Joseph Beuys, un adelantado de las instalaciones artísticas
Parte de la prolífica obra del autor alemán se exhibe hasta junio en la Fundación Proa
Como pocos, Joseph Beuys trabajó incansablemente en la democratización del arte, comenzando por sus propios trabajos: hacía "múltiples" de 300 obras para compartir con la mayor cantidad posible de personas. Marcel Duchamp, para poner un ejemplo en sintonía, hacía "múltiples" de ocho, que ya era mucho decir.
Es difícil definir con un par de adjetivos al artista alemán que vivió entre 1921 y 1986 y parte de cuya extensa obra, especialmente signada por instalaciones, se exhibe desde el sábado pasado en la Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929, La Boca), con la curaduría de Silke Thomas y Claudia Seelman.
Fieltro, grasa, miel y sangre parecen ser los elementos centrales de una huella artística que Beuys deja impresa en objetos, pinturas, dibujos y performance que han llegado hasta nuestra ciudad, tras pasar por Brasil, y que regresarán a Alemania cuando concluya la exhibición en Proa, en junio próximo.
La disposición de la muestra respeta cierto espíritu caótico de Beuys. Se exhiben en vitrinas algunas de sus obras, mientras que están al aire libre otros elementos que formaron parte de sus instalaciones más destacadas, como el traje de fieltro gris que utilizó en la puesta Acción del ratón muerto-unidad de aislamiento.
Soldado en la guerra de Crimea, Beuys sobrevivió a la caída de un avión en el que cumplía funciones de artillero de cola y fue rescatado por lugareños. Ese episodio, que con los años contó mil veces con detalles más o menos coincidentes, pero agigantando cada vez más el significado para su vida, marcó su concepto de supervivencia y el uso reiterado de varios elementos: el fieltro (abrigo), la grasa (fuente de calor), la miel (alimento), la sangre (sufrimiento) y la linterna (fuente de luz). La instalación que mejor compone su concepto de supervivencia es el trineo que fue dispuesto cerca del traje de fieltro.
Innovador permanente, fue un precursor de las instalaciones artísticas y del arte efímero que desarrolló en distintos sitios de Europa utilizando el idioma propio del lugar elegido para comunicar mejor su mensaje. Convencido de que "todo ser humano es un artista", Beuys organizó en 1972 la Universidad Libre, en la que albergó a alumnos rechazados en otros establecimientos. Y donde concibió al pizarrón como un "dibujo público".
En la exhibición en Proa, que abarca obras del período 1955-1985, sorprende ver las pizarras con sus trabajos, ya que decidió preservarlas fijando sus contenidos, en vez de la actitud usual del maestro clásico de borrar para volver a escribir sobre la superficie.
Defesa Della Natura, acción desarrollada en Italia, es quizás su proyecto más integral. Una de sus fotos más famosas es la de cuerpo entero La rivoluzione siamo noi, de 1972, que lo muestra con estilo de cazador y su sombrero eterno, que usaba para resguardar cicatrices de la guerra.
Beuys desarrolló múltiples acciones: desde crear la Asociación de Democracia Directa, donde atendía a la gente en un escritorio con un florero y una flor (su lema era "no podemos hacerlo sin rosas"), hasta empuñar una pala y proponer plantar miles de robles para impedir una tala de árboles en 1972, acción bautizada como Salven los bosques.
Efímero, con aires de chamán -era usual verlo con un saco de piel-, buscaba reflexionar sobre el vínculo entre el hombre y la naturaleza. Su obra de arte preferida no se ve en Proa, sino que se siente en Proa con su propia definición: "Ser docente es mi más importante obra de arte".