¿Hormona del estrés? Todo lo que puede revelar el cortisol alto en sangre
Según los especialistas, no es habitual que se evalúe en estudios de rutina, pero según la clínica del paciente puede ser un indicador de diversas patologías
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Mientras transitamos el tercer año de convivencia con el virus del Covid-19, muchas personas están volviendo a sus rutinas prepandémicas, entre las cuales se encuentran los chequeos de salud. Y algunas descubren que su nivel de cortisol —la llamada “hormona del estrés”— en sangre es elevado.
“El cortisol es una hormona que se produce en la corteza de las glándulas suprarrenales y se libera ante la estimulación por distintos tipos de estrés: emocional (como por una mudanza), físico (ante una cirugía, por ejemplo) o químico (como al presentar niveles bajos de azúcar en sangre). Por eso se lo conoce como la hormona del estrés, y tanto su aumento como su déficit deben ser detectados a tiempo para prevenir posibles complicaciones”, explicó Luciana Mangas Willging, médica endocrinóloga del Centro de Salud e Investigación Mautalen.
Es decir, el organismo libera cortisol en situaciones de alarma con el fin de prepararnos para actuar frente al peligro. En el corto plazo, esto es beneficioso porque brinda la energía necesaria para afrontar distintas dificultades, pero cuando esta liberación se vuelve constante —generalmente, porque la situación estresante no se resolvió— deja de ser positiva.
Según Daniel López Rosetti, jefe del servicio de Medicina del Estrés del Hospital Central de San Isidro, no es habitual que se indique chequear el cortisol en sangre. Sin embargo, con la expansión de la psiconeuroinmunoendocrinología clínica y la medicina del estrés se está solicitando cada vez más.
“El cortisol es una hormona que siempre se encuentra en sangre, pero se eleva anormalmente en algunas alteraciones como pueden ser algunos tumores funcionantes, hiperfunción de las glándulas suprarrenales o síndrome de Cushing, entre otros. Sin embargo, uno de los motivos cada vez más frecuentes de elevación del cortisol es precisamente el síndrome del estrés. Cuando una persona experimenta estrés de forma sostenida en el tiempo, es decir, lo que denominamos estrés crónico, se produce una cascada hormonal desde el cerebro hasta nuestras glándulas suprarrenales que eleva el cortisol sanguíneo. Por lo tanto, la medición en sangre de cortisol es una de las medidas bioquímicas útiles para diagnosticar el síndrome del estrés”, sostuvo.
Además, López Rosetti señaló que es importante tener en cuenta dos situaciones: en primer lugar, que a pesar de que el cortisol elevado es un marcador biológico importante para diagnosticar estrés, no es el único y una persona puede presentar estrés crónico sin haber elevado los valores de cortisol. Y por otro lado, que siempre es necesario evaluar otras posibles causas de elevación de cortisol.
La importancia del diagnóstico clínico
Esteban Chilelli, médico clínico del Sanatorio Modelo de Caseros, comentó que en general la evaluación de cortisol no se hace por rutina, sino que se pide cuando se sospecha de alguna enfermedad mayor en la que se produce más cortisol del normal, como el síndrome de Cushing.
“Se denomina síndrome de Cushing a un conjunto de signos y síntomas que reflejan la exposición prolongada e inapropiadamente alta de los tejidos a los corticoides. Este conjunto se compone por obesidad, estrías nuevas y violáceas, hematomas sin trauma previo, presión arterial elevada, aumento de azúcar en sangre, debilidad muscular y osteoporosis, entre otros. La principal causa es el uso de corticoides exógenos, comprimidos, inyectables o cremas de corticoides”, señaló Mangas Willging.
Por eso, para Chilelli es tan importante diferenciar el estrés, cuyo diagnóstico sería clínico, de esta enfermedad. “Si el paciente no tiene la cara redonda, hipertensión ni glucemia, dice que está trabajando mucho o que se está separando y tiene un poquito elevado el cortisol, entonces es estrés; en ese caso la forma de bajar el cortisol es con un cambio en el estilo de vida y modificación de sus hábitos. Por ejemplo, dejar de fumar, dejar de tomar alcohol, hacer actividad física, dejar el consumo de drogas, respetar el sueño, tener buenas relaciones interpersonales, meditar y/o solucionar problemas laborales o emocionales. El abordaje es interdisciplinario con neurólogos, endocrinólogos, clínicos y psicólogos”, dijo.
Desde la postura de Mangas Willging, es cierto que cuando nos estresamos aumenta un poco el nivel de cortisol, pero esa suba no sería cuantificable.
“A menos que se padezca alguna de las enfermedades en las que se produce cortisol elevado, como el alcoholismo, el síndrome de ovario poliquístico, la bulimia o la anorexia, los estudios de cortisol van a ser normales. Actualmente se piden estudios de laboratorio sin tener en cuenta la clínica del paciente y los resultados suelen confundir en lugar de aclarar los diagnósticos. Por lo tanto, es responsabilidad del médico tratante solicitar los estudios que corresponden frente a cada caso en particular”, afirmó.
Abordaje interdisciplinario
De acuerdo con López Rosetti no está claro si actualmente hay un aumento de personas con cortisol alto o si es que, con la salida de la pandemia la gente está consultando más y haciéndose estudios médicos pendientes.
En la misma línea, la médica y psicoanalista Laura Orsi comentó que durante la pandemia mucha gente no se realizó controles de salud y faltó o suspendió sus consultas por miedo. Entonces ahora, cuando están regresando a los chequeos después de dos años, aparecen muchos cuadros inespecíficos y recidivas que no se sabe si son causa de la misma pandemia o de la falta de consulta a tiempo.
“Observamos muchos cuadros relacionados con la salud mental como el estrés o el burnout. Esos pacientes, si no están en terapia, van a la consulta clínica en la que algunos médicos les piden análisis de todo para descartar patologías. La aceleración de la vida moderna hace que aunque los estudios sean buenos e importantes, no siempre es lo que necesitan los pacientes. A veces pueden necesitar alguien que los escuche”, sostuvo.
Orsi contó que, en ocasiones, los pacientes llegan a la consulta psicoanalítica ya medicados con ansiolíticos o antidepresivos por el médico clínico en su afán por responder a las necesidades o demandas del mundo moderno y acelerado. “Muchas situaciones clínicas las vemos los profesionales de salud mental porque somos los que tenemos más entrenamiento y capacitación para escucharlos como personas en su totalidad. Por eso es tan importante la interdisciplina”, concluyó Orsi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
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