Incertidumbre en el Colegio Nacional Buenos Aires: “Este año podría ser peor”
Las familias muestran su preocupación por los reclamos gremiales y el ausentismo de los profesores; las autoridades insisten con que se les descontarán los días a los docentes que adhieran al paro de 48 horas
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“Los chicos finalmente fueron a la escuela. Pero hubo muchos que lo hicieron innecesariamente, porque apenas tuvieron una sola clase durante toda la mañana, como mi hijo, que hoy empezó quinto año. Estoy indignado y no represento a ninguna agrupación, sino que hablo como padre de un adolescente que viene de un 2020 durísimo, y estoy muy preocupado por lo que pueda suceder este año. La rectoría es un desierto. Nuestra única posibilidad es tratar de hacer visible la situación, porque en el colegio nadie nos responde”, dice Sergio Steizel, padre de un alumno del último nivel del Colegio Nacional Buenos Aires, que este lunes se enteró del reclamo del gremio docente Asociación Gremial Docente (AGD-CNBA), que comunicó su adhesión al paro nacional de la Docencia Universitaria y Preuniversitaria –propuesto para este martes y miércoles, y en reclamo de la apertura de paritarias–, y anunció que sus afiliados no concurrirán esta semana a las aulas (a partir de este lunes y hasta el próximo viernes) con el argumento de que no están dadas las condiciones para volver a la presencialidad.
“Lo primero que señalan los docentes de AGD es que es imposible garantizar un distanciamiento social seguro en el transporte público, y recién después hacen otras consideraciones. Arrancan por un punto donde ni las autoridades del colegio ni los padres pueden hacer algo al respecto, entonces no sabemos qué puede pasar. Tal vez la señora Bergman (por Valeria Bergman, que reemplazó como cabeza de la institución a Gustavo Zorzoli, en febrero de 2019) está haciendo muchas cosas para ordenar esta situación y no nos enteramos de nada. Porque si hay algo seguro es que falla en la comunicación”, agrega, irónico, Steizel, que no es el único que manifestó su preocupación ante el inicio enrevesado de clases en la institución, un mes después que el resto de la mayoría de las escuelas del país.
Después de un año de enseñanza remota, una experiencia que a nivel académico muchos calificaron como “pobre” y “desastroza”, alrededor de 400 padres y madres firmaron y decidieron hacer pública una carta donde exigen garantías para el dictado presencial de clases durante este ciclo lectivo, y compartieron su preocupación ante la falta de comunicación de parte del colegio a las familias. “Las familias solicitamos que nuestros hijos e hijas puedan asistir a clases en 2021 como lo hacen chicos y chicas de la mayor parte de las jurisdicciones del país, esto es: de manera mixta -presencial y virtual- cuando la situación epidemiológica lo permita, y de manera virtual cuando las autoridades gubernamentales así lo decidan. Motiva esta iniciativa la pobre experiencia transitada en 2020, en la que fueron notables las limitaciones de la gestión de las autoridades del Colegio, así como la falta de organización y previsión en el contexto de la pandemia, lo que redunda en una inadecuada contención a los y las estudiantes y en escasos logros educativos”, expresaron.
“Después de un 2020 sin encuentros presenciales, los chicos iban a encontrarse hoy con sus compañeros y tener clase. Los que asistieron en este primer día fueron los de la burbuja A, pero en muchas de las divisiones de las que yo tuve noticia no hicieron nada vinculado al aprendizaje. Mi hijo entró al colegio 7.45, y hasta las 11.45 estuvo en el aula con sus compañeros y sin profesores. Lo que deja en evidencia que este año no solo puede ser igual al anterior, sino que podría ser peor. La situación es muy preocupante –opina Josefina Licitra, una de las firmantes de la carta–. El año pasado hubo un sistema de educación a distancia a través de un campus virtual, que fue muy deficiente. No hubo clases por Zoom hasta después de las vacaciones de invierno, y esos encuentros fueron pocos, con una implementación despareja entre divisiones de los mismos años y entre materias. Pero lo que más nos preocupa es que desde el colegio dicen que el campus funciona muy bien, y que supuestamente hoy se retomaron las clases, cuando hubo chicos que no hicieron nada”.
