Hadad retomó el control de las emisoras que había vendido
El empresario mudó sorpresivamente los estudios, que ya no comparten sede con C5N
La plata no llegó porque el nuevo dueño no tiene certeza de que pueda comprar y el antiguo dueño se enojó y se llevó lo que hasta hace algunos meses era de su propiedad. Esa podría ser la sinopsis del nuevo capítulo de la novela en la que se convirtió la transferencia que el ex periodista Daniel Hadad hizo de sus medios de comunicación al empresario kirchnerista del juego Cristóbal López, dueño del grupo Indalo.
Las razones no están confirmadas porque ninguno de los actores acostumbra a responder las consultas de los periodistas, aunque ambos estén en el negocio de la comunicación. Lo cierto es que anteayer, alrededor de las 17, Hadad "se llevó" sus radios -la 10 y las FM Vale, Metro, TKM y Pop- de la sede que compartían con el canal C5N -en Fitz Roy al 1900- al antiguo edificio donde nació el desmembrado grupo de medios, en la esquina de Uriarte y Nicaragua, corazón de Palermo.
Según pudo saber LA NACION, Indalo sólo pagó el 30% de lo que se había comprometido a abonar por C5N y las radios, más de US$ 40 millones (cifra que para algunas fuentes sólo era una parte del acuerdo). Ante los reclamos desatendidos, Hadad -que durante varios meses no se dejó ver por esa zona- decidió recuperar las emisoras. Y no fue una metáfora. "En media hora tenemos que despejar el lugar sí o sí", ordenó anteayer a las 17.30 la gerencia general de las emisoras, siempre a cargo de José Luis Pagano, según describió el sitio especializado partedelshow.com.ar. Y como toda mudanza, fue estresante para técnicos, conductores y hasta el propio Hadad, que la habría encabezado.
Después de varios meses de versiones y desmentidos, la venta en paquete del canal y las radios había sido confirmada el 26 de abril mediante un comunicado del grupo Indalo que decía escuetamente: "Daniel Hadad ha aceptado la oferta irrevocable de compra de acciones por el control de C5N, Radio 10 y las FM Vale, Mega, Pop y TKM".
Tras esa venta, una rebelión pacífica encabezada en junio por Marcelo Longobardi y Oscar González Oro contra el desembarco del periodista Javier Romero como gerente de las emisoras encontró a Hadad de viaje en el exterior. Eso le valió incluso un reproche al aire del propio Longobardi. Al desmentir la designación de Romero (impulsada por el jefe de Gabinete Juan Abal Medina), Indalo afirmó que "no ejerce ningún tipo de control sobre el contenido de Radio 10, Mega, TKM, Vale y POP hasta tanto se apruebe la compra de esas emisoras" por parte de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca).
Conocida la transferencia, el presidente de Afsca, Santiago Aragón, había dicho al diario Página/12 que la venta era sólo una "versión" y había adelantado que "la ley de medios no permite que el comprador se haga de más licencias de las permitidas, ni aún cuando se desprenda de ellas, porque estaría ingresando al mercado infringiendo la norma". Este era el punto porque, para el caso porteño, la ley sólo permite que una empresa privada controle hasta una AM y dos FM.
Sin embargo, la propia Afsca reconoció de hecho la transferencia al informar la semana pasada que Indalo está entre los grupos que deben comenzar "el proceso de adecuación a la norma". Si sólo fuera dueño de C5N, una señal de TV paga que sólo requiere un registro, Indalo no tendría nada a lo que adecuarse.
Con escaso avance en la aplicación de la polémica norma, Afsca estaba en una posición incómoda para aprobar la transferencia. Y sin ese visto bueno no hay venta posible. De hecho, según la ley de medios, las licencias son intransferibles, salvo que ese pase de manos se haga para adecuarse al nuevo marco legal (es decir, para desinvertir). En otras palabras, hasta que Afsca no lo autorice, las radios siguen siendo de Hadad.
En rating, el canal C5N está lejos de su principal competidor TN (Grupo Clarín). En cambio, Radio 10 es la emisora de mayor audiencia en el área metropolitana, con hasta el 50% del público. En el caso de la señal de TV paga, Hadad sólo era el socio gerente, mientras que en las otras emisoras él y su esposa -Viviana Zocco- son dueños de todas las acciones.
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