Hurones o erizos: la moda de las mascotas exóticas
Su tenencia está permitida, pero advierten sobre los cuidados
No cumplió aún un año de vida y Melchor ya es toda una "celebridad" en Recoleta. Extrañados al principio, los vecinos se habituaron a sus paseos. Saben que cerca de las 20 él tirará con euforia de la correa que sujeta su dueña, Luciana Ezcurra. A veces, es Graciela Monzó, la madre de esta abogada de 24 años, la encargada de pasear la nueva mascota familiar: un hurón.
Pero Melchor no es una rara avis en la ciudad. A unas 20 cuadras de allí, en Balvanera, Mónica Fonzi, de 60 años, trozará pollo, pato o conejo crudos, lo mezclará con aceite de salmón y alimento balanceado para reforzar la dieta de Claudia, Rocky, Heidi, Rambo y Richard, sus cinco hurones, dos de ellos adoptados, cedidos por otros dueños que, agotada la novedad, ya no podían atenderlos.
Sus casos ilustran nuevos hábitos urbanos: ya no son perros o gatos; ahora el auge es de las mascotas exóticas, como erizos, iguanas y geckos, loros habladores, víboras pitones y tarántulas. Ésas son las especies que cohabitan en la urbe y que el Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires (CVBA) señaló como una tendencia en alza.
El CVBA los denomina los "nuevos animales domésticos" y además de difundir un decálogo sobre tenencia responsable y salud pública instruye sobre los cuidados sanitarios que esas especies conllevan.
La demanda siempre tendrá su oferta y para ellos ya hay veterinarios especializados en mascotas de fauna silvestre, como los del grupo de trabajo Fauna Vets.
La Dirección Nacional de Fauna (DNF) es la encargada de otorgar permisos y fiscalizar la importación o el acopio de las especies silvestres, siempre provenientes de criaderos acreditados del exterior o del interior del país (ver aparte). Así, aunque no hay estadísticas para esas nuevas poblaciones, ingresan legalmente del exterior hurones, iguanas y geckos, tortugas de tierra o de agua exóticas, pitones y tarántulas. De los criaderos del interior del país, en tanto, provienen los erizos, los loros habladores, los guacamayos, las pitones albina y bola.
Pero la moda, la pasión animal -o el esnobismo, se quejan algunos- no es sólo un fenómeno local y en el caso de los hurones ha colocado a esos mustélidos en el ranking de las mascotas más frecuentes en los Estados Unidos, detrás de los perros y los gatos.
"Legalmente, la tenencia o posesión de mascotas de fauna silvestre proveniente de criaderos acreditados no está regulada -señalan en la DNF-, pero sí su comercialización, acopio y transporte." El control vinculado a la sanidad y el bienestar animal de las mascotas recae en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), agregan.
Esto quiere decir que, salvo un reglamento de propiedad horizontal que prohíba las mascotas, se puede convivir con una pitón de criadero o con veinte tarántulas. Excepto en Córdoba, donde la tenencia de hurones no está permitida, el ámbito privado es sagrado para la legislación, si se cumplen con las normativas que acrediten el origen legal del animal-mascota.
El CVBA centra la discusión en los parámetros éticos para el cautiverio y en las condiciones de vida (jaulas o terrarios demasiado pequeños y falta de información para brindar los cuidados adecuados) de determinadas especies en los hogares y alerta sobre la adquisición ilegal de mascotas no tradicionales en ferias o en negocios no autorizados por la Dirección de Fauna. "La psitacosis en el caso de las aves -enfermedad infecciosa similar a la neumonía que transmiten al hombre- es uno de los riesgos más comunes en toda la cadena de comercialización", dicen. "Y en el caso de los hurones y erizos, con procedencia legal acreditada, las patologías las padecen ellos mismos y derivan en múltiples trastornos por consanguinidad", señalan.
