Hubo heridos y detenidos en un recital de Luis Miguel
ROSARIO.- El recital que brindó anteanoche Luis Miguel en el estadio de Rosario Central terminó en escándalo: 16 jóvenes fueron detenidos y 15 policías resultaron heridos en medio de refriegas entre los fans del cantante mexicano y los uniformados apostados para garantizar la seguridad del show.
El incidente se registró minutos después de las 21.30, justo cuando empezó la actuación de Luis Miguel. En ese momento los más exaltados empujaron los vallados para ingresar por la fuerza en el estadio, pero como la policía les impidió el paso se replegaron y desde la distancia comenzaron a arrojar piedras.
De inmediato, un grupo de efectivos a caballo se apostó frente al vallado para protegerlo, lo que obligó a los revoltosos a dispersarse. Se originaron corridas y sofocones, aunque ningún episodio de gravedad. Unos pocos minutos después la situación quedó bajo control.
"Las corridas se produjeron porque hubo un grupo de vándalos que se mezcló entre las personas que se acercaron al estadio para vivir, aunque más no sea desde afuera, la fiesta que significó la presencia de Luis Miguel en la ciudad", comentó a La Nación el comisario Hernán Cortes, responsable de la seguridad del espectáculo.
"Eran unas 200 o 300, algunos llevaban armas blancas y vestían camisetas de equipos de fútbol", describió el funcionario, y agregó: "No querían ver el recital, sólo querían causar problemas".
"Las medidas de seguridad que se tomaron, inéditas para Rosario, fueron eficaces", enfatizó Claudio Joison, responsable de la producción del espectáculo. Y agregó: "Dentro del estadio no hubo ni un solo incidente, y eso que había 25.000 personas".
"Los problemas siempre los genera la gente que quiere entrar a ver los recitales sin pagar su entrada", explicó el promotor de espectáculos, y añadió: "La situación social no es excusa. No se puede organizar un show de esta magnitud y abrir las puertas para que entre todo el mundo. Es imposible".
El recital que Luis Miguel ofreció en Rosario en 1997 también terminó en un escándalo. En las cercanías del estadio se agolpó una multitud que pedía que se la dejara entrar sin pagar. Sin suficiente contención policial, la gente presionó hasta que la puertas se abrieron. Sin embargo, eso no impidió que rompieran vidrieras y abollaran autos.
"Este año se tomaron todas las precauciones para que la historia no se repitiera y así fue", aseguró Joison.