Ingenieros mecánicos, la "figurita difícil" para las grandes empresas
Hay un tipo de profesional que las empresas más importantes del país tienen serias dificultades para encontrar: el ingeniero mecánico. El déficit de ingenieros en Argentina no es ninguna novedad: hay uno cada 6000 habitantes, mientras que en Brasil hay uno cada 4000 y en Alemania uno cada 2000. De hecho, según datos del Centro Argentino de Ingenieros, 7 de cada 10 industrias tiene dificultad para reclutar ingenieros. Pero el problema se agrava aún más en la especialidad de mecánicos.
Por sus tareas, el ingeniero mecánico tiene un rol clave en la mayoría de las industrias. Pero esta demanda de trabajadores por parte de las empresas va a contramano de la oferta que proporcionan las universidades: a medida que pasan los años, hay una menor cantidad de inscriptos y egresados.
La “figurita difícil” para las empresas
Fernando Vicente tiene 42 años y trabajaba en British Gas, la compañía más grande de energía y gas en el Reino Unido. Ahora trabaja para la consultora ABB y lo convocan de distintas empresas para trabajar en la gestión de integridad y confiabilidad de petroleras.
"La mayoría relaciona a la ingeniería mecánica con un taller o un auto. Pero eso es por desconocimiento, ya que esta es una de las ingenierías más amplias y con mayor campo de aplicación. Podés trabajar en energía, siderurgia, tecnología aeroespacial, biomedicina y construcción. La mecánica toca todas las ramas de la ingeniería", explica Vicente, ingeniero mecánico recibido en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Además, cuenta que su posición es muy requerida porque logró especializarse en algo muy concreto, que son las evaluaciones técnicas de los sistemas de presión. "Hay que tener mucho ingenio porque una cañería que no tiene los componentes adecuados puede ser un peligro", detalla Vicente a LA NACION.
En Argentina, las industrias que más demandan a los ingenieros mecánicos son las automotrices, la siderurgia y las petroleras, según Matías Ghidini, de la consultora de trabajo GhidiniRodil. Ante las dificultades para reclutarlos, las empresas tuvieron que formular distintas estrategias para resolver este problema.
Para Luis Fredes, director de calidad en Axion Energy, el ingeniero mecánico tiene un "rol clave" en la industria petrolera. Por un lado, el cuidado de los equipos, y por el otro, el mantenimiento de de las plantas. "Estamos hablando de una industria de alto riesgo. Cualquier falla puede derivar en un problema de seguridad personal o en consecuencias ambientales. Una planta de refinación opera los 365 días del año sin parar. El mecánico es clave", detalla.
"En un país como Argentina, donde no sobran los stocks, la demora en la reparación de una refinería tiene como consecuencia el desabastecimiento. Por eso no me animaría a tener a otro ingeniero en esa posición", ejemplifica.
Para Fredes, el ingeniero mecánico y el eléctrico son "figuritas difíciles" de conseguir. Muchas veces lo que hacen es contratar ingenieros industriales "bien preparados y tener paciencia para capacitarlos en áreas específicas". Otra opción es traer gente del exterior. En este sentido, cuenta: "La industria venezolana formó buenos profesionales, con experiencia, y esa es una oferta que viene apareciendo hace algunos años. Si recorrés los pasillos de acá de Campana, vas a escuchar un montón de tonada centroamericana".
El panorama es similar en la industria siderúrgica. El italiano Giuseppe Brolis tiene 35 años y es el director de la fábrica de roscas de Tenaris en Campana, donde lidera a unas 700 personas. Estudió ingeniería mecánica en Bérgamo, luego trabajó en Techint en Italia y desde hace 7 años lo trasladaron a Tenaris en Argentina.
Según Brolis, tanto las plantas de Tenaris como las de Ternium que se encuentran en distintos puntos del país tienen problemas para encontrar ingenieros mecánicos. "No podemos reemplazarlos con otro tipo de ingenieros, porque los mecánicos son los que tienen los conocimientos más duros y son los que tienen más predisposición a estar en la planta de producción, haciendo trabajo de campo", explica.
"Es mejor tener el conocimiento técnico cuando estudiás y toda la parte de gestión la aprendés cuando trabajás con otra gente", cuenta Brolis. La empresa tiene una universidad en Campana para que los profesionales puedan aprender habilidades más relacionadas a gestión y management.
El proceso de selección de Tenaris es "estricto" según la empresa y "casi imposible", según los estudiantes de ingeniería de las distintas universidades consultados por LA NACION. "Si entrevisto 10 ingenieros mecánicos, es probable que a 7 les vaya bien. Con los ingenieros de otras ramas no tenemos esta tasa de éxito", ejemplifica.
"El hecho de estar fuera de Capital significa un problema, porque la mayoría de los ingenieros viven en la Ciudad o el conurbano. Además, creo que en parte la industria siderúrgica, que es pesada, asusta a los jóvenes. Quizá se ven más atraídos por la automotriz", agrega Brolis.
