LA NACION CONTENT LAB
PARA CAEME
Los medicamentos,
en el centro de la escena:
la respuesta es la innovación
Si la comunidad científica se encamina a lograr desarrollar en tiempo récord nuevos tratamientos y vacunas para la Covid-19, eso es porque tanto la academia como la industria farmacéutica guardan un trasfondo de investigación que no es para nada nuevo. De cómo la pandemia ha puesto al descubierto que los medicamentos figuran entre las mayores innovaciones de la historia.
“El éxito todavía no está garantizado”, viene advirtiendo la Organización Mundial de la Salud. Pero el hecho de que a poco de cumplir un año de la codificación genética de aquel “nuevo y extraño” coronavirus contemos hoy con más de 200 investigaciones de vacunas -11 de ellas en Fase 3-, no es casualidad, ni arte de magia, ni una simple carrera atolondrada para acabar por fin con esta pandemia. Industria, academia y gobiernos unen fuerzas para tratar de contener y eliminar el virus lo antes posible. Y en ese camino surgen nuevas técnicas diagnósticas, tratamientos con antirretrovirales, anticuerpos monoclonales y desde luego la investigación de una nueva vacuna.
“Toda la sociedad está enfocada en encontrar una solución frente a esta pandemia. La industria motorizó como nunca antes investigaciones de tratamientos y vacunas. Lo interesante es que se buscaron diferentes estrategias, algunas conocidas y otras nuevas. También que se fortaleció la colaboración público-privada. Creo que está claro que la respuesta es la innovación. Y uno de los aprendizajes, que tenemos que seguir trabajando fuertemente para que más personas puedan dedicarse a la investigación, que desarrollen su capacidad de innovar y que tengan incluso la oportunidad de arriesgarse”.
Flavio Devoto, presidente de CAEME y gerente general de AbbVie región sur.
“Si la pandemia tuvo un efecto positivo es que la sociedad comprendió el trasfondo de lo que es desarrollar un tratamiento. No es algo sencillo, requiere de muchísima colaboración y de investigación previa”, explica Devoto. Y agrega: “el desarrollo de medicamentos es algo altamente improductivo. Hay muchísima inversión, pero al final del día solamente unos pocos compuestos de los miles o decenas de miles que se investigan llegan al ser humano”.
El propósito final de la innovación farmacéutica es mejorar la salud de la población. De hecho, junto con las mejoras sociales, económicas, demográficas, sanitarias y epidemiológicas, los medicamentos figuran entre las innovaciones que más han contribuido al bienestar de la sociedad: han ayudado a mejorar la esperanza de vida, el estado de salud de las personas y también su
calidad de vida.
Mientras tanto en los últimos años la medicina personalizada ha hecho posible la adaptación de terapias celulares avanzadas con unos resultados más que prometedores.
Pero estos avances científicos también han contribuido al desarrollo económico y social, al construir sociedades más saludables y productivas y al potenciar la eficiencia del sistema sanitario.
Los fármacos no solo han permitido la cura y la prevención de muchas enfermedades: también han contribuido a aliviar síntomas, a acelerar el tiempo de recuperación, a aminorar efectos adversos e interacciones, a prevenir discapacidades y a encontrar las vías de administración más convenientes para el paciente. Basta pensar en el antes y el después que supusieron la penicilina, la morfina o las vacunas.
Algunos datos
Diferentes estimaciones indican que en la Argentina los nuevos medicamentos redujeron la mortalidad prematura en un 6,5 % en la población menor de 70 años, lo que equivale al 30% de la disminución total observada entre 2003 y 2013.
Casi la mitad de los 11.300 empleados de las empresas farmacéuticas innovadoras tienen estudios universitarios. Además, los empleados se dividen en partes iguales entre hombres y mujeres
Las ventas del sector de medicamentos innovadores (asociados a la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales, CAEME) asciende a unos USD 4.700 millones anuales, y constituye el 37% del valor agregado a la economía.
Se trata de uno de los sectores industriales más intensivos en tecnología. Las empresas asociadas a CAEME son responsables del 27% de la inversión total en I+D privada de la Argentina. Los asociados de CAEME invirtieron en investigación clínica más de USD 276 millones en el 2018.
“Tener activo ese músculo de la investigación y desarrollo y toda esa experiencia y esa capacidad de las 42 empresas que hacen CAEME permite que hoy tengamos un montón de desarrollos en vacunas y en tratamientos. Si uno revisa la génesis de las vacunas se va a encontrar con muchísimos proyectos colaborativos que hacen que la innovación pueda ser desarrollada más rápidamente”, marca también Devoto. Y finaliza: “Eso se suma al compromiso que las empresas siempre han tenido con los estándares de calidad desde el punto de vista regulatorio, que hoy es fundamental. Porque si bien está la premura por contar con un tratamiento, tenemos que poder garantizar que este sea seguro y efectivo”.