbijo
Los especialistas están convencidos de que, en plena suba de casos, es momento de insistir en los cuidados personales. Sobre todo, en aquellas conductas aprendidas durante la pandemia que se fueron relajando en los últimos meses. “Si soy contacto estrecho tengo que aislarme, no esperar a ser positivo”, apunta Obieta. “Si uno quiere evitar contagiarse, en este tiempo tiene que dejar de asistir a los encuentros con muchas personas y si hay que participar de una reunión, priorizar que sea al aire libre. Lamentablemente, muchos fueron abandonando en este tiempo el uso del barbijo y hasta volvieron a compartir mates. Es un tremendo error. La suba de contagios también tiene que ver con esto, sumado al aumento de la actividad social de diciembre”, describe Bonvehí. “Diciembre estuvo repleto de eventos propagadores. Ahora se están viendo las consecuencias”, refuerza Obieta.
“Usar barbijo reduce el 50% las chances de contagio y mantener la distancia social, otro 25%. Si algo tiene que cambiar en los hábitos cotidianos en este momento es justamente el haber abandonado esas medidas de cuidado”, dice López. “Muchos, en este tiempo, volvieron a saludarse con beso y a darse abrazos. Con esta variante esos segundos de contacto alcanzan para contagiarse. Hay que volver a saludar con el puño”, agrega Bonvehí.
¿Cómo seguirá la escalada de casos? ¿Cuándo se llegará a una meseta? Es difícil preverlo, menos aun cuándo los contagios comenzaran a bajar, como ocurrió en Sudáfrica, en Suecia y en Dinamarca, explica López. Sin embargo, se atreve a pensar que el proceso pueda durar un mes y medio. “Esta variante, en esos países se comportó así, con un pico alto, una meseta y un descenso veloz. Pero en otros países de Europa fue distinto. Y probablemente por eso sea difícil hacer un diagnóstico. Pero estoy convencido de que los casos van a empezar a bajar cuando aumentemos la proporción de la población con tres dosis”, estima el especialista.
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