Hackeo al PAMI: se agrava la atención médica y en farmacias a los afiliados
A más de una semana de la caída del sitio, este jueves empezaría a funcionar en una plataforma online externa la emisión de recetas y órdenes médicas; el organismo atribuyó el ataque a un software que secuestra datos sensibles
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Una resolución del PAMI atribuye oficialmente a un software malicioso que secuestra información sensible a cambio de un rescate la caída de sus servidores, que desde hace ya más de una semana altera el ritmo de las prestaciones a millones de jubilados y pensionados en el país. A partir de este jueves, según pudo conocer LA NACIÓN, podrían volverse a emitir recetas y órdenes electrónicas para subsanar temporalmente los problemas que está ocasionando la vuelta al uso de papel y la carga manual de datos.
Esto es porque, por el momento, no hay una estimación técnica tentativa de cuánto podría demorar la resolución de la intrusión, que recién se hizo pública el miércoles pasado. “Los sistemas informáticos del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (Inssjp) han sido vulnerados como consecuencia de un incidente informático conocido como ransomware Rhysida”, se lee en la resolución del PAMI de este lunes que lleva la firma de su directora ejecutiva, Luana Volnovich.
El organismo negó a este medio haber recibido un pedido de rescate tras el ataque, a diferencia de lo que viene ocurriendo en otras áreas del Estado y privados en los últimos meses. Pero, también, la primera reacción del organismo con prestadores enlazados con su plataforma online fue negar el ataque a comienzos de la semana pasada. Argumentaron, en cambio, que las dificultades se debían a que estaban cambiando los servidores.
La intrusión en los servidores del PAMI, de acuerdo con la resolución oficial, paralizó el sistema de emisión de recetas y órdenes electrónicas que usan los profesionales que atienden a los afiliados, como así también el de control, registro, dispensa y auditoría de medicamentos de la institución (FarmaPAMI). Tampoco funciona el sistema nacional de trazabilidad de medicamentos y productos médicos de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) porque está alojado en los servidores de la obra social.
“Cuando un médico de cabecera elabora una receta electrónica, a través del sistema sabe qué fármaco existe en el país y está aceptado para su cobertura –explicó una de las fuentes consultadas–. Esa receta queda automáticamente disponible en la farmacia del país que se presente el afiliado y con todos los datos necesarios. Eso ocurre a través del sistema FarmaPAMI que se presente el afiliado. Esto, con la receta de papel no está ocurriendo y es un problema tan grande por el desastre de perder transacciones.”
Una solución temporal dada la emergencia comenzaría a activarse este jueves: los profesionales empezarían a usar una plataforma externa (posiblemente de Fefara Federación Farmacéutica, una de las entidades que representan a las farmacias) para que los médicos emitan recetas y órdenes electrónicas.
En tanto, la Anmat autorizó a la industria farmacéutica y de productos médicos a venderle a droguerías, obras sociales e instituciones sin ingresar la información al sistema nacional de trazabilidad.
En las farmacias
En una recorrida de LA NACIÓN por farmacias, se pudo constatar que algunos afiliados de la obra social no pudieron acceder a sus medicamentos en tiempo y forma por la caída de los servicios online, otros no recibieron los descuentos habituales y un tercer grupo debió ir hasta el médico de cabecera para que conseguir una receta en formato papel.
“Tomo medicación para la diabetes. La semana pasada fui a buscarla a la farmacia porque se me había terminado, pero cuando llegué no podían acceder a mis recetas porque habían hackeado el sistema”, contó Eduardo G., de 80 años. Él debió ir al consultorio de su médico de cabecera para que le haga la receta en papel y luego volver a la farmacia para poder continuar con su tratamiento, que tuvo que interrumpir por la falla del sistema: “Estuve tres días sin la medicación, pero una vez que entregué la receta física me los dieron con regularidad y con el descuento”, explicó.
Uno de los empleados de la farmacia Troilo, ubicada en Olivos, explicó que por el hackeo, los médicos ya que no pueden cargar las nuevas recetas al sistema, pero afirmó que los afiliados del PAMI pudieron retirar sus medicamentos de manera habitual.
Una empleada de Openfarma, en Vicente López, afirmó que fueron muchos los jubilados que no pudieron continuar con sus tratamientos, porque debían volver a su médico de cabecera para conseguir la receta en formato papel y luego regresar a la farmacia para que la carguen al sistema ad hoc.
“El viernes tengo turno con el cardiólogo, pero cómo se cayó el sistema tuve que ir a que me hagan la derivación a mano. Entonces fui a ver a la doctora que me habían asignado el 1° de agosto y resulta que no atendía más por PAMI, así que tuve que ir a la sucursal donde me derivaron a un médico que me hizo las derivaciones a mano. La atención fue buena, pero mientras estuve ahí no paraban de llegar personas con problemas, uno tras otro”, contó María Cristina Bondarchuk, de 72 años.
“Yo me presenté el jueves 3 en la farmacia habitual, y me dijeron que habían hackeado el sistema de PAMI. Que si era una carga anterior [de la receta digital] se podía realizar la compra, pero no se respetó el 100% del descuento en los medicamentos, le realizaron a todos el 50%, yo los llevé igual y aboné $15.000. En otras circunstancias esos medicamentos se los llevaba de manera gratuita”, contó Gabriela Radivozñuk, que está a cargo de su padre de 84 años.
Además, contó la difícil situación de su madre: “Tenía que hacerse órdenes oncológicas, al no tener sistema no pudo presentar la orden médica electrónica, que la habilita para que la atiendan. Las recetas fueron pasadas en papel, que serán aceptadas solo si no hay sistema, si no continúa el conflicto se debe volver al doctor para que las cargue al sistema. Esto implica ir a la suerte de la mañana para hacer la fila, esperar que la carguen aproximadamente tres horas y volver a iniciar los trámites en la agencia PAMI, para autorizar continuidad en tratamiento de quimioterapia”. Y lamentó: “Por lo tanto, estamos esperando que no se arregle hasta que tenga la autorización”.
Por otro lado, contó: “En la farmacia, el empleado me contaba que recibían las órdenes en formato papel, pero que no podían guardarlas porque no tenían forma de constatar que fueran firmadas por médico perteneciente a PAMI”.