Hernia incisional incarcerada: cómo es la operación que se le realizó al Papa Francisco
El Sumo Pontífice, de 86 años, fue intervenido quirúrgicamente en el policlínico Gemelli de Roma
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El papa Francisco, de 86 años, y quien anteayer por la mañana se había sometido a controles médicos, regresó ayer al policlínico Gemelli de Roma, donde fue operado a la tarde por una oclusión intestinal, es decir un bloqueo que no permite que pase comida ni líquido a través del intestino, causada por una hernia incisional incarcerada, o también conocida como encarcelada.
En julio de 2021, el Sumo Pontífice, de 86 años, estuvo 10 días en ese mismo hospital para una operación de intestino, en la que le retiraron 33 centímetros de colon. Si bien poco después Francisco contó que estaba recuperado y que podía comer normalmente, en una reciente entrevista a The Associated Press que brindó en enero, el religioso afirmó que sus divertículos intestinales habían “regresado”.
Una hernia, explica Fabio Nachman, Jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Fundación Favaloro y ex Presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, es la salida de una víscera a través de la pared muscular abdominal.
“En este caso, seguramente lo que sucedió, como sé que se operó por una obstrucción diverticular, es que el Papa tuvo una hernia a través de la incisión muscular donde accedieron en la operación pasada y evidentemente quedaron las asas intestinales (un tramo del intestino delgado) atrapadas en ese orificio. Ese atrapamiento no permite que las asas vuelvan a introducirse dentro de la cavidad abdominal y eso puede generar una obstrucción abdominal”, indica el especialista.
Ramiro Heredia es médico clínico del Hospital de Clínicas y explica que una hernia de estas características es un cuadro potencialmente grave. “En un paciente de 86 años, con los antecedentes médicos públicamente conocidos como tiene el Papa, una cirugía mayor y de urgencia como es una hernia incisional encarcelada o atascada, es un cuadro potencialmente grave. En estas patologías se da una detención del tránsito intestinal normal porque una porción del intestino se mete dentro de un orificio, en este caso, generado durante una cirugía previa. Esto lleva a la dilatación del intestino que está por sobre el bloqueo, lo que puede traer como síntomas dolor y distensión abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, y falta de eliminación de gases y/o materia fecal en algunos casos, hasta formas de diarrea (menos frecuente), en otros”, argumenta Heredia.
Sobre la intervención, Heredia explica que una hernia atascada o encarcelada es una urgencia quirúrgica, que requiere de una anestesia general, intubación orotraqueal y apoyo respiratorio en el procedimiento. “Se hace una incisión, se visualiza el intestino afectado, y se evalúa cuán vital está el intestino atascado. Una vez liberado de ese encarcelamiento, se ve cómo se recupera, o no. Si no recupera su vitalidad normal, el cirujano se puede ver obligado a tener que resecar esa porción de intestino desvitalizado, y tener que volver a unir las otras porciones. Después de hace el cierre y reparación de la pared abdominal, muchas veces con una malla, que es una prótesis especial que le aporta resistencia a los tejidos”, describe el especialista.
El parte médico oficial
“El Santo Padre, al final de la audiencia general, se dirigió al policlínico Gemelli, donde en las primeras horas de la tarde será sometido, en anestesia general, a una intervención quirúrgica de laparotomía y plástica de la pared abdominal con prótesis”, había anunciado el vocero papal, Matteo Bruni.
“La operación, concertada en días pasados por el equipo médico que asiste al Santo Padre, se hizo necesaria a causa de una hernia incisional encarcelada que está causando síndromes sub oclusivos recurrentes dolorosos y progresivos”, había agregado el director de la Sala de Prensa, en un comunicado.
“La hospitalización en la estructura sanitaria durará varios días para permitir la normal evolución post-operatoria y la plena recuperación funcional”, concluyó.
Esta fue la tercera hospitalización del Papa en dos años: a finales de marzo debió ser internado de urgencia por cuatro días por una pulmonía grave, y el 4 de julio de 2021 fue operado por un problema en el intestino, en una intervención programada. Esa vez estuvo diez días internado en el policlínico Gemelli.
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