Hospitales porteños: los residentes amenazan con un paro por tiempo indeterminado si la Ciudad no atiende sus reclamos
Lo anticiparon representantes de los profesionales que concurrirán pasado mañana a una reunión en el Ministerio de Salud local
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En las últimas semanas, se reactivó en la ciudad el conflicto con los médicos residentes de los hospitales porteños. Tras el feriado extralargo, habrá una nueva reunión con las autoridades de Salud del distrito para intentar destrabar un reclamo reiterado por las condiciones del período de formación.
Mientras que desde el gobierno local afirman que pasado mañana se sentarán a la mesa a escuchar a los representantes de la Asamblea de Residentes y Concurrentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, voceros de los jóvenes profesionales que se movilizarán al Ministerio de Salud, en Bolívar 1, anticipan que si no reciben respuestas en la reunión irán de inmediato a un paro de actividades por tiempo indeterminado.
La decisión, según detallaron desde la organización a LA NACION, la tomaron por unanimidad la semana pasada en una asamblea en la calle. Fue luego de que el ministerio les informara a los delegados que se suspendía el encuentro agendado. “Había una reunión programada y los residentes decidieron hacer paro. En medio de medidas de fuerza o un conflicto no podemos mantener una reunión”, dijo Daniel Ferrante, subsecretario de Planificación Sanitaria y Gestión en Red de la ciudad ante la consulta.
Pasado mañana, los residentes y concurrentes se concentrarán a las 15.30 en Callao y Corrientes para marchar hacia la Plaza de Mayo. El último tuvo paro alta participación en los hospitales pediátricos Gutiérrez y Elizalde y en los servicios de salud mental.
“Después del mediodía, en cualquier hospital porteño a los pacientes los recibe el residente, más con el aumento de la demanda que está teniendo el sector público. Por eso decimos que si alguna vez alguien fue a un hospital, una guardia o un centro de salud, seguramente fue recibido por un residente o un concurrente”, señaló Sebastián Goin, que este año comenzó una residencia posbásica en cuidados paliativos en el Hospital Tornú.
La principal demanda es salarial. Un residente en su primer año de formación cobra en mano $121.137, de acuerdo con un recibo promedio de septiembre. En la residencia posbásica, el salario es de $162.712 y de $167.000 los instructores. “Se están cubriendo entre un mínimo de seis y 12 guardias de 24 horas por mes, que incluyen horario nocturno y fines de semana, cuando el contrato es de lunes a viernes”, explicó Goin, que hizo los cuatro años de residencia básica en medicina general y de familia en el Argerich.
“Se están trabajando entre 90 y 100 horas semanales, con jornadas de hasta 36 horas seguidas –continuó–. Por norma, hay que irse en la posguardia y eso no siempre pasa. Algunos se van al mediodía, lo que es una jornada de 32 horas, y otros directamente se quedan a terminar la jornada. Este año, fue récord en menor cantidad de inscriptos para cubrir las residencias y las concurrencias. Los compañeros que terminan la universidad no están queriendo concursar por el bajo salario y las malas condiciones de formación, incluida la violencia y miles de horas de trabajo”.
Un profesional de la salud recién egresado puede presentarse a un concurso para cubrir una residencia. Si por algún motivo no reúne las condiciones, puede optar por una versión no remunerada de esa etapa de formación: la concurrencia. La Ciudad cuenta con unos 3600 residentes en sus hospitales y centros de salud, de acuerdo con la información oficial. “Casi no hay concurrencias en las especialidades y, los que continúan, están en general en salud mental. Este año ofrecimos 150 concurrencias y quedaron vacantes. Estuvimos aumentando entre 40 y 50 los cargos de residentes por año, que no siempre se traducen en vacantes ocupadas”, detalló Ferrante.
Desde la Ciudad reconocen que el ingreso se desvalorizó con la inflación y, desde la Asamblea de Residentes y Concurrentes, el reclamo también apunta a las entidades gremiales que negociaron la paritaria: la Asociación de Médicos Municipales (AMM) y la Federación de Profesionales. El ingreso de los residentes está atado al del personal de la salud de planta. El aumento negociado sería del 86%, según habría informado la AMM, lo que se traduciría, para voceros de la asamblea, en un ingreso de bolsillo a fin de mes muy por debajo de la mitad de ese porcentaje.
“Un ingreso adecuado estaría hoy en $250.000 en mano para un ingresante, de acuerdo con la canasta básica, incluido el alquiler –sostuvo Goin–. Hoy, un residente sería considerado pobre porque está por debajo de la canasta básica. Con una recomposición del 100%, se acercaría bastante al monto adecuado con dedicación exclusiva y sin sumas no remunerativas”.
Otros reclamos
La lista de reclamos al gobierno porteño incluye también el pase a planta al finalizar el período de formación y el aumento de vacantes. Para las autoridades del Ministerio de Salud, eso no es lo apropiado porque no es posible “aumentar súbitamente cientos de residencias” sin analizar los programas formativos, las vacantes y el presupuesto.
“No se trata solo incorporar y asignar presupuesto, sino formar a los profesionales de acuerdo con las posibilidades del sistema”, argumentó Ferrante. Esas posibilidades, según explicó, deben permitir asegurar que quienes quieren formarse lo hagan de manera apropiada. “Está la responsabilidad de otorgar un certificado habilitante después del título en una especialidad u orientación profesional –sostuvo el funcionario–. Tenemos que estar seguros, tanto el candidato como quien ofrece la formación, de que se obtuvieron las habilidades y las destrezas que se requieren para la atención de los pacientes”.
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