La instalación de un muro verde de 70 metros cuadrados en avenida Corrientes y Maipú, sobre un estacionamiento, es el último ejemplo de una moda que se está imponiendo en la Ciudad impulsada por el gobierno porteño y que encontró eco en empresas privadas y particulares.
Los jardines verticales o muros verdes son intervenciones con plantas sobre paredes y muros improductivos que se hacen para embellecer la ciudad y disminuir la contaminación ambiental y sonora. Incluido el de avenida Corrientes, el gobierno porteño ya instaló 48 en techos de cruces ferroviarios, autopistas y edificios.
Al retener una capa de aire entre la masa vegetal, los muros verdes incrementan la aislación térmica, amortiguan el frío y el calor y reducen la temperatura ambiente. Además, incrementan la aislación acústica, ya que un muro vegetal de 8 centímetros de espesor es capaz de aislar sonidos de hasta 40 decibeles. El costo del jardín en avenida Corrientes será de $ 392.650, incluidos la instalación y el mantenimiento por un año.
La empresa a cargo del trabajo es GWall, que también realizó el gigantesco BA delante del Obelisco y las fachadas verdes de los locales de Arredo, empresa que también colocó un muro verde en la estación Facultad de Medicina del subte D a modo de publicidad.
Además, hay otras empresas privadas que decidieron poner jardines verticales en sus paredes externas, como la petrolera Axion (Libertador y Salguero), o internas, como el Banco de Galicia en su sede central, el Sheraton de Retiro o el Burguer 54 de Santa Fe y Coronel Díaz.
Agustín Sassón, uno de los socios de Arredo, cuenta cómo fue que decidieron colocar jardines en sus fachadas en 2009 y se convirtieron en pioneros en la materia: "Nos dimos cuenta de que la cartelería que teníamos en nuestra fachada era un gran comunicador, entonces pensamos dejar una huella positiva. Así llegamos a un jardín, que ayuda al ambiente. Lo que no pudimos es medir es lo que impacta en la felicidad de la gente".
"La realidad es que tuvimos mucha repercusión, nos encontramos con que el jardín vertical trascenció al entorno Arredo: gente que no consume la marca o está desvincula de lo que es productos para el hogar entraba a los locales. Había gente que no tenía idea de lo que vendíamos, tuvo mucho impacto. El local empezó a devolverle algo al entorno. No sólo es un lugar de transacción, sino un espacio para el vecino", asegura Sassón. Ahora Arredo también tiene un servicio para construir jardines verticales en casas particulares con un sistema más fácil, de macetas apilables.
Si bien su principal función es purificar y renovar el aire, los jardines verticales también reducen la contaminación visual, permiten renovar fachadas o espacios degradados, reconstruir el perfil urbano y enriquecer el espacio público. La vegetación tiene también la capacidad de filtrar hasta el 85% de las partículas de polvo que están en el ambiente.
El muro verde que están colocando en avenida Corrientes cuenta con 30 plantas por metro cuadrado. Los paneles tienen riego automatizado y las plantas se alimentan de la energía del sol. Para estos muros, el gobierno porteño usa geranios, rocíos, centáureas, esparragueras, manzanillas y sedos, entre otras especies.
"Los muros verdes son muy beneficiosos para los ciudadanos y mejoran el entorno en el que vivimos. Cuando ponemos jardines en los muros los hacemos más ecológicos y le damos aire fresco a la ciudad, aseguró a LA NACION Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.
Las técnicas de implementación de muros verdes imitan condiciones naturales que se dan, por ejemplo, en acantilados, y se adaptan a cualquier geometría. Se construyen sobre la base de paneles pre-cultivados o de un sistema de cultivo de fieltros. Se coloca un aislante para que no afecte la humedad a la pared, luego un doble fieltro donde van las plantas y un sistema de riego automático que funciona mediante una bomba que las provee de agua constantemente.
Las tareas de mantenimiento se realizan semanalmente, aunque al tener riego automático diario podría decirse que se desarrollan y automantienen. El sistema de riego está diseñado para minimizar el consumo de agua y consiste en una unidad automática que controla la inyección de nutrientes y ciclos de riego.
El Ingeniero Juan Ignacio Vidal Bruni, socio de la empresa Jardines Verticales, asegura que la mayoría de la demanda es de particulares, que los usan para las medianeras y para darle privacidad al balcón.
"El sistema es nuevo en Argentina, antes era económicamente inviable. La mayor ventaja que tiene es que la densidad de plantas es mucho mayor que la de cualquier cantero de una plaza, ayuda muchísimo a reducir la contaminación", señala Bruni, que confía en que se trata de una tendencia que llegó para quedarse, un cambio de hábito para una ciudad más sustentable.
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