Hubo una reunión de neonazis en el país
Un grupo de ideólogos del neonazismo internacional se reunió el pasado fin de semana en Buenos Aires, bajo la cobertura de un supuesto "congreso de profesores de historia".
La reunión se realizó en una sala del colegio La Salle -cuyas autoridades se sienten engañadas por los organizadores-, situado al 600 de la calle Riobamba. El lugar donde se efectuó el congreso queda en la manzana contigua al actual edificio de la AMIA.
La sala había sido contratada por Roberto Rego, propietario de la librería Huemul, y la publicidad del congreso estuvo a cargo del militante skinhead Alejandro Franze.
En un comunicado de prensa enviado a las redacciones de distintos medios el viernes, por fax, desde un locutorio público de Corrientes y Cerrito, Franze anunciaba la inauguración del Primer Encuentro del Nacional-Socialismo en la Argentina, para el que prometía la asistencia de "destacados camaradas y personalidades del exterior", entre representantes de "agrupaciones afines" de Chile, Uruguay, Brasil, Alemania, España e Italia.
Los presentes
"Asistieron unas cincuenta personas, todas de más de sesenta años", dijo Néstor Rivet, director general del colegio La Salle, a La Nación .
Rivet está indignado: "Nos engañaron, se abusaron de nuestra buena fe. Contrataron las instalaciones del colegio diciendo que era para la presentación de unos libros de historia, y terminaron haciendo un congreso de nazismo. En caso de haberlo sabido, lo habríamos denunciado".
El controvertido encuentro se llevó a cabo el sábado y el domingo últimos, en ambos casos entre las 10.30 y las seis y media de la tarde. "Sólo hubo un pequeño break al mediodía, cuando los asistentes salieron al patio del colegio a tomar café", dijo ayer Esteban Bellomo.
Bellomo es un ex alumno del La Salle que se encarga de alquilar los salones del colegio para distintos tipos de reuniones. "Cuando Roberto Rego nos contrató el salón, no advertimos nada anormal. Nos dijo que era para una reunión de historiadores, y pagó trescientos pesos por día por adelantado. Se identificó como propietario de la editorial Huemul, pero después nos enteramos de que tal editorial no existe."
La que sí existe es la librería del mismo nombre, al 2200 de la avenida Santa Fe. Es un salón atestado de libros y ayer, a las cinco y media de la tarde, se registró allí un diálogo sorprendente entre este cronista y un hombre que se identificó como "Sánchez".
-El señor Roberto Rego, por favor.
-¿Quién lo busca?
-Del diario La Nación .
-Hable conmigo.
-Quería hablar con el señor Rego.
-No puede atender a nadie. ¿Qué necesita?
-Información sobre el congreso que se hizo durante el fin de semana.
-Yo sólo contesto sobre libros.
-¿Y el señor Rego?
-No sé. Pregúntele a él.
-¿Lo puede llamar?
-No atiende a nadie.
-¿Y con quién puedo hablar sobre el congreso de historiadores?
-No sé. Yo sólo contesto sobre libros.
La librería Huemul, sucesora de la editorial del mismo nombre, fue tradicionalmente el lugar de Buenos Aires donde se podían encontrar los textos fundacionales del nazismo y el fascismo y, años más tarde, de los integristas católicos y los pensadores europeos de ultraderecha.
En el mapa del neonazismo argentino, tampoco quien firma la gacetilla de prensa del "congreso de historiadores" es un nombre desconocido.
Dirigente de un grupo llamado Partido Nuevo Orden Social Patriótico, Alejandro Franze ganó cierta dudosa fama por su militancia skinhead y las tareas proselitistas que realiza desde su puesto de venta de libros en el parque Rivadavia.
Un informe de la Policía Federal, citado por La Nación el 25 de abril último, lo equipara con el neofascista Alejandro Biondini y lo califica como "soporte ideológico y de contención" de los movimientos de cabezas rapadas. Uno y otro comparten al mismo asesor legal, el abogado Daniel Schumacher, y el control sobre un ejército fantasma que no haría trepidar las urnas: unos doscientos militantes en todo el país.
El congreso que Franze se encargó de publicitar, sin embargo, habría que verlo en otro contexto. Un evento similar se prepara en Chile para el año 2000, y otro ya habría sido abortado en la provincia de Neuquén hace dos años.
Son los sucedáneos de reuniones similares que periódicamente se realizan en Europa, y donde los nostálgicos del nacionalsocialismo se regodean negando el Holocausto, desmintiendo la existencia de las cámaras de gas y los campos de exterminio y argumentando que el diario de Anna Frank es un invento del sionismo internacional.
El "congreso de historiadores" que se realizó el pasado fin de semana en el colegio de La Salle es más de lo mismo: otra prueba, por si hiciera falta, de que el huevo de la serpiente goza de buena salud.
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