Inseguridad: "Metí la pata", dijo Fernández
Había culpado a los medios de preocupar a la ciudadanía
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, reconoció ayer que se equivocó cuando, al referirse a la ola delictiva que está viviendo el país, había dicho que era “un punch mediático”, y pidió disculpas a los vecinos al admitir que es consciente de la sensación de inseguridad: “No vivo dentro de un tupperware”, dijo.
Anteayer, el funcionario recibió a un grupo de vecinos de Barracas y Belgrano, a quienes les expresó que se había equivocado cuando adjudicó la inseguridad a una sensación instalada por los medios. Ayer, en una entrevista con radio Mitre, Fernández dijo: “Lo que quería era, de alguna manera, disculparme con esta gente (los vecinos). Decirles: mire, si usted entendió que yo quería decir eso, la verdad es que no; metí la pata, mi objetivo no fue ése”.
Sin embargo, el ministro no respaldó esa suerte de mea culpa con datos de la realidad, ya que siguió sin informar cuáles son las estadísticas oficiales sobre el delito. Incluso, calificó de "truchas" y "no oficiales" las cifras de la Policía Federal publicadas el domingo por LA NACION, que revelaban un aumento del 3,7% de las denuncias por robo en el primer cuatrimestre de este año en la ciudad de Buenos Aires respecto de igual período de 2005.
Las cifras recogidas por LA NACION corresponden a información de la División Estadísticas de la Policía Federal. Consultados voceros del Ministerio del Interior -del cual depende la policía- dijeron que no iban a hacer comentarios sobre este punto.
Las últimas estadísticas sobre delitos difundidas por el gobierno de Néstor Kirchner de manera oficial datan de 2004 y están consignadas en la página web del Ministerio de Justicia. Desde entonces se dejaron de publicar en Internet los datos sobre delitos en la ciudad, con lo que se buscaba dar transparencia a la gestión en esa materia.
Ante la reticencia del ministro a dar a publicidad las estadísticas, un periodista de LA NACION, al amparo del decreto del Presidente que garantiza el acceso a la información, pidió los datos, pero tras un trámite de un mes y medio el ministro respondió que era información clasificada como reservada, por lo que estaba exceptuado de difundirla.
"Cuando las cosas estén en orden lo publicaremos como corresponde, porque si yo le digo que las estadísticas rumbean para otro lado lo primero que van a decir es que mi vocación es querer cambiar el pensamiento de la gente, o desviar y darles pasto a dos o tres tarados que están aprovechando esto para hacer política. Yo no voy a hacer eso. Lo que voy a intentar es mostrarle seriamente qué es lo que está sucediendo a la sociedad como corresponde y no publicar lo que se ha publicado, que es todo trucho, porque nada es la encuesta oficial, no lo es ninguna de las que se publicaron, y que sigan publicándolas, yo no voy a hablar del tema."
-¿No son de la Policía Federal las encuestas de Clarín y de LA NACION?
-Ninguna es de la Policía Federal. Nuestro análisis nos dice que determinados niveles de delitos complicados han ido desapareciendo, y yo pretendí decir, o explicar a la sociedad, qué era lo que estábamos consiguiendo con algunas de nuestras políticas; un montón de gansos que aparecieron en el medio, y no hablo de periodistas en este caso, se aprovechan de la situación o del dolor de la gente y quieren sacarle ventaja a este tema, y yo caí como un chorlito".
Fernández reconoció que la sensación de inseguridad está instalada entre la gente, más allá de lo que publiquen los medios: "La sensación está, y la sensación no se cambia con discursos; se cambia con hechos, se cambia con testimonios. Mi preocupación no está en cambiar la cabeza del hombre que siente la sensación o la mujer que siente la sensación, en la calle, con una palabra; yo no soy quién para curar de palabra (...) Yo sé que la sensación está porque no vivo dentro de un tupperware ".
Respuestas políticas
"Algún cambio tengo que producir de fondo", expresó el ministro.
Ante la serie de delitos violentos en la ciudad, que van desde el doble homicidio del dueño de un restaurante y su hijastro en Colegiales, el crimen de un joven a manos de un tirador serial en Belgrano, el asesinato de una mujer en los bosques de Palermo hasta las violaciones denunciadas en las líneas de subte, el Ministerio del Interior dio dos respuestas políticas de urgencia en menos de una semana: anunció que unificará con la provincia de Buenos aires el número telefónico de emergencias 911 y lanzó el programa Tren Alerta y Subte Alerta. Estos consisten en publicar un número telefónico de emergencia (el *31416, que es el número Pi) y colocar cámaras de seguridad en las estaciones de subte porteñas y en los andenes de los trenes que circulan por el área metropolitana. Las imágenes podrán ser vistas por los vecinos desde páginas web.
Ayer trascendió de boca de pacientes en la sala de espera del hospital Pirovano que anteayer había llegado a la guardia una joven que dijo que había sufrido un abuso sexual en una estación del subte D, pero ayer la Policía Federal, ese hospital y la Asociación de Víctimas de Violación (Avivi) dijeron que no había denuncias.
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