Impecable vuelo inaugural del Falcon Heavy, de SpaceX
Épico. Sublime. Histórico. Poético. Ayer a la tarde, la conversación digital que se establece en la red social Twitter se quedó sin adjetivos para calificar el vuelo inaugural del Falcon Heavy, el cohete más poderoso entre los que se encuentran operativos y una nueva maravilla de la ingeniería que diseñó SpaceX, la compañía creada por el magnate Elon Musk que está revolucionando los viajes al espacio con sus cohetes reutilizables.
El lanzamiento y la recuperación de dos de sus propulsores, gracias a una compleja coreografía realizada entre lenguas de fuego y a miles de kilómetros por hora, funcionó con la prolijidad de un mecanismo de relojería que cautivó a una multitud. El lanzamiento se realizó en el Centro Espacial Kennedy (desde donde partió la misión Apolo 11, la primera que llevó al ser humano a la Luna) a las 17.45, hora de Buenos Aires, y lo siguieron en vivo por YouTube alrededor de 2.400.000 personas.
El despegue fue tan poderoso que las paredes del tráiler para la prensa se estremecieron, contó Reuters.
El cohete, de 70 metros de altura (algo así como 23 pisos), transportó el auto eléctrico Tesla Roadster de Musk (el primero que se fabricó) en lugar del cubo de cemento o acero que suele hacer las veces de carga útil. Gritos y silbidos del personal de SpaceX cubrieron la voz monocorde del controlador de misión en los cuarteles centrales de la compañía, en California, a medida que cada una de las etapas del vuelo, de apenas unos minutos, se iba cumpliendo según lo planeado.
En los últimos días, Musk había anticipado que se trataba de una prueba muy difícil y que calculaba que tenía un 50% de posibilidades de éxito. Uno de los puntos críticos fue el momento de separación de los dos propulsores laterales, que ya habían sido utilizados en vuelos de 2016, a los tres minutos del lanzamiento, pero todo transcurrió tal cual se había planeado y, gracias a la tecnología reutilizable, volaron de regreso a Cabo Cañaveral, donde aterrizaron exhibiendo una sincronización impactante.
El Falcon Heavy puede transportar el doble de la carga útil comparado con el más potente de los cohetes de que se dispone en la actualidad. Solo el Saturno V, que llevó las misiones a la Luna y voló por última vez en 1973, tenía más capacidad. Y se calcula que podrá hacerlo a un tercio del costo: 90 millones de dólares versus 300 o 400 millones.
Dotado de 27 motores orbitales, fue lanzado con tres propulsores unidos por la base. Una vez alcanzada la altura prevista, dos de ellos se separaron del cuerpo principal, dieron un giro en el aire y se dirigieron hacia su lugar de aterrizaje.
Auto en órbita
El cohete principal debía separarse de la carga al dejar la atmósfera y aterrizar en una plataforma autónoma en medio del mar, pero, dado que las comunicaciones se interrumpieron justo en el momento clave, al cierre de esta edición todavía no se sabía si había logrado culminar la maniobra exitosamente.
Lo que sí fue inyectado perfectamente en órbita fue el Tesla de Musk, con un maniquí vestido de astronauta que hace las veces de conductor, al que apodaron Starman.
Imágenes trasmitidas por la cámara que lleva el vehículo permiten ver el tablero del auto contra el fondo de la esfera azul de nuestro planeta a la distancia.
Según explica el ingeniero argentino Miguel San Martín, que fue responsable del descenso de la sonda Curiosity, de la NASA, en Marte, "el Telsa Roadster quedó en una órbita elíptica alrededor del Sol con una apoapsis (máxima distancia a nuestra estrella doméstica) que es la misma de Marte. Es decir que la trayectoria del auto se va a cruzar con la de Marte, pero no se va a poner en órbita alrededor de ese planeta".
Hijo de un ingeniero sudafricano y una nutricionista y modelo canadiense, Musk nació y creció en Sudáfrica. Compró su primera computadora, una Commodore, a los 10 años y aprendió a programar por su cuenta. Vendió su primer programa a los 12. Emigró a Canadá y estudió en los Estados Unidos. Actualmente es dueño de SpaceX, de la fábrica de autos eléctricos Tesla Motors, que acaba de presentar el primer camión eléctrico autónomo (sin conductor), y principal inversor de Solar City, que diseña productos para aprovechar la energía solar.
Probablemente no logre recuperar el descapotable que acaba de lanzar al espacio, pero si el Falcon Heavy sigue funcionando como lo mostró ayer, tal vez se acerque al sueño que anunció en una reciente reunión de astrónomos. Llegar a Marte. Pronto.
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