Judíos: “Matar a otro no es una cuestión de fe"
Una nueva vida, aún en un embarazo no esperado, representa "un desafío que hay que asumir con responsabilidad". Quien lo dice en el rabino Tzvi Grunblatt, director de Jabad Lubavitch, en diálogo con LA NACION, que se expresó en contra de la legalización del aborto. "Tenemos que hacerle ver a la mujer embarazada que perder un hijo es un daño que deja un trauma del que no se va a librar fácil. Para superar las circunstancias en las que se produjo ese embarazo, no alcanza con cortar la nueva vida", apunta.
¿Qué enseña la ley judía sobre el aborto? Está prohibido en la Torá, explica y cita un versículo del Génesis: "No derramarás la sangre del hombre en el hombre". Y aclara: es una prohibición que rige tanto para judíos como para no judíos. Si bien consideran que la vida comienza desde la concepción, los judíos consideran que el feto no tiene el mismo status de vida que las personas. Por eso, se admite el aborto si existe riesgo de vida para la madre.
Los abusos sexuales pueden habilitar un aborto, pero un médico y un rabino deberán autorizar la interrupción del embarazo. En general, antes de los 40 días de gestación. "Legalizar el aborto es hacerle creer a los padres que el camino más largo es el más corto. Si el aborto es legal, uno termina por creer que tener o no tener ese hijo es exactamente lo mismo. Y no lo es. Como comunidad, tenemos que trabajar para cambiar las condiciones que hacen que esa mujer opte por no tener a su hijo", agrega.
– ¿Qué valores pone en juego el debate sobre el aborto?
–Se busca legalizar el aborto para proteger a la mujer embarazada en situación involuntaria, pero proteger y cuidar a la madre, no implica necesariamente permitir el aborto, sino también darle la contención y el apoyo. Hay que explicarle que perder un hijo deja un trauma del que no se va a librar. Si no le explicamos esto, la estamos desprotegiendo. Lo primero es que la mujer se sienta escuchada. Hay que entender por qué quiere abortar y buscar si no se pueden solucionar esos puntos. Si no tiene trabajo, si es un problema económico o si no se siente apoyada… Primero hay que ayudarla a crear las condiciones para recibir a ese hijo. Nuestra función, como líderes es enseñar la responsabilidad. Es un tema muy sensible. Es muy importante que tengamos en cuenta que para superar las circunstancias en las que se produjo ese embarazo, no alcanza con cortar la nueva vida. Hay que enseñar a asumir el desafío que plantea ese embarazo. A asumir la responsabilidad que plantea la nueva situación. Es más fácil enseñar a abortar.
–¿Qué cree que ocurrirá si se despenaliza?
–La despenalización tendía un impacto muy fuerte en la sociedad. ¿Estamos defendiendo el derecho a nacer o a morir? El Estado tiene que ser el último resguardo del derecho a la vida. Despenalizar hace que se pierda el rumbo. Puede ser que yo esté equivocado, pero prefiero equivocarme en preservar una vida que equivocarme en sacarla.
–Existe una gran cantidad de mujeres que hoy abortan de forma clandestina e insegura y el aborto es la principal causa de muerte materna. ¿Cómo se interpretan esos datos desde la creencia religiosa?
–Ante el planteo de que el aborto es una realidad, pienso en que tal como enseña el Talmud, hay un camino corto pero largo, como es el aborto, porque no lleva a ningún lado y hay uno largo pero corto, que es elegir la vida y apoyar a la madre. Legalizar el aborto es hacerle creer que es más fácil el camino que en realidad es el más difícil. Si el aborto es legal, uno termina por creer que tener o no tener ese hijo es exactamente lo mismo. Y no lo es. Como comunidad, tenemos que trabajar para cambiar las condiciones que hacen que esa mujer opte por no tener a su hijo.
–¿Cuál es la posición de la religión judía sobre el aborto? ¿En qué se sustenta?
–En el judaísmo, la Torá es la palabra de Dios. Y ahí es categórico que está prohibido el aborto. "El que derrame sangre del hombre en el hombre", dice el Génesis. Está hablando del feto. Significa que para la ley judía está prohibido el aborto. Dentro de la ley judía hay mandatos que son sólo para los judíos y otros que son para todos. La prohibición del aborto es de estas últimas. El respeto a la vida es la base de la civilización. Si la vida de otra persona no tiene el mismo valor que la mía, ¿qué nos mantiene unidos como sociedad? Cuando una mujer queda embarazada, hay alguien que va a nacer que es importante para Dios. Es un regalo de Dios. Esa persona va a cumplir una misión en la tierra. Va a ocupar un espacio que otra persona no va a suplir.
–¿Se admite en ciertas circunstancias?
Existen excepciones. Por ejemplo, si existe riesgo porque el feto amenaza la vida de la madre. Se interpreta que el feto está persiguiendo a la madre para matarla. Pero se debe analizar cada caso en particular. Para el judaísmo, una persona que ya salió al mundo no es lo mismo que un feto, por lo tanto, si la situación del feto pone en peligro a la vida de la madre, en ese caso, la vida de la madre, que es completa e integra, tiene preminencia sobre la vida del feto, porque el feto no tiene el mismo estatus de vida que el de su madre. Es un tema muy sensible. Nosotros analizamos cada caso por separado. Un rabino y un médico establecen si se trata de un caso de excepción. En caso de violación, puede llegar a haber permiso. No es lo mismo un aborto dentro de las primeras 72 horas de la relación que uno después de los 40 días.
–Si una mujer judía va a verlo y le cuenta que quiere abortar, ¿qué le dice?
–Yo, personalmente apoyé a muchas mujeres que querían abortar para que no lo hicieran. Las ayudé a cambiar las circunstancias por las que no querían a ese bebé. Y hoy son orgullosas madres de sus hijos y siempre me agradecen el aliento que les dí. También me encontré con muchas mujeres que abortaron, y años después, es un tema recurrente que siempre vuelve. No encontraban paz. A veces, por la decisión de un momento, cortamos la vida de alguien que podría haber nacido. Estamos hablando de responsabilidades extraordinarias. Ayudemos a estas jóvenes futuras madres, protegamoslas a ellas y a sus futuros hijos.
–¿Cuándo comienza la vida? ¿Y la persona?
–Muchos médicos plantean que cuestiones como éstas van más allá de lo científico y que ellos no se sienten en condiciones de decir cuándo una célula se convierte en persona. Nosotros tenemos la Biblia, que tiene más de 3700 años y que aporta una enseñanza muy clara. "Mi embrión vieron tus ojos" dice el salmista. La Torá prohíbe el aborto. Hay que tener demasiado coraje para decidir distinto.
–¿Puede la creencia religiosa de una parte de la sociedad determinar cómo se legisla para toda la sociedad, incluso para los ateos?
–Los argumentos que planteamos no son solamente de fe. Hoy se sabe que la vida empieza desde la concepción. Científicamente se sabe cuándo empieza la vida. Estamos interrumpiendo una vida. Nos duele menos si nos convencemos de que todavía no es una persona. Ojos que no ven, corazón que no siente. Matar a otro no es una cuestión de fe. Es un tema humano. Si no valoramos lo que es humano nos convertimos en máquinas.
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