Inclusión: cómo y cuáles son las plazas adaptadas para personas con autismo
Esta estrategia busca acercarlas de manera amigable a los espacios abiertos y a sociabilizar con sus pares
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Con la intención de avanzar hacia una ciudad más inclusiva, los diputados porteños aprobaron un proyecto en el que solicitaron al gobierno local que establezca los medios necesarios para que implemente en forma progresiva un sistema de parques, plazas y plazoletas inclusivas adaptadas para niños y adultos con trastorno del espectro autista (TEA).
La autora de la iniciativa, Cecilia Ferrero (Vamos Juntos), consideró que “es importante contar con espacios amigables con el autismo en la Capital porque son lugares donde las personas con TEA pueden integrarse al juego, pueden ser partícipes mediante los pictogramas, que son el medio que les ayuda a comunicarse y comprender el entorno. También estos espacios ayudan a visibilizar y poner en conocimiento de cada vecino y vecina la temática”.
Poco a poco, son cada vez más los municipios que se suman a esta estrategia inclusiva, que busca acercar a las personas con TEA a los espacios abiertos y a sociabilizar con sus pares. En la Capital, hace unas pocas semanas se inauguró un sector de juegos en la plaza Mafalda, en el barrio de Colegiales, que fue adaptado para que los chicos con esta condición puedan disfrutar de un momento de recreación al aire libre. Consultados por LA NACION sobre el pedido legislativo, voceros de la Secretaría de Atención Ciudadana porteña afirmaron que “se proyectan más intervenciones en patios de juegos, en las que se van incluir varias instancias inclusivas como juegos adaptados y espacios de calma”.
La vicepresidenta de la Fundación Brincar y madre de un adolescente con TEA, Soledad Zangroniz, fue una de las partes que intervino en la readaptación de los juegos de la plaza Mafalda para que sean funcionales para este grupo. “Básicamente, nosotros planteamos algunas cosas: las personas con autismo –no todas, pero sí en general– no poseen lenguaje, tienen formas de comunicarse, pero no el lenguaje oral. Los chicos y adolescentes con autismo utilizan pictogramas, son fotos o dibujos que funcionan como claves visuales que ayudan a estas personas a entender, anticipar o planificar una actividad. Algo de lo que se hizo, por ejemplo, fue colocar al lado de los juegos pictogramas que indican qué pueden hacer en cada juego”, señaló, en diálogo con LA NACION.
Al mismo tiempo, precisó que “otra de las cuestiones que aparecen muy frecuentemente en las personas con autismo tiene que ver con el trastorno sensorial, hay niños que sienten demasiado o sienten demasiado poco. Entonces, a estos lugares tan lindos como son las plazas muchas veces no pueden disfrutarlos porque la cantidad de niños, ruidos y texturas pueden interferir en su sensorialidad y derivar en un brote o berrinche”. Para evitar esto, indicó, se colocaron pisos de goma y espacios de retiro, de modo que “en este caos de estímulos, puedan apartarse si lo necesitan. Es un espacio de claustro, con bancos, retirado del bullicio, para que ellos no tengan que irse de las plazas, sino tomarse un descanso y luego volver a jugar”, describió.
“También se pusieron canteros con diferentes texturas como madera, acrílico, caucho... para que ellos lo puedan percibir a través de la vista o el tacto y puedan jugar. Hay hamacas para niños y adolescentes, ya que ellos se regulan o calman a través del movimiento; son hamacas más grandes, que están recostadas y tienen un cinto para que se pueda asegurar a los chicos. Hay todo un circuito con un trepador enorme y cilindros para que ellos puedan tirarse”, completó.
Otras experiencias
Por su parte, Martín Vera, padre de un niño con autismo y miembro de TGD Padres TEA-Avellaneda Red Federal, indicó: “Para los chicos neurotípicos la plaza es un lugar de encuentro, donde aprenden a compartir, exigen su derecho al turno, desafían sus debilidades y disfrutan del contacto con la naturaleza. Pero para un chico con autismo ir a una plaza significa una actividad no muy agradable, ya que los estímulos externos le pueden jugar en contra, generando episodios de crisis y estrés para las familias”. Y agregó: “En muchos casos, las familias de chicos con TEA lo que hacemos es no ir a estos lugares o prevenir lo que podría llegar a pasar. Sentimos la necesidad de garantizarles a ellos su derecho al juego, el descanso, la diversión y estar con otras personas, por eso creemos que las plazas inclusivas pueden convertirse en un ambiente accesible y amigable para nuestros chicos”.
“En el municipio de Avellaneda, lo que se hizo fue hacer en una plaza un espacio exclusivo para chicos con TEA, con juegos adaptados a ellos. La idea está buena y los juegos son hermosos. Dicen que son plazas inclusivas, pero en mi opinión es poco inclusivo: el objetivo es que ellos sean incluidos realmente con otros chicos y jueguen en un mismo espacio”, opinó.
La creación de estos espacios avanza en distintos rincones del territorio nacional. Recientemente se desarrollaron nuevas plazas en San Martín, en la provincia de Buenos Aires, o Río Grande, en Tierra del Fuego. También de destaca el caso de Tres de Febrero, que a principios del 2021 lanzó el programa “Momento Azul”, que busca mejorar la experiencia de niños y adultos con TEA en supermercados, restaurantes y otros lugares mediante el reacondicionamiento de los comercios, una iniciativa que ya cuenta con más de 20 sitios adheridos.
El intendente de ese distrito bonaerense, Diego Valenzuela, explicó a LA NACION que en el municipio “hay 20 espacios públicos y plazas adaptadas para personas con capacidades diferentes; eso implica señalética, mobiliario, equipamiento, juegos y otros recursos para el espacio público. Justamente, lo que se busca es que niños y adultos que tengan alguna capacidad diferente puedan compartir con sus amigos, hermanos y vecinos los mismos espacio. Es el verdadero concepto de la integración”.
“Hicimos una plaza inclusiva para personas con TEA, que son mucho más que juegos y mobiliarios. Es una plaza pensada para que ellos puedan estar tranquilos: por ejemplo, los vecinos nos piden que sea cerrada, ya que los chicos con autismo tienen una tendencia a escaparse. Además tienen pictogramas”, precisó. Se trata de la plaza Daniel Moreno, en Caseros.
En la ciudad
La Secretaría de Atención Ciudadana de la ciudad de Buenos Aires informó que actualmente el distrito cuenta con 533 espacios con patios de juegos adaptados para niños y niñas con necesidades especiales. Dentro del equipamiento con el que cuentan, la fuentes mencionaron hamacas integradoras, calesitas integradoras y juegos sensoriales (tatetí, xilófono).
“Las intervenciones en los nuevos patios de juegos cuentan con una mirada inclusiva y de integración, y se está trabajando junto con las comunas para lograr que haya juegos adaptados en toda la ciudad. Asimismo, el patio de juegos de la plaza Mafalda, inaugurado recientemente, cuenta con carteles con pictogramas para chicos y chicas con autismo”, explicaron.
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