Hallaron a un periodista cabonizado en Madariaga
GENERAL MADARIAGA (De un enviado especial).- El cadáver calcinado del reportero gráfico de la revista Noticias, José Luis Cabezas, fue encontrado ayer en el interior de su automóvil en un descampado en las proximidades de esta ciudad, y los investigadores creen estar en presencia de un homicidio.
El director de la revista, Héctor D`Amico, confirmó a La Nación que el cuerpo hallado a las 7.30 de ayer cerca de la laguna Los Horcones, era el de Cabezas.
Hasta las 5.30 de ese día, Cabezas estuvo en la fiesta de cumpleaños del empresario postal Oscar Andreani, en su residencia de Burriquetas y Troya, en Pinamar.
Interviene en el caso el juez de Dolores José Luis Macchi.
Encuentran en Gral. Madariaga el cadáver de un periodista
GENERAL MADARIAGA.- El cuerpo calcinado del fotógrafo de la revista Noticias José Luis Cabezas fue reconocido por familiares y amigos cerca de las 18.30 en la morgue del hospital local.
Once horas antes, el baqueano José Guevara recorría el paraje Manantiales cuando en una cava adyacente a la laguna Los Horcones encontró un automóvil Ford Fiesta blanco incendiado.
Al acercarse al vehículo semienterrado y aún humeante Guevara encontró el cadáver del fotógrafo, y posteriormente avisó a la policía que, en un par de horas se constituyó en el lugar.
La puerta del lado del acompañante estaba abierta. El cuerpo estaba en ese asiento y tenía las piernas fuera del automóvil.
Pocas horas después llegaron los hombres del Servicio Especial de Investigaciones Técnicas (SEIT) de la Policía Bonaerense y se abocaron a la tarea de identificar el cuerpo totalmente calcinado.
Versiones que no fueron confirmadas ni desmentidas por la policía indicaban que el cadáver estaba esposado y presentaba un balazo en la cabeza.
El reportero gráfico, de 35 años, casado con dos hijos, había viajado a la costa atlántica para hacer la cobertura fotográfica de la temporada veraniega.
El juez de Instrucción de Dolores a cargo del caso, José Luis Macchi afirmó que el cadáver "aún no fue identificado" pero que se trataría del fotógrafo debido a las características del automóvil _un Ford Fiesta alquilado por el reportero_, por una llave que se le encontró, que sería la de una oficina utilizada para sus tareas periodísticas y por el reloj.
Los investigadores intentaban reconstruir los últimos minutos con vida de Cabezas, quien estuvo hasta las 5.10 en la fiesta de cumpleaños del empresario postal Oscar Andreani, en Pinamar.
Aparentemente la policía sospecha que Cabezas fue seguido por sus homicidas cuando salió de la velada y abordado por uno de ellos. Quince minutos después lo habrían matado. Su reloj suizo se había parado a las 5.25.
En la cava del camino vecinal que une las rutas 11 y 74, la policía descubrió las huellas de otro automóvil y la tapa de un bidón de nafta.
El asesinato de Cabezas se sumó a la lista de agresiones contra los hombres de prensa.
El caso más importante y que todavía no fue resuelto corresponde a la muerte de Mario Bonino, periodista y empleado de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, cuyo cuerpo apareció flotando en el Riachuelo en noviembre de 1993.
"Era un tipo espectacular"
José Luis Cabezas, "el gordo", no era la clase de persona que pasa indavertidoo. Sus colegas recuerdan su calidez, su entusiasmo en el trabajo y, sobre todo, su sentido del humor.
"Llegaba a un lugar y enseguida se hacía amigo de los mozos del hotel del gerente, de todo el mundo," recordó ayer un compañero.
Casado, con dos hijos pequeños, fanático de Independiente, vivía en Palermo viejo y a los 35 años se había ganado un lugar importante entre los fotógrafos de su revista.
Cubría la temporada de Pinamar para Noticias desde hace cinco temporadas, donde mantenía una estrecha relación con el intendente y el jefe de policía de la ciudad.
Se especializaba en producciones fotográficas y el año pasado viajó a Italia para un reportaje con Domingo Cavallo y a Nicaragua para fotografiara las hijas Enrique Gorriarán Merlo.
"Yo lo defino como un verdadero periodista," dijo Pablo Sirvén, editor general de la revista. "Era muy perseguidor, se metía en todos lados. Un tipo espectacular, un gran compañero."
Ninguna tuvo tanta repercusión como la foto de Alfredo Yabran disfrutando del espectáculo de fuegos artificiales en Pinamar durante el verano de 1995. Fue la primera foto que se publicó de Yabrán en más de 20 años y al empresario postal no le gustó nada.
Según fuentes confiables, al enterarse de la producción fotográfica, Yabrán le habría dicho a un editor de Cabezas: "Si publican esa foto es como pegarme un tiro en la cabeza."