Jorge Zorreguieta, ferviente impulsor del desarrollo del campo y padre de una reina
Con una trayectoria ligada al campo, a la que sumó su frecuente participación en instituciones culturales, la vida de Jorge Horacio Zorreguieta -fallecido ayer, a los 89 años, en esta ciudad, según confirmaron fuentes cercanas a la familia- se caracterizó por un firme compromiso con el desarrollo del país y el crecimiento de la actividad rural.
Padre de la reina Máxima, de Holanda, Zorreguieta se encontraba internado desde la semana pasada en Fundaleu, donde fue acompañado hasta sus últimos instantes por su familia.
En una comunicación difundida anoche, el Estado de Holanda informó "con gran tristeza" el fallecimiento del padre de la reina y anticipó que "al entierro sólo asistirá el círculo íntimo: la reina Máxima, el rey Guillermo-Alejandro y sus hijas, las princesas Catharina-Amalia, Alexia y Ariane".
Zorreguieta fue un dirigente agropecuario de reconocida trayectoria y fuertes convicciones. Confiaba en la iniciativa y la creatividad de los productores como eficientes multiplicadores de los recursos del país, y así lo demostró en las distintas funciones que le tocó ejercer, tanto en el ámbito público como en el privado.
Se desempeñó como secretario de Agricultura y Ganadería entre 1979 y 1981 -previamente había sido subsecretario del área e interventor en la Junta Nacional de Granos- y en las sucesivas funciones promovió una política comprometida con la liberación del mercado y la apertura de la economía, con la eliminación de los derechos de exportación y la reducción de las tasas de importación.
Durante su gestión, el sector agropecuario alcanzó en ese tiempo tres cosechas récord; aumentó en un 80% las exportaciones de granos y oleaginosas, y recuperó los niveles en los embarques de carne, entre otros logros.
Más allá de su actividad en el área de Agricultura y Ganadería en una etapa convulsionada políticamente en el país, a fines de los 70 y comienzos de los 80, Zorreguieta cobró notoriedad y quedó en el centro de la escena veinte años después a raíz de la boda de su hija Máxima con el entonces príncipe Guillermo de Holanda. No pudo asistir al casamiento por el rechazo que suscitó en el Parlamento de ese país su participación en el gobierno militar de Jorge Rafael Videla. Si bien en nuestro país hubo voces que procuraron identificarlo con los casos de violaciones de los derechos humanos, nunca prosperaron denuncias en la Justicia.
Al impedirle participar del casamiento de su hija Máxima con el príncipe Guillermo, el Parlamento holandés argumentó su "responsabilidad moral" en los delitos cometidos por el gobierno de Videla. A pesar de las restricciones, Zorreguieta pudo asistir en noviembre de 2005 al bautismo de su nieta Alexia, la segunda hija de los reyes Guillermo y Máxima, en Wassenaar, un pueblo cercano a La Haya, donde la niña fue bautizada con aguas del río Jordán.
El padre de la reina siempre destacó la buena relación que mantuvo con su hija Máxima. En octubre de 2016 la acompañó, junto con su esposa, en una disertación ofrecida a estudiantes de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Con prolongada actuación en las entidades vinculadas con el campo, a pesar de no haber sido propietario de grandes extensiones de tierra, Zorreguieta fue secretario de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y de la Sociedad Rural Argentina. Presidió, además, la Comisión Coordinadora de Entidades Agropecuarias y fue miembro del consejo directivo de Carbap.
Tras la recuperación de la democracia, fue presidente del Centro Azucarero Argentino y encabezó, en 1984, la Conferencia Internacional del Azúcar, organizada por las Naciones Unidas en Ginebra. Presidió la Coordinadora de la Industria de Productos Alimenticios (Copal) y el Ateneo Rural de Buenos Aires, e integró el International Policy Council for Agriculture, Food and Trade (IPC), con sede en Washington, cuya misión es discutir las políticas de comercio y agricultura del mundo.
Durante los sucesivos gobiernos de todo signo fue una voz representativa de las necesidades de la comunidad agropecuaria.
Zorreguieta estrechó vínculos con la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, de la que también fue presidente en los últimos 30 años, como descendiente y digno representante de la comunidad vasca en la Argentina. Promovió, así, la investigación de la presencia de los vascos en el país, que llevó a la publicación de la obra Los vascos en la Argentina. Familia y protagonismo, de la que se publicaron varias ediciones. Con los aportes de más de 3000 familias descendientes de vascos se encontraron 10.000 apellidos euskéricos en nuestro medio.
Nacido el 18 de enero de 1928, fue exponente de una familia de clase media acomodada, con vínculos con sectores de poder. Vivió durante muchos años en su departamento de Recoleta, que no cambió cuando su hija Máxima pasó a formar parte de la familia real holandesa. De su primer matrimonio con la escritora y filósofa Marta López Gil nacieron tres hijas: María, Ángeles y Dolores. Y tuvo cuatro hijos con María del Carmen Cerruti Carricart: Máxima, nacida en 1971, Martín, Juan e Inés.
Enfermo de leucemia, Zorreguieta pasó por una severa crisis de salud en 2014 y durante el año pasado. En ambos casos, su hija más famosa viajó a Buenos Aires a visitarlo.
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