Incendian y hunden un pesquero para evitar su captura
El barco era perseguido por la Marina
COMODORO RIVADAVIA.- Un buque de bandera taiwanesa que pescaba ilegalmente calamar frente a las costas de esta ciudad y dentro de la zona económica exclusiva argentina fue incendiado y hundido en la madrugada de ayer por su propia tripulación para evitar ser capturado por una corbeta de la Armada Argentina que lo perseguía.
El pesquero de calamar Jim Chin Tsai (que en la jerga naval se denominan poteros) pescaba a la altura de esta ciudad y a unas 12 millas náuticas (unos 22 kilómetros) dentro de la zona económica exclusiva argentina. En esa ocasión fue sorprendido por el radar de la corbeta ARA Drummond que, a toda máquina, se lanzó en su persecución.
En esa ocasión, según informó el Estado Mayor General de la Armada, al capitán del buque asiático se le dio la orden de detener su marcha con el fin de que una dotación de marinos argentinos lo abordara para practicar la denominada "visita y registro".
El capitán del potero desoyó la orden y guió su nave en dirección Este hacia aguas internacionales, por lo que se inició una persecución que se extendió a lo largo de casi 30 millas náuticas (unos 56 kilómetros) en medio de la oscuridad de una agitada madrugada, donde soplaban fuertes vientos sobre un mar encrespado. Durante ese trayecto la corbeta se cruzó con otros tres poteros que, al advertir la presencia del buque de guerra, realizaban tareas evasivas.
Poco antes del amanecer, la Drummond alcanzó y avistó al pesquero, que estaba al garete. En dicha embarcación se había desatado un principio de incendio.
Pese a las condiciones meteorológicas adversas, una dotación de la corbeta Drummond abordó el Jim Chin Tsai, que ya había sido abandonado por su tripulación que, antes de huir, abrió todas las válvulas para inundar su bodega (cargadas con varias toneladas de calamar) y la sala de máquinas.
Los marinos argentinos controlaron el incendio provocado por los asiáticos, pero no pudieron frenar el incesante ingreso de agua.
Esta última cuestión comprometió seriamente la flotación del pesquero, cuyo estado general, según se supo, era deplorable. Por ello, se decidió abandonar la nave que, en horas del mediodía de ayer, dio una vuelta de campana y se hundió en aguas internacionales.
En el momento de descubrir al Jim Chin Tsai, la Drummond realizaba un control habitual del Mar Argentino, por orden de la División Patrullado Marítimo, que tiene su asiento en la Base Naval Mar del Plata. En el momento de la detección del buque asiático fuentes navales confiaron que había cerca de 350 pesqueros, apiñados tras las 200 millas de la zona económica exclusiva argentina dedicados a la pesca del calamar.
"Controlar y sancionar"
Sobre esta constante depredación del Mar Argentino, Gerardo Nieto, subsecretario de Pesca y Agricultura, dijo ayer a LA NACION: "La postura del gobierno argentino es la de controlar y sancionar a quienes pretendan ingresar en aguas territoriales, donde existe un importante recurso pesquero disponible. Esta administración tomó la decisión de no autorizar la operación de buques extranjeros en aguas argentinas y de ejercer la presencia del Estado, tanto con patrullajes de la Marina y de la Prefectura como con la consolidación de la actividad productiva de productos pesqueros, que es lo que se quiere proteger, con una buena presencia de flotas locales. Disuasión y presencia local son las bases de esa estrategia".
"Los buques extranjeros -agregó- pueden operar en aguas internacionales. Pero quienes se estacionan más allá de las 200 millas responden a la atracción del calamar. Esto obliga a estar permanentemente en alerta."
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