Humo de tercera mano: el efecto del tabaco que se descubrió en niños
Una investigación llevada a cabo por la Asociación Estadounidense de Medicina reveló las consecuencias de este mal hábito
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El humo de cigarrillo es un subproducto reconocido científicamente como cancerígeno, cuyos componentes permanecen en superficies donde se ha fumado. Estas sustancias llegan así hasta las manos de las personas, especialmente los niños, que pueden mostrar residuos asociados al humo de cigarrillo en sus dedos a pesar de vivir en casas donde no se fuma.
Así lo revela un estudio publicado en la revista digital de la Asociación Estadounidense de Medicina (AMA por sus siglas en inglés), que encontró restos de nicotina, uno de los principales componentes de los cigarrillos, en las manos del 95% de 504 niños y niñas menores de 12 años sujetos a un estudio.
El fenómeno que quiso investigarse, y que se observa en los resultados que se conocieron hoy, fue el llamado humo de tercera mano. Este término se refiere a los componentes cancerígenos del humo que permanecen en las superficies. La clasificación incluye tanto al subproducto de la combustión del cigarrillo como al exhalado por quien lo fuma.
A través de las manos estos químicos, especialmente la nicotina, pueden pasar de las superficies al organismo de personas que no fumaron o tampoco estuvieron en presencia de un fumador. Es un fenómeno que afecta a todos pero especialmente a los más pequeños, por producirse a través de las manos en una edad donde se llevan insistentemente a la cara.
Otros factores que perjudican a los niños son su mayor proporción de ingesta de las sustancias respecto a su peso y estatura, sistemas inmunes inmaduros y órganos en desarrollo. Por eso, el humo de tercera mano y su circulación entre los niños son una de las nuevas variables que comienzan a contemplarse en la lucha contra el humo del tabaco.
La investigación fue realizada en el Cincinnati Children’s Hospital Medical Center entre febrero de 2020 y mayo de 2021. Los jóvenes que participaron eran pacientes elegibles para el estudio que asistían a la sala de emergencias y un grupo de hijos de empleados del centro de salud.
Antes de pasar al estudio, donde se tomaron muestras de los dedos de los niños, tanto ellos como sus padres fueron entrevistados. Allí, las familias contaron la exposición que tenían a productos de tabaco, fumadores, y si prohibían o no fumar en determinados espacios como los autos. Los padres también identificaron su raza y etnicidad para el estudio, así como su promedio de ingresos.
El primer resultado fue que el 97.5% de los niños que habían tenido algún contacto con el tabaco, un total de 189 sobre 193, mostró restos de nicotina en sus manos. Pero otro número alto sorprendió a los investigadores: también dio positivo para restos de nicotina el 95.2% de las manos de chicos criados en ambientes libres de humo y con padres que no permitían fumar en la casa o el auto.
Pero los estudios también hallaron que distintos factores como la edad del chico, el ingreso económico familiar, tener padres fumadores, prohibir el tabaco dentro de casa y los contactos con personas que fuman sí tienen incidencia en la magnitud de la exposición a estos componentes.
Esto es fácilmente apreciable en los números que presentan los resultados: mientras que los niños cuyos padres prohibían fumar en autos o la casa tenían alrededor de 3 nanogramos de nicotina en cada muestra, los pequeños que vivían en casas o viajaban en autos donde sí se fumaba mostraron hasta 22 nanogramos del componente.
El estudio también encontró que los chicos de familias con bajos ingresos (la muestra tomada fueron menos de US$ 15.000) que cumplían las pautas de protección contra el humo del tabaco se beneficiaban más de ellas que aquellos provenientes de hogares de mayores ingresos.
Claro que ese dato también se contrasta con otro reflejado en el estudio, que es que la mayor cantidad de nanogramos de nicotina en las muestras tomadas fue de las manos chicos en hogares de menores ingresos cuyos padres fuman, permiten fumar en espacios como la casa o el auto y no toman otras medidas fueron los .
En la discusión final, los autores remarcaron que aunque pueda no ser una muestra representativa a nivel global, lo abrumador de los resultados muestra que el humo de tercera mano es un fenómeno preocupante. Además, también señalaron que aunque las protecciones de los padres sobre el tabaco no evitaron que la nicotina llegara a las manos de sus hijos, sí “redujeron la magnitud de la exposición en un 86%”.
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