“Al profesor que no cumpla con su tarea, se le descontará el día”
Desde la institución educativa respondió a LA NACION Oscar García, secretario de Educación Media de la Universidad de Buenos Aires, y aseguró que el 90 por ciento de los cursos “abrieron” con profesores en las aulas, según le informó al promediar el turno tarde la rectora, Valeria Bergman. “Hubo algunos cursos que durante algunas clases estuvieron a cargo de tutores y preceptores. Pero como ya anticipamos, a ese 10 % de profesores que adhiera al paro y no cumpla con su tarea, se le descontará el día. Hubo cursos que hoy tuvieron mala suerte y tuvieron pocas materias, pero doy fe que otros alumnos estuvieron cinco horas en la escuela con cien por ciento de presencialidad docente, como el curso de mi hija”.
Con respecto a la falta de comunicación que indigna a muchos padres, García explica que la institución utiliza la vía formal, y que a ellos también la adhesión al paro del gremio docente AGD los tomó por sorpresa. “Es cierto que la rectora no habla con los padres, pero sí hay comunicación por la vía formal y la página institucional web del colegio. Todos los colegios preuniversitarios, que son seis en total, son muy estructurados. Cuesta el cambio de algunas conductas, y es atendible que se requiera de una comunicación más fluida”, reconoce García, que luego asegura que la continuidad de la presencialidad en las aulas no está en riesgo: “No hay dudas en nuestra postura. Hay que continuar. Mañana quizá se repita el mismo porcentaje de ausentismo por parte de los docentes, pero creo que con el correr de los días irá disminuyendo”, desliza.
Sin embargo, y según lo notificado, la Asamblea Docente del Colegio Nacional Buenos Aires, que se reunió el jueves pasado, y “ante el agravamiento de la situación epidemiológica en CABA y Provincia de Buenos Aires”; la imposibilidad de garantizar un distanciamiento social seguro en el transporte público; ante la ausencia de un protocolo de funcionamiento para los recreos y horas libres y “la inexistencia de un circuito de comunicación de casos sospechosos y positivos de Covid-19 que permita proceder eficazmente al aislamiento necesario”, entre otras cuestiones mencionadas, resolvió que no asistirá a las actividades presenciales durante esta semana, hasta el viernes próximo, y reiteró a las autoridades del colegio la necesidad de “reemplazar la presencialidad por una virtualidad organizada, que mejore sustantivamente la experiencia del año pasado, respetando el horario de docentes y estudiantes y teniendo en cuenta la situación de docentes con dispensa”.
Lorena Astrada estaba contenta esta mañana cuando a las 7.45, dejó a su hijo en la puerta del colegio. “Por suerte tuvo clases. De las cinco materias que tenía hoy fueron tres profesores. Pero está todo raro, y hay muy poca información. El forma parte de la burbuja A, que irá a la escuela esta semana lunes, miércoles y viernes. Pero no tiene claro aún cómo serán las clases virtuales mañana. La verdad es que hoy empezaron pero no sabemos cómo continúa. Después de un año tan malo como fue el 2020, todos los padres estamos muy preocupados, y aún estamos esperando que desde el colegio respondan a nuestra carta”, concluyó Astrada.
Una propuesta insuficiente e ingrata
La directora del nivel medio del Instituto Superior en Lenguas Vivas, Juan Ramón Fernández, también recibió hace algunas semanas una carta de parte de las familias que integran la comunidad de padres del colegio, donde manifestaron su preocupación por cómo se desarrollará este año lectivo, ya que en las primeras reuniones de padres, según lo informado en la misiva, las autoridades de la escuela manifestaron solo estar en condiciones de garantizar “la mínima presencialidad posible” (de 4 horas una vez por semana para cada burbuja).
“A posteriori, recibimos los horarios reales en los que concurrirán nuestros hijos a la escuela y, en muchos casos, ni siquiera se cumplirán esas horas semanales. Esto nos genera mucha preocupación por la educación, la salud psíquica y el bienestar socioafectivo de nuestros hijos e hijas”, manifestaron los padres en el documento, que consideran que la propuesta de mínima presentada por la escuela puede ser mejorada. “Nos resulta insuficiente e ingrata, no podemos resignarnos a aceptarla sin más, teniendo en cuenta que otras instituciones públicas con menor infraestructura, sin la trayectoria y el prestigio histórico de nuestro querido Lenguas Vivas, ofrecen una presencialidad ampliamente mayor”, reclamaron las familias.
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