En el caso de la industria automotriz, el escenario es distinto. En la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) cada 15 días difunden una planilla de Excel con ofertas laborales para todas las ramas de ingeniería. Industrial y mecánica son las que más avisos suelen tener. Es sabido entre los jóvenes estudiantes que cuando sale una oferta laboral en Toyota circula por todos los grupos de Facebook y Whatsapp.
Andrés Massuh, director de Recursos Humanos de Toyota Argentina asegura: "No es fácil conseguir un ingeniero mecánico, suele ser más difícil que un industrial". "Tenemos que tener nuestros factores de atracción. Hay pasantías para los estudiantes que están en cuarto año de la carrera y luego el 80 por ciento terminan siendo empleados efectivos. También está el Instituto Toyota en el que hay cursos de gestión y liderazgo", agrega.
Al igual que en la mayoría de las industrias, Toyota está en en Zárate, por lo que estar lejos también representa "una dificultad" para reclutar a los profesionales.
Carrera difícil, desactualizada y “poco marketinera”
“En los últimos años crecieron las inscripciones en todo el país en las carreras de ingeniería industrial, informática, civil y electrónica. Pero no en mecánica”, cuenta Raúl Bertero, vice decano electo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Para Bertero, esto se debe a que se trata de una carrera muy difícil, poco conocida y “poco marketinera”, que no atrae a los jóvenes porque muchas veces eligen la especialidad solo por la “sensación” que el nombre de la carrera les sugiere. Además, cree que deberían modernizarse los planes de estudio, muchas veces concentrados en productos del siglo XIX, para capacitar a los estudiantes en la ingeniería mecánica del siglo XXI.
“Mecánica es una especialidad apasionante. Te capacita para ir a trabajar a Arsat y hacer un satélite que vaya al espacio. Falta vocación por esa carrera porque los estudiantes desconocen el enorme potencial y la diversidad de tecnologías de punta para las que esa especialidad los capacita”, opina Bertero.
Según estadísticas proporcionadas por las universidades, Ingeniería Mecánica no está entre las especialidades más elegidas y su popularidad fue decreciendo con los años. Ingeniería Industrial suele ser la preferida por los estudiantes, pero en los últimos años hubo un fuerte crecimiento de las carreras de sistemas e informática.
- Universidad de Buenos Aires (UBA): la carrera con mayor cantidad de estudiantes hoy en día es industrial (344), informática (213), civil (194), química (185), electrónica (154) y en sexto lugar mecánica, con 88 estudiantes. Las cifras corresponden a estudiantes cursando en los distintos años pero que ya pasaron el CBC. Observando los datos de los últimos años, en el caso de mecánica, en 2006 había 87 personas cursando la carrera. Diez años después, en 2016, hay 88. Por debajo y con muy pocos estudiantes se encuentran ingeniería electricista y naval.
- Universidad Tecnológica Nacional (UTN): las cifras de la UTN son muy representativas a nivel nacional ya que dan cuenta de lo que ocurre en las 30 universidades regionales que tiene la UTN en Argentina. Las cifras están actualizadas hasta el 2016. La carrera con mayor cantidad de egresados en 2016 fue sistemas (484), luego civil (339), industrial (337), y recién en cuarto lugar mecánica, con 248 egresados. Le siguen de cerca química (243) y electrónica (216), y muy por debajo quedan aeronáutica, eléctrica, naval y textil.
- Al analizar las tendencias de los últimos años se ve que hasta el 2013 ingeniería mecánica tenía más inscriptos que industrial y luego esto se revirtió. Inclusive, aún en los años en los que tenía más inscriptos, siempre tuvo menos egresados.
- Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA): mecánica representa tan sólo el 11 por ciento del total de alumnos. Sin embargo, creció en los últimos años ya que hace 15 años los estudiantes representaban el 2 por ciento. Está tercera, detrás de ingeniería industrial e informática.
- Universidad Argentina de la Empresa (UADE): Ingeniería informática fue la que más creció en los últimos años. Le siguen industrial, alimentos, telecomunicaciones y por último electromecánica. Sólo el 1.3% de los estudiantes de ingeniería que cursan en la UADE están en la especialidad de mecánica.
Salida laboral y ránking de sueldos según la industria
En un contexto de demanda de trabajo por parte de las empresas y de poca oferta de ingenieros mecánicos por parte de las universidades, la primera conclusión sería pensar en que la salida laboral es muy buena y con altos sueldos. Sin embargo, según los profesionales consultados por La Nación, la salida laboral no es tan automática, sino que conseguir un trabajo lleva alrededor de 6 meses. Además, los sueldos suelen ser menores a las empresas del mundo de la informática.
María Lucchetta tiene 35 años y es ingeniera mecánica egresada de la Universidad de Buenos Aires. Trabajó en una fábrica de envases y hoy se encuentra realizando un doctorado en la UBA.
