Jóvenes, vida y muerte
La Secretaria de Salud Mental de Salta analiza el tema del suicidio en la adolescencia
La vida y la muerte adquieren sentido según los momentos socio-históricos, según las edades y las etapas evolutivas. Preguntarnos que es morir, que es la muerte, nos remite a preguntarnos también sobre la vida, sobre nuestro vivir.
En la adolescencia, la muerte es un tema importante, porque es una etapa donde se construye la identidad, basada anteriormente en procesos identificatorios, asumiendo características valoradas por personas del entorno, o figuras públicas. Esta presente la fantasía de morir que aparece como la posibilidad de poder observar, desde otro lugar y sin ser visto, cómo las personas reaccionan ante su pérdida.
La fantasía de muerte está presente en todo ser humano de un modo latente, en especial en la adolescencia por la ruptura y reconstrucción que requiere, siendo así también la de mayor vulnerabilidad.
Se trata de un momento de crisis, en el que cualquier fracaso parcial, rechazo o desilusión es vivido de un modo magnificado por el adolescente. En este sentido, es que se ve favorecido el surgimiento de las conductas de riesgo.
En el suicidio, es posible afirmar que la muerte no es vivida como búsqueda en sí misma, sino por qué pasaría (o no) si esto ocurriera. Los eventos previos que desencadenan en un suicidio son variados, aunque es posible identificar algún evento estresante, fracasos, pérdidas significativas y la exposición frente a noticias de suicidio de otra persona, lectura o visualización de un suicidio relatado o expuesto de una manera idealizada o romántica.
¿Que hacer si una persona presenta riesgo de suicidio? Primero, es fundamental brindar un espacio donde pueda expresarse, desde una escucha activa, sin enjuiciamiento, o apreciaciones de valentía, cobardía, o las ventajas de la vida. Brindar la oportunidad para que, exteriorizando lo que le angustia, pueda sentir que no está solo.
Existen momentos en la vida en que, abrumados por los problemas, perdemos de vista los recursos con los que podemos contar para hacer frente y resolver las situaciones. La posibilidad de verbalizar, expresar, genera alivio y se hace más realista la visión de los conflictos y de los recursos.
En ocasiones esperamos grandes cambios para que una situación se supere, sin embargo, modificar en lo más próximo o cotidiano permitirá dinamizar lo que en apariencias puede ser diferente..
Un conflicto, una crisis, puede generar angustia, incertidumbre, y temor… pero también puede ser la oportunidad para generar cambios y transformar la realidad. No se trata de evitar los conflictos, estos forman parte de la vida.
No es la ausencia de malestar en una familia, es una comunidad la que nos protege. Es la necesidad de un lugar, un espacio para ver, para escuchar, para contener, para acompañar, incluso para discutir vías o caminos de resolución. Es repensar a una sociedad involucrada, solidaria, heterogénea, y dispuesta a reconstruir lazos, redes.
La juventud es una etapa evolutiva que puede ser más vulnerable, pero también es la expresión de nuestra sociedad, de lo que nos pasa, de lo que nos duele… es también el gran motor del cambio.
Por Claudia Román Rú
Secretaria de Salud Mental de Salta