En el caso de la tenencia de pájaros, Rodrigo Fariña, director de Conservación de Aves Argentinas, considera: "Desde esta asociación vamos a fomentar que se disfruten las aves en libertad, más allá de la legalidad de la tenencia de determinados individuos".
Responsabilidad
"Lo que más se ve son hurones domésticos. Los importan desde hace 10 años desde un criadero de los Estados Unidos. Tanto se incrementó su tenencia que hay gente que viaja desde Chubut, San Luis o El Chaltén en avión -y no es gente de dinero- para que los atendamos", apunta el veterinario Fernando Pedrosa, especializado en fauna silvestre. "Como son animales dóciles y noctámbulos, que duermen 17 horas, los jóvenes que trabajan todo el día son los primeros en tenerlos", dice. "Y si bien son extremadamente carismáticos, inteligentes y crean vínculos fuertes con sus dueños, tienen una salud muy frágil y por eso yo los desaconsejo. A partir de los dos años, entre el 60 o 70% desarrolla algún tipo de tumor y esto termina siendo un dolor muy grande para sus dueños", cuenta Pedrosa.
Desde su primera importación, Centro Pet ha comercializado unos 3000 hurones, con el requisito excluyente de que los que compren residan en la Capital para que el animal pueda recibir una adecuada atención veterinaria. Matías Wullich, el gerente de ese comercio, elaboró a pedido de LA NACION un ranking de las especies más populares: a los hurones, que cuestan unos $ 6000, les siguen los erizos, cobayos, conejos enanos, los geckos, las pitones y las tarántulas.
"Sé cómo es convivir con un perro o con un gato, pero no tenía idea de cómo sería convivir con un hurón", dice Ezcurra. "Quería un animal que me sorprendiera y al principio fue complicado porque todo era nuevo", agrega.
Para Verónica Pesek, una diseñadora audiovisual de 30 años, los animales son su vida. Hace 22 años que convive con Petunia, una tortuga terrestre, y hace tres meses, con un erizo, Spiky, el segundo que adoptó -el primero murió-. Sin conocimientos al principio, estudió a la especie hasta convertirse en una experta y fundó Eripedia.com para asistir a otros sobre sus cuidados y promover la tenencia responsable. Instruye, por ejemplo, sobre su dieta y sobre cómo manipularlos.
A Martín Irlicht, un arquitecto de 31 años, su ex novia le regaló un dragón barbudo, que él alimenta con lombrices, grillos y cucarachas vivas.
Si hay algo que caracteriza la inclinación por los animales exóticos es, por un lado, "el compromiso con las diferentes formas de vida, y eso se ve mucho en la cantidad de animales silvestres domésticos que atendemos", dice Pedrosa. "Pero también están la moda y un sinnúmero de mascotas que al tiempo serán dadas en adopción. Por eso, en nuestro trabajo muchas veces debemos bajar línea y contagiar pautas éticas", añade.
Algo que, claramente, no necesita Fonzi: "La vida de mis hurones es maravillosa. Mientras ellos duermen, juegan y se alimentan, yo trabajo para que no les falta nada: ni las inyecciones para sus problemas con la glándula adrenal ni sus ecografías. Pero para mi hijo y para mí vivir con ellos es una excelente inversión. Ellos se llevan mis llaves, tiran de la colcha de mi cama, se esconden por recovecos, pero nos dan alegría y amor incondicional".
Criaderos legales, la clave
La ley 22.421, de conservación de fauna, no regula la tenencia de mascotas de animales silvestres en los hogares, pero sí su comercialización, acopio y transporte. El criterio general que prima es que la actividad comercial de ninguna manera puede involucrar o afectar a las poblaciones silvestres. Sólo hay excepciones para las provenientes de criaderos legalmente constituidos y cuya comercialización ha sido aprobada por la Dirección Nacional de Fauna (DNF). Las especies que ingresan o se comercializan en el país requieren de una aprobación especial por este organismo. Por eso, las veterinarias venden los ejemplares con la certificación que acredita el origen legal.
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