Hacia una enfermedad endémica: qué cuidados contra el Covid deberíamos sostener en la nueva etapa
Si bien hay quienes piensan que la pandemia entró en etapa de transición, los expertos advierten que todavía puede haber rebrotes y recomiendan mantener medidas de prevención
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El barbijo va a seguir estando presente en nuestras vidas por un tiempo, aunque viaje buena parte del camino en el bolsillo. No deberíamos volver a compartir mate con otros, ni abandonar el hábito del alcohol en gel ni del lavado de manos. El sistema presencial deberá convivir con el virtual por el próximo año, tanto en los trabajos y en el estudio como en las consultas médicas. No volveremos a darnos besos con los conocidos, sino solo con los más cercanos. Probablemente, tengamos que vacunarnos contra el Covid una vez al año. Así será la próxima etapa, la “nueva” nueva normalidad. Durante los próximos meses, transitaremos el pasaje de la pandemia a la endemia, advierten las autoridades. Será un giro en el que la enfermedad no habrá desaparecido, pero nos habremos acostumbrado a convivir con ella fuera de la zona de peligro.
Los números son auspiciosos. Desde junio los casos han ido bajando en todo el país, aunque los especialistas observan con cautela el leve repunte en las últimas dos semanas. Las terapias intensivas y los centros de testeo tienen la menor demanda desde el comienzo de la pandemia. La vacunación avanza y más del 55% de la población recibió las dos dosis. Además, el 12% de la población ya tuvo la enfermedad. Y lo más importante, el número de fallecidos diarios sigue descendiendo. Hace dos semanas, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, vaticinó que probablemente para 2022 el virus se vuelva endémico, es decir que los contagios sigan existiendo, pero que su impacto sea bajo y circunscripto a determinadas épocas del año. Entre los especialistas a nivel mundial, hay quienes dicen que la fase endémica comenzará en el próximo otoño y otros dicen que será para finales del año. Sin embargo, ante el nuevo repunte de casos en Europa y en países que empiezan a acercarse al invierno y en el caso de la Argentina el incipiente aumento de la incidencia de la variante delta en varias provincias, se abre el interrogante de si realmente nos acercamos al fin de la pandemia. Deberá ser la Organización Mundial de la Salud (OMS), que declaró el 11 de marzo de 2020 el inicio de la pandemia, la que determine si ha llegado su fin como tal. La pregunta es ¿cómo cambiarán nuestras vidas en los próximos meses, en esta transición hacia esta nueva etapa?
Las nuevas aperturas y flexibilizaciones alientan a pensar que la transición ya comenzó. Los fines de semana, cada vez que el clima lo permite, los bares y restaurantes viven una verdadera primavera. Lo mismo ocurre en los paseos tanto cerrados como al aire libre, y los parques y plazas se llenan de actividades. Aunque muchos todavía no se animan a sacarse el barbijo después de tantos meses con la boca tapada, el clima que se vive es de final de ciclo. Y de comienzo de una nueva etapa.
“Se terminó. Mirá, la pandemia se terminó”, dijo Sofía Bustamante, de 33 años, mientras paseaba con su familia por los alrededores de la plaza Arenales, en Villa Devoto, donde prácticamente no había espacios vacíos, ni en el pasto ni en la peatonal donde los barcitos tendían sus mesas. “Si no suben los casos después de esto, significa que ser terminó. Por suerte”, dice en medio de un suspiro. Se trata de una sensación compartida por gran parte de la población. Por más que no abandona muchos de los hábitos que incorporó hace un año y medio, habla del alivio psicológico que siente al pensar que la peor parte de la pandemia ya quedó atrás.
“El alivio es más psicológico que epidemiológico. Y está bien que así sea. La gente siente que por fin estamos iniciando otra etapa. Eso es muy bueno. Pero repito, sería un error descuidarnos en esta fase. Relajarnos demasiado, porque sería dar un paso atrás. Todavía estamos en pandemia y no sabemos cómo se va a comportar el virus en los próximos meses”, apunta Eduardo López, infectólogo y miembro del comité de especialistas que asesoran al Presidente sobre el manejo del Covid.
“Estamos en transición. Sin embargo, todavía tenemos que atravesar el rebote de la variante delta que está aumentando en el país. Esa sensación de que la pandemia es pasado me parece que tiene más que ver con la voluntad política del Gobierno de decir que esto terminó. Estoy de acuerdo con flexibilizar algunas medidas, por ejemplo, con el uso no obligatorio del barbijo en ambientes abiertos y las nuevas aperturas. No hay manera de poder sostener restricciones más tiempo. Si la tasa de muertes es baja, vamos a tener que buscar la forma de retomar actividades conviviendo con el virus”, apunta Adolfo Rubinstein, epidemiólogo, exsecretario de Salud de la gestión de Mauricio Macri y candidato a diputado.
Proceso
Pasar de pandemia a endemia significa justamente poder convivir con el virus, explican los especialistas. La OMS considera que una enfermedad es una epidemia cuando se vuelve muy contagiosa, se propaga rápidamente en una población y afecta a un gran número de personas en poco tiempo; en el caso del Covid, esta denominación llegó el 30 de enero de 2020. Una epidemia se vuelve pandemia cuando la propagación trasciende las fronteras y afecta a distintos países en distintos continentes, con picos progresivos y difíciles de predecir o controlar, tal como se declaró el 11 de marzo de 2020 con el coronavirus. En cambio, la característica de la endemia es la estabilidad. La enfermedad se mantiene de forma estacionaria en una población. No desaparece, pero se circunscribe a una región, a una población epidemiológica de riesgo o a una estacionalidad. Esto, aunque puede producir muertes, la vuelve controlable. Con las medidas adecuadas, la población puede convivir con la enfermedad y seguir con sus actividades.
