Holanda: una víctima de violación murió luego de que le negaran la eutanasia
Noa Pothoven, de Arnhem en Holanda, tenía 17 años y vivía con lo que definía como un "sufrimiento inaguantable". Desde muy chica que tenía depresión y angustias causadas por haber sido abusada sexualmente, por lo cual decidió solicitar la eutanasia. Falleció el domingo en su casa de La Haya.
En Holanda se considera eutanasia tanto la practicada por el médico, como la ayuda al suicidio (con una sustancia preparada por un profesional). Puede ser concedida desde los 12 años, siempre y cuando la persona haya expresado su deseo de dejar de vivir de forma consciente y repetida; y que un médico concluya que el sufrimiento del paciente es insoportable.
Potohoven, había sido ingresada varias veces en hospitales y clínicas para tratar su anorexia que le había causado graves fallas a su organismo. En diciembre, según le contó la joven al medio The Gelderlander, llegó a pedir asistencia en The Hague, una Clínica para Morir. Si bien en un principio circuló que allí había recibido asistencia en sus últimas horas, más tarde se supo que murió en la casa junto a su madre. Se desconoce si finalmente recibió ayuda de profesionales para morir.
Según el Comité Regional de Revisión de Eutanasia, solo en 2017, unas 6585 personas eligieron la eutanasia para terminar con sus propias vidas en este país, aproximadamente el 4.4% del total de las muertes registradas en Holanda.
Su historia y su despedida
La infancia de Pothoven estuvo marcada por abusos. A los 11 años fue abusada en una fiesta y a los 14 años en un callejón de su ciudad. En su momento, no pudo denunciar los casos pero sí lo hizo más adelanta, algo que revivió el sufrimiento, según explicó su padre Lisette. Nunca pudo ruperarse del todo, y detalló su recorrido en su autobiografía Ganar o Aprender donde abarca el trastorno de estrés postraumático, la depresión y la anorexia.
Un día antes dejó un posteo en Instagram contando su historia y explicando que había dejado de comer y beber, motivo por el cual se cree que su cuerpo dejó de funcionar. La carta dice:
"Pensé por mucho tiempo si era necesario compartir esto o no, pero finalmente me decidí a hacerlo de todos modos. Tal vez resultará una sorpresa para muchos, pero yo pensé en este plan por mucho tiempo, y no tomé la decisión de forma impulsiva". Cuenta que dejó de comer y beber y que tomó, junto a un equipo, la decisión de dejar de vivir. Detalla: "Iré directo al grano: moriré en un máximo de 10 días. Después de haber luchado y batallado, siento que estoy agotada de todo esto".
Le dedicó un apartado a sus amigos y familiares en el que les pidió que no la intenten convencer: "Esta es mi decisión, y no hay vuelta atrás. Amar es también dejar ir, como en este caso".
Dónde pedir ayuda
Centro de Asistencia al Suicida (CAS): 135 línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires o (011) 5275-1135 todo el país www.casbuenosaires.com.ar
SOS Un Amigo Anónimo: (011) 4783-8888, de 9 a 19 www.sosunamigoanonimo.com.ar
Más información: www.suicidioadolescente.com.ar
Aclaración: la primera versión de este artículo afirmaba que la clínica le había concedido la eutanasia. Todavía no está confirmado que la hayan asistido profesionales para terminar con su vida.
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