Jorge Polanco, el expiloto de Aerolíneas Argentinas que asegura que hace 25 años se cruzó en el aire con un ovni en Bariloche
En 1995 Jorge Polanco llevaba ya 18 años como piloto de Aerolíneas Argentinas. El 31 de julio de ese año iba a vivir un momento que le cambió la vida para siempre. Ese día comandaba el vuelo 734 con destino a Bariloche.
En el momento en que hacía el acercamiento a la pista de la ciudad, se cortó la luz y fallaron los radares del control aéreo. El piloto vio durante 15 minutos unas series de luces que se movían frente a su Boeing 727.
"Estaba aterrizando y tuve que hacer un plan de escape y volver a subir a 10 mil pies. Fue una maniobra difícil porque tenía de un lado la cordillera de los Andes y arriba un avión del Gendarmería que vio lo mismo que yo -cuenta Polanco a LA NACION-. Esas tres luces que formaban una especie de platillo, que emergió del lago Nahuel Huapi frente a mi nave".
Desde un avión de Gendarmería que esperaba para aterrizar dos mil pies más arriba que la nave de Aerolíneas también vieron las luces. Pero los dos tripulantes de esa nave ya murieron. El comandante de la fuerza, Juan Domingo Gaitán, en los diarios de esos días relató el avistaje: "Estando a 11.000 pies vimos sobre el lago Nahuel Huapi una luz de color ámbar que aumentaba y disminuía de intensidad desplazándose a gran velocidad hacia la cordillera".
Y prosigue el relato del piloto casi como si le hubiera pasado ayer mismo y no hace 25 años: "En la cabina éramos tres. El copiloto y el ingeniero se quedaron petrificados. Tuve que hacer la maniobra solo y en constante comunicación con la torre de control, en la que los operadores estaban viendo lo mismo. Después de unos 15 minutos que a mí me parecieron horas desapareció, volvió la luz y pudimos aterrizar".
Tras el incidente Bariloche, Polanco siguió volando en Aerolíneas. Ascendió a jefe de pilotos y llegó a volar a Europa. Ahora, ya retirado, realiza viajes privados y trabaja para una aseguradora de aviones.
Incidente Bariloche
El caso fue conocido y contado por los diarios de la época como "Incidente Bariloche". En los diarios de esos días se contó que el 31 de julio de 1995 una luz siguió durante 15 minutos al vuelo 734 de Aerolíneas Argentinas. Según comentaron en el aeropuerto, durante ese cuarto de hora, que coincidió con un apagón eléctrico en toda la ciudad de Bariloche, los instrumentos de la torre de control fallaron.
Esa noche, tras aterrizar y escribir el informe, Polanco volvió a Buenos Aires con el mismo avión. "Me sentía como si me hubieran sacado toda la energía. ¿Viste cuando tenés un ataque al hígado o te pegan muchas trompadas? Me dolía todo el cuerpo. Esa noche se lo conté a quien en ese momento era mi mujer y no me creyó, me dijo que aflojara con el vino".
Al otro día, desde temprano empezó el raid mediático de Polanco. El piloto relató su encuentro con el ovni en los programas de Chiche Gelblung, Mauro Viale y hasta se sentó a almorzar con Mirtha Legrand.
"No es que lo vi yo solo y se me ocurrió hacer una maniobra riesgosa con el avión cargado con 100 pasajeros -argumenta el piloto-. Lo vio el avión de Gendarmería que estaba más arriba, en la torre de control y hasta una pareja que vivía cerca del aeropuerto y justo había salido".
El periodista de LA NACION Mariano de Vedia viajaba en ese avión, ya que iba a cubrir la celebración de los 40 años del Instituto Balseiro. Así recuerda lo sucedido hace 25 años: "El vuelo se desarrolló normalmente hasta que en el momento de llegar a Bariloche anunciaron que empezaba el descenso y en un determinado momento sentimos un fuerte sacudón, llamativo. Después de eso anunciaron que se había cortado la luz en el aeropuerto, lo que iba a obligar al avión a hacer un rodeo".
"Mi reacción fue mirar por la ventanilla -continúa De Vedia-. Por supuesto que no se veía nada. Después de media hora, el avión aterrizó. Una vez que llegamos, en el aeropuerto no hubo ninguna irregularidad. Por la mañana me llama Germán Sopeña, que era el secretario general de Redacción, y me pregunta sobre el piloto que dijo que había visto un ovni y ahí me di cuenta de que era mi vuelo".
"Comencé a recolectar testimonios de otros pasajeros y nadie había notado ninguna irregularidad. Generó mucha conmoción, pero lo que es el vuelo en sí, la única irregularidad fue el sacudón. Yo lo atribuyo a que puede haber ocurrido algo que obligó al piloto a hacer una maniobra extraña, ahora si fue un ovni o no, no tuve ninguna referencia", recuerda el periodista.
Sin certezas, Polanco tiene una teoría: "En mi avión iban unos 30 físicos nucleares a un evento en Bariloche. Creo que sin darnos cuenta hay otro mundo que nos está controlando y supervisando para que no nos matemos entre nosotros".
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