Informe: la OMS alertó sobre un “importante problema de salud pública” que afecta a una de cada seis personas en el mundo
El organismo advirtió sobre las consecuencias de la infertilidad en el sistema sanitario; pidió a los gobiernos que aumenten “urgentemente el acceso a servicios de fertilidad asequibles y de alta calidad para quienes los requieren”
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MADRID.– Una de cada seis personas sufre a lo largo de su vida problemas de infertilidad. En el mayor estudio hasta la fecha, publicado este martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto cifras a lo que cataloga como “un importante problema de salud pública”, que afecta a todas las regiones del mundo y cuyas causas no están del todo claras. El organismo ha pedido a los gobiernos que aumenten “urgentemente el acceso a servicios de fertilidad asequibles y de alta calidad para quienes los requieren”.
El informe –un compendio de los principales metaanálisis (investigaciones que a su vez recopilan otras muchas publicaciones) de los últimos 30 años– pone cifras a la situación, pero no se propone analizar causas ni en las tendencias. “No tenemos evidencia de que las tasas de infertilidad hayan aumentado”, ha dicho en una presentación a los medios de comunicación por teleconferencia Gitau Mburu, experto en salud sexual y reproductiva de la OMS. Si se comparan los datos de 1990 con los de 2010 no se encuentran grandes diferencias, pero Mburu también ha matizado que la forma de recabar las cifras no está pensada para mostrar los cambios a lo largo del tiempo, así como tampoco se ha examinado si hay una mayor prevalencia en hombres o mujeres.
El objetivo de la organización, ha justificado Mburu, era cuantificar el problema de la infertilidad, entendida como no lograr el embarazo después de 12 meses de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos en personas de entre 15 y 49 años (la mayoría de los estudios recopilan información de personas entre 15 y 49 años o entre 20 y 44). “Entender su magnitud es crítico para monitorear, evaluar y mejorar el acceso equitativo a servicios de atención de la fertilidad de calidad, así como abordar los factores de riesgo y las consecuencias que trae consigo”, reza el informe de la OMS.
Algunas de ellas son el “estigma social” y las “alteraciones emocionales” de quienes sufren estos problemas. “Esto es especialmente acusado para las mujeres de algunos países, que suelen ser culpadas de la falta de fertilidad de la pareja, lo que también repercute en aumento de la violencia de género”, afirma Pascale Allotey, directora de Salud e Investigación Sexual y Reproductiva de la OMS.
Impacto económico
La infertilidad tiene asimismo una importante derivada económica, ya que en la mayoría de los países los tratamientos para curarla los financian en gran medida las familias de su propio bolsillo, lo que a menudo genera “costos financieros devastadores”, denuncia el estudio de la OMS. “Las personas de los países más pobres gastan una mayor proporción de sus ingresos en atención de la fertilidad en comparación con las personas de los países más ricos. Los altos gastos frecuentemente impiden que las personas accedan a tratamientos de infertilidad o, alternativamente, pueden catapultarlas a la pobreza como consecuencia de la búsqueda de atención”, explica el documento.
“Millones de personas se enfrentan a costos sanitarios catastróficos después de buscar tratamiento para la infertilidad, lo que hace de este un problema de equidad importante y, con demasiada frecuencia, una trampa de pobreza médica para los afectados”, señala Allotey, quien reclama”mejores políticas y financiamiento público para mejorar significativamente el acceso al tratamiento y proteger a los hogares más pobres de caer en la ruina como resultado de la infertilidad”.
Los datos de la OMS muestran cierta variación entre distintas partes del mundo, pero las lagunas a la hora de recopilar datos y la heterogeneidad en exhaustividad de los estudios no permiten sacar conclusiones concluyentes de estas diferencias. Con estas salvedades, el estudio sitúa a la región del Pacífico como la que mayor tasa de infertilidad presenta (23,2%), seguida de la región de las Américas (20,0%), la región Europea (16,5%) y África (13,1%). La región Mediterránea (Oriente Próximo) es la que tiene la tasa más baja (10,7%). No hay grandes diferencias entre niveles de renta: la prevalencia en los países de ingresos altos es del 17,8%, mientras en los bajos y medios, de un 16,5%.
“El informe revela una verdad importante: la infertilidad no discrimina. La gran proporción de personas afectadas muestra la necesidad de ampliar el acceso a la atención de la fertilidad y garantizar que este problema ya no se deje de lado en la investigación y las políticas de salud, de modo que las formas seguras, efectivas y asequibles de lograr la paternidad estén disponibles para quienes lo buscan”, expone en un comunicado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.
Las causas no están claras
La infertilidad tiene causas diversas, pero queda mucho por investigar para saber en qué medida influye cada una. Un estudio publicado el año pasado mostraba que la calidad del esperma de los humanos ha bajado a la mitad en el último medio siglo. Pero tampoco está claro por qué ha sucedido esto. Jaime Mendiola, coautor de esta investigación, afirmaba en EL PAÍS que se baraja la exposición a químicos y contaminantes ambientales, que provocaría una disrupción hormonal del eje hipotálamo-hipófisis-gónadas que interferiría en la producción de esperma.
Sin embargo, Rocío Núñez Calonge, directora científica de Unidad de Reproducción Internacional, matiza que ni siquiera está claro que esta “supuesta” bajada en la calidad del esperma sea la causante de los problemas de fertilidad, ya que no se sabe si realmente ha descendido realmente en las últimas décadas. Si en la sociedad se ven cada vez más problemas para tener hijos, razona esta experta, es sobre todo por dos razones: “En primer lugar, ha bajado el estigma que suponía no poder concebir, con lo que es mucho más frecuente que las parejas acudan a las clínicas especializadas. En segundo, en países como España, las mujeres intentan tener hijos cada vez mayores. Sabemos que a partir de los 35 años se produce una caída en picado de la fertilidad y cada vez hay más que superan esta edad, o incluso que se aproximan a los 40″.
En España, la media se sitúa en 32,6 años, según los datos del INE de 2021, lo que supone un crecimiento de siete años con respecto a 1980. La Seguridad Social cubre los tratamientos de fertilidad de las mujeres hasta los 40 años (Madrid ha elevado la edad a los 45). En 2021, el Ministerio de Sanidad incluyó en la cartera de servicios de la pública la gestación asistida a todas las mujeres, independientemente de su orientación sexual y de su estado civil, así como a las personas trans con capacidad gestante, es decir, hombres que nacieron oficialmente mujeres y cambiaron de sexo registral.
Por Pablo Linde
©EL PAÍS, SL
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