“Tomé la decisión por dos razones: primero porque el sueldo de la fábrica era lo mismo que el de la beca doctoral. Y segundo, porque hay muchos lugares que no me toman por ser mujer. En los avisos que veo de puestos de dirección, todos piden sexo masculino”, cuenta Lucchetta.
Mientras realiza el doctorado en la UBA, recibe ofertas para trabajar en el exterior. “Me llamaron de Inglaterra y Arabia para desempeñarme en la industria petrolera. Me decían que me pagaban el pasaje. Y los sueldos son altos por tratarse del rubro petrolero. Cuando termine la beca lo analizaré”, dice Lucchetta.
De igual manera opina Esteban Angeletti, ingeniero mecánico recibido en la Universidad de Utrecht, Holanda. Con 35 años ya trabajó en 9 empresas y vivió en distintas ciudades del país. Estuvo en la industria automotriz, siderúrgica, aceitera, metalmecánica y química. Angeletti se dedica a “Capex”, que son proyectos de inversión de capital que agregan valor al activo de la compañía.
“Hay predisposición de mi parte a mudarme por distintas ciudades con todo el gasto emocional que eso implica porque es algo propio de la carrera”, opina Angeletti. “Uno pensaría que por simple regla de mercado si escasea algo, el sueldo debería ser más alto. Todos los ingenieros escasean, incluso los mecánicos, pero no veo que eso se traduzca en el sueldo”, asegura.
Tras su vasta trayectoria por las distintas industrias, detalla: “Las que mejor pagan son las petroleras y las mineras, pero porque ese sueldo contempla el desarraigo. Tiene que ver también qué tanto impactan los recursos humanos en los costos. En una siderúrgica los sueldos son muy buenos. Pero porque tenés costos gigantescos en materia prima entonces el costo del salario no es tan alto. En cambio las automotrices manejan márgenes de ganancia muy chicos porque el mercado es competitivo entonces pueden pagar un poco menos. Pero las diferencias no son tan grandes”.
Según la guía salarial de Adecco para 2018, un ingeniero de mantenimiento semi senior con 2 años de experiencia puede ganar entre 30 mil y 45 mil pesos por mes, dependiendo si la empresa es pequeña, mediana o grande. Por su parte, un gerente de producción o de planta, con 7 años de experiencia, obtendría un sueldo de entre 100 mil y 175 mil pesos, según el tamaño de la empresa.
Por su parte, según una encuesta salarial de Willis Towers Watson, la industria de alta tecnología fue la que tuvo el mayor incremento salarial durante todo el 2017, con 27,8% de aumento en el sueldo. Le siguió la agropecuaria (27,3%), la metalurgia y minería (25%), la automotriz (24,7%), y la petrolera (24,5%)
Ventajas y desventajas de la especialización
“El perfil del ingeniero está en discusión. Porque está ligado a lo que necesita la industria. Y esta industria en Argentina es dispar, tiene altos y bajos y está atomizada”, reflexiona Sergio Longo, profesor de la UBA.
Es que por más puestos de trabajo que surjan, y aunque los jóvenes recibidos sean escasos, existe una dificultad para los ingenieros mecánicos: el perfil con el que se egresan. “En muchos casos, las empresas no consiguen mecánicos no porque no hay, sino porque no tienen la especialidad que ellos necesitan. Como en Argentina no tenemos una industria específica muy desarrollada, hay que ser flexible para no encasillarse en un perfil de carrera”, agrega Longo.
“Las universidades se debaten constantemente entre llevar la carrera hacia una determinada especialización o ser flexibles”, concluye.
De la vereda de enfrente se encuentra la historia de Daniel Jmelnitsky, ingeniero mecánico de 60 años. Si bien estudió ingeniería mecánica en la UTN, a los 26 años se quedó sin trabajo por el cierre de las fábricas de principios de los ochentas y debió tomar otro rumbo. Desde aquel momento comenzó a dedicarse a la ingeniería textil y desarrolló un perfil más de ingeniero industrial, pero asegura que la variedad de temas aprendidos en la carrera le permitió poder adaptarse.
“Tuve que abandonar el sueño de entrar a Ford para aprender sobre la industria de la confección. Las crisis o la apertura de importaciones en determinados rubros se resienten directamente en los puestos de trabajo de un ingeniero”, reflexiona Jmelnitsky.
Desde hace 18 años, Jmelnitsky tiene su propia consultora en la que asesora a empresas de indumentaria. “Si bien me especialicé en indumentaria, los empresarios textiles suelen tener otros rubros. Una vez me llamaron para que visite una fábrica de ropa y en el mismo lugar tenían una planta metalúrgica. Me preguntaron si podía mejorar la productividad. Nunca antes había trabajado en ese proceso, pero lo analicé mentalmente, lo comparé con algo similar, y lo resolví”, cuenta Jmelnitsky. “La carrera de ingeniería mecánica te enseña a pensar. Después el camino se lo tiene que hacer uno”, concluye.
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