Insomnio: ¿cómo combatir los diferentes trastornos del sueño?
Un alto porcentaje de la población mundial duerme mal; las distintas alteraciones que provocan este problema y cómo superarlo
Taparse, destaparse. Cambiar la almohada, la posición y hasta los pensamientos. Encender la televisión, apagarla. Navegar por las redes sociales, chequear mails. Leer un libro. Tomar un vaso de leche tibia. Creer que mientras el mundo duerme somos los únicos sin pegar un ojo. Sin embargo, según estadísticas del Centro Nacional de Desórdenes de Sueño de los Estados Unidos, entre un 30 y un 40% de las personas tiene algún problema de insomnio al menos una vez en el año, mientras que entre un 10 y un 15% lo padecen de forma crónica.
Para el doctor Daniel Cardinali, investigador superior del CONICET, esto se debe a que “el ritmo de vida actual (dormimos dos horas menos que hace 40 años) genera ansiedades y provoca que más de dos tercios de la población mundial tenga dificultades para dormir más y mejor”.
A grandes rasgos, según la Academia Americana de Medicina del Sueño, hay seis trastornos principales del sueño: el insomnio; los trastornos respiratorios (ronquidos, apneas y asfixias); las hipersomnias (dormirse durante el día); las alteraciones de los ritmos cicardianos (el mejor ejemplo es el jet lag), las parasomnias (sonambulismo, terrores nocturnos y pesadillas); y los movimientos anormales durante el sueño (calambres, bruxismo y síndrome de piernas inquietas, entre otros).
Algunas personas sufren sólo uno de estos trastornos, mientras que otras experimentan una combinación o alternancia de varios de ellos. Y por lo general se deben a alguna de estas dos causas: emocionales o enfermedades médicas. Y cualquiera sea el motivo, siempre es bueno consultar a un especialista para determinar la gravedad del cuadro y los pasos a seguir.
Sin embargo, existen maneras de garantizar el descanso. Entre las soluciones, Cardinali, quien también es profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires y director del departamento de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica Argentina, menciona algunas recetas caseras como tomar un vaso de leche tibia antes de acostarse o escuchar un mantra relajante. Pero existe una manera más directa, sencilla y también natural de alcanzar el ansiado descanso: la melatonina. “Es muy recomendable tomar una dosis de melatonina unos 30 minutos antes de acostarse”, explica el especislista. La melatonina se puede conseguir en pastillas que se venden en farmacias y es de venta libre. Y suma: “La función principal de esta sustancia es coordinar los ritmos de 24 horas, llamados cicardianos, donde el ejemplo más claro es el ciclo sueño-vigilia”.
La importancia de la ingesta de melatonina reside en el hecho de que todos los días el organismo produce un incremento vespertino en su secreción. Esto está asociado con el desencadenamiento del sueño. En boca de Cardinali: “Este efecto se produce por acción sobre el reloj cerebral que regula los ritmos de 24 horas”. Por eso, para el normal desarrollo del sueño es muy importante la presencia de una secreción adecuada de melatonina. “En dosis de 3 a 6 miligramos diarios, es capaz de mantener la sincronización de los ritmos cicardianos a un ciclo de 24 horas en personas que viven en condiciones que inducen modificaciones”, explica el investigador del Conicet.
Ahora bien, en los casos en los que la imposibilidad de dormir está relacionada con episodios de ansiedad o intranquilidad, muchas veces momentáneos como los nervios ante la proximidad de un examen o de un viaje, es recomendable acompañar la melatonina de algunas hierbas naturales como la valeriana, pasiflora o tilo.
En el mercado existen dos versiones: Melatol, indicado como inductor del sueño, y Melatol Plus, que además de tres miligramos de melatonina tiene extracto seco de valeriana, de pasiflora y de tilo, indicado no sólo como inductor del sueño sino también como sedante.
Curiosidades del sueño
- La melatonina combinada con extractos vegetales como pasiflora, tilo y valeriana ayudan a la relajación para lograr un mejor sueño.
- Se estima que antes del invento de Edison de la lámpara eléctrica, el hombre dormía unas tres horas más que hoy.
- En los últimos 50 años se redujeron dos horas del tiempo diario de sueño.
- El 30% de los adultos padece de insomnio en algún momento de su vida. Y según la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, actualmente el 50% de los argentinos lo sufren.
- En la sociedad occidental se perdieron el 25% de las horas dedicadas a dormir.