Juicio en Nueva York: un testimonio clave comprometió más al terrorista uzbeko que mató a cinco rosarinos
Una agente del FBI señaló que el atacante le había dicho que había protagonizado el atentando en nombre de ISIS
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ROSARIO.– El testimonio de una agente del área de Contraterrismo del FBI, en Manhattan, fue clave en la segunda jornada del juicio contra el terrorista uzbeko Sayfullo Habibullaevic Saipov, que el 31 de octubre de 2017 embistió con un camión y mató a ocho personas, entre ellas a cinco argentinos, en Nueva York.
Según informaron a LA NACIÓN fuentes que asesoran a las víctimas argentinas, la agente del FBI Joana Maduro declaró ante el jurado –integrado por 12 personas seleccionadas entre más de 1000 aspirantes– que Saipov le confesó en el hospital, donde había sido trasladado tras el ataque, que el atentado lo había hecho en nombre de la organización terrorista ISIS.
Ese testimonio es clave porque convalida la acusación de la fiscalía, que argumenta que Saipov era un eslabón de ese grupo terrorista en Nueva York. Es parte central de las 28 acusaciones que enfrenta y podría ser sentenciado a la pena capital.
La estrategia de la defensa de Saipov fue tratar de desacreditar el testimonio de Maduro, que se transformó en una de los principales testimonios en el inicio del juicio que comenzó ayer, después de cinco años.
En la sala de audiencias del tribunal están presentes durante esta etapa del juicio los familiares de las víctimas de Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi, que viajaron desde Rosario, ciudad en la que vivían los hombres asesinados en el brutal atentado que ocurrió durante la tarde del 31 de octubre. Ese día este grupo de exalumnos del Colegio Politécnico de Rosario paseaba por la ciclovía del sudoeste de Manhattan cuando fueron embestidos por un camión, que manejaba el terrorista uzbeko.
Cara a cara
Este lunes por primera vez los familiares de las víctimas se enfrentaron cara a cara en la sala de audiencias del tribunal con Saipov. Por recomendación del juez Vernon Broderick, los familiares no podrán tener contacto con la prensa hasta que termine el juicio, que es oral y público.
Saipov, de 30 años, se mostró inmutable, según contaron a este diario asistentes a la audiencia, vestido con un suéter verde, anteojos y la barba larga, parecida a la que tenía el día que decidió realizar el atentado.
En diálogo con LA NACIÓN, Juan Félix Marteau, abogado de la familia de Mendoza, quien se encuentra en Nueva York, aclaró “que prefiriere abstenerse de hacer comentarios puntuales sobre lo sucedido en las audiencias”. No obstante, señaló que “los hechos que configuran el ataque por parte de Saipov se encuentran totalmente probados, siendo esencial en el juicio que se demuestre que el mismo se realizó en el marco de un proceso de radicalización generado con el Estado Islámico”. En su opinión, “no hay dudas de que el autor se vinculó con el aparato de propaganda de ISIS y hay que ver si además tuvo vínculos personales con miembros de la organización terrorista”.
Marteau pidió en octubre pasado al fiscal general la pena máxima, que es la pena de muerte contra Saipov. Los últimos dos fiscales generales de Estados Unidos que intervinieron en la causa, Geoffrey Berman y Merrick Garland, también solicitaron la misma condena.
Tiempos
El juicio tardará más de lo esperado, unos dos meses, porque el terrorista nunca admitió su culpabilidad. En febrero pasado, tras dilatar, con distintas estrategias, el inicio del debate, anunció a través de su abogado David Patton, que pretendía admitir la culpabilidad del ataque que provocó ocho muertos, a cambio de ser condenado a prisión perpetua. Su objetivo era evitar la pena de muerte.
Los dos fiscales federales que pasaron por ese cargo en los últimos cinco años coincidieron en pedir la pena máxima. La defensa de Ana Evans, la esposa de Hernán Mendoza, en manos Marteau, pidió que si Saipov es considerado culpable le apliquen la pena de muerte. Es un hecho inédito en la Argentina, que familiares de una víctima soliciten la pena capital.
En el escrito presentado en 2018 –al que tuvo acceso LA NACIÓN– ante el fiscal general de Estados Unidos, en ese momento ocupaba el cargo Geoffrey Berman, el abogado de Evans argumentó: el pedido de la pena de muerte “se sustenta en dos razones diferentes pero complementarias: por un lado, ante el asesinato de mi pareja y padre de mis hijos, Hernán Mendoza, nuestro proyecto de vida personal y familiar, basado en el amor mutuo, ante todo, ha sido destruido para siempre. Por otra parte, a través de su acto terrorista, ejecutado por este atacante de ISIS, el acusado ha desafiado el fundamento mismo de las leyes y formas de vida, construido sobre los principios del respeto a la libertad y el derecho de todos los pueblos a la libre determinación”.
“El 16 de septiembre pasado el fiscal de distrito de Nueva York recibió el aviso del fiscal general Merrick Garland, que iba a continuar con la solicitud de pena de muerte. Esto fue un punto de inflexión en el proceso que había trabado el inicio del juicio”, señaló a LA NACIÓN Marteau.
Los abogados de Saipov –defensores públicos– apelaron directamente al fiscal general Garland para retirar la pena de muerte del caso, pero enfrentaron un rechazo a ese planteo.
El jurado, integrado por 12 personas, será el encargado de sentenciar a Saipov. La pena máxima deberá ser por una decisión unánime. Como el terrorista no se declaró culpable, el juez Broderick pidió en el inicio del juicio a los miembros del jurado que eviten mirar al uzbeko como culpable porque hasta que se muestren las evidencias en las audiencias es considerado inocente.
Este juicio atrae una gran atención porque es el primero desde que Joe Biden llegó a la presidencia en la que podría haber una condena a pena de muerte a nivel federal. El actual jefe de Estado norteamericano hizo campaña con la promesa de poner fin a las ejecuciones en el ámbito federal.