“Por ejemplo, la gripe o el virus de la bronquiolitis son estacionales. ¿Qué va a pasar con el coronavirus? No se sabe. Si se vuelve endémico necesitaremos una vacunación anual. En los próximos meses, requeriremos una tercera dosis para la población de riesgo, que se vacunó hace 10 meses. Pero para que el virus se vuelva endémico debemos acelerar la vacunación de la población que todavía falta. Esta etapa es clave. O el virus se vuelve endémico, o al encontrar población susceptible puede seguir mutando y generando nuevas cepas. Mi impresión es que vamos a tener nuevas olas, pero progresivamente de menor impacto. Otra posibilidad es que el virus haga foco en los más chicos, ya en otros países están aumentando los contagios en población pediátrica”, apunta Rubinstein.
¿Qué medidas deberían sostenerse en la transición a endemia? “Hay medidas que deberían sostenerse, para minimizar el impacto. Por ejemplo, continuar usando el barbijo en lugares cerrados. Evitar la presencialidad siempre que sea posible. El teletrabajo debería continuar y en aquellas actividades que lo permita, que la interacción física sea durante esta etapa de una o dos veces por semana. En medicina, las teleconsultas llegaron para quedarse, lo mismo que el comercio electrónico y la educación virtual en los niveles superiores”, agrega. “El hábito de compartir el mate no debería volver. Darse besos con todos, tampoco”, recomienda.
“La pandemia todavía no terminó. No podemos decretarlo. Es una cuestión epidemiológica macro. Si estas semanas vimos que, de la mano de la apertura de locales y boliches, en ciertas localidades del interior se produjeron brotes; quiere decir que todavía nos falta”, afirma la infectóloga Elena Obieta, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
“Cuando la enfermedad sea endémica, vamos a tener que seguir con la alerta frente a la aparición de síntomas. Acudir pronto al testeo y activar el aislamiento. Creer que esto se terminó es un tremendo error, es lo peor que podemos hacer. Sobre todo en el escenario actual, de circulación creciente de la variante delta. Hoy una persona vacunada de forma completa puede adquirirla”, detalla la especialista. Según considera, se confunde la baja de casos con el inicio de una fase endémica. “Hasta que no se acaben los susceptibles, que son los chicos, va por seguir habiendo mucha circulación viral. Además, no sabemos cuál es la inmunidad de la población que se vacunó en enero”, señala.
En algún momento, la enfermedad se va a convertir en una dolencia equivalente a un resfrío anual y esto marcará el comienzo de la endemia. O bien podría desaparecer por completo. Todavía eso es un interrogante. “En el próximo año seguramente tendremos que seguirnos cuidando. Barbijo en espacios cerrados, evitar los puntos de contacto muy cercanos. Aislarse ante la aparición de algún síntoma, testearse pronto”, resume.
En alerta
“La población lo debe tener en claro: todavía estamos a nivel mundial en pandemia. En los países que se acercan al invierno están aumentando los casos y también en Singapur. La Argentina está en una curva hacia la baja, pero está aplanada. Y hay un aumento importante y lento de delta. Hay que esperar por lo menos a mediados de noviembre para ver si repunta el número de casos”, advierte López.
Hay elementos auspiciosos para el país, dice: “En la Argentina tenemos a favor que está vacunada más de un 55% de la población con esquema completo y un 12% cursó la enfermedad clínica. Pero todavía para garantizar que va a ser endemia nos falta transitar una etapa. El próximo mes va a ser clave”.
¿Cuándo comenzará la endemia? No se sabe. “Algunos dicen fines de 2022, otros durante el otoño. Lo que sabemos es que estamos en un momento bisagra”, explica López. “Una cosa es creer que la pandemia terminó y otra que nos acostumbremos a vivir con el virus. Esto tiene más que ver con el impacto psicológico. Pero la etapa que sigue implica aprender a cuidarnos sin cerrar actividades”, agrega.
“Estamos en camino a la transición. La enfermedad será pandémica cuando haya una ecuación entre inmunidad natural y una amplia cobertura de vacunas. También será definitorio que surjan tratamientos preventivos. De esto dependerá que la transición sea más rápida o más lenta — indica el infectólogo de Funcei Pablo Elmassian —. Un ejemplo muy gráfico es el del cáncer. El equivalente a entrar en endemia es cuando el cáncer, después de todo el tratamiento, entra en remisión”. Y añade: “El fin de la pandemia no va a significar que la enfermedad desaparezca, sino que podamos convivir con ella de manera controlada”. En esta nueva etapa, será fundamental pasar en limpio las lecciones aprendidas durante la pandemia.
“Hay cambios que costaron mucho y deberíamos sostener. Por ejemplo los hábitos de higiene. Desde el lavado de manos hasta la limpieza de superficies. Sabemos que este virus no se transmite de esa forma, pero hay otros que sí. Esta es una forma de prevenir otras enfermedades. Tampoco deberíamos dejar de usar el barbijo frente a aglomeraciones de personas. Y otro error sería en esta nueva etapa volver completamente a la presencialidad. La virtualidad nos dejó muchas lecciones. Y una estrategia que combine ambas cosas nos va a permitir evitar rebrotes y hasta picos de otras enfermedades infecciosas. La mayor ventilación en aulas y lugares cerrados debería quedarse”, sugiere.
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