Hacia una cultura emprendedora y del freelance
Tecnología, movilidad y cultura mediante, cada vez más las nuevas generaciones consideran el "modo freelance" de trabajo como una prerrogativa aspiracional y proyectual. Al tiempo que la estructura tradicional de empleo de 9 a 5 va perdiendo atractivo para los más jóvenes, empujados en parte por economías que fluctúan, pero también por la necesidad de libertad, flexibilidad y un mayor balance vida/trabajo, el freelancer deja de ser un caso marginal y ya se habla del impacto global que tiene la freelance economy.
En Estados Unidos hay al menos 53 millones de personas que trabajan de esta manera, y para 2020 se proyecta que el 50% responderá a esta modalidad. En nuestro país, el trabajador freelance está usualmente asociado con el emprendedurismo. En este sentido, según datos del GCBA, el perfil del emprendedor muestra que el 84% lo hace por oportunidad y deseo más que por necesidad (42% mujeres, 58% hombres), en una edad promedio de 35 años y con una tasa emprendedora del 12,7 por ciento.
Ante un panorama cambiante, revolución tecnológica de por medio y con la fluctuación económica en mente, otro de los atributos que se suele destacar como fundamental en la formación de los trabajadores del futuro es la versatilidad. Según Nubelo, para 2020 uno de los atributos esenciales de los trabajadores será su capacidad de adaptación. En simultáneo, el joven freelancer debe enfrentar un sistema educativo que todavía no está del todo preparado para pensar el futuro del trabajo en clave millennial. ¿Cómo se las ingenian entonces las universidades para captar al público joven y fortalecer las aptitudes necesarias?
Cómo responde la universidad
"No puede desentenderse de lo que está pasando en cuanto a nuevos formatos laborales. Observamos cada vez con más frecuencia la figura del nómade digital, que es la gente que trabaja desde cualquier lugar del mundo. Los estudiantes empiezan a cursar con una idea y, como el mundo laboral es tan flexible, el formato de cursada va cambiando. Así un alumno empieza hoy, pero resulta que viaja por temas laborales; acaba por establecerse en otro país, pero no por eso deja de estudiar, aun a pesar de cambiar el lugar en el que reside", comenta de la UP Gabriel Foglia, decano de Ciencias Económicas. " Así que la educación a distancia es una manera más de adaptarse a estos tiempos y poder darles a los estudiantes la posibilidad de capacitarse no sólo yendo a estudiar a un lugar físico",
Con respecto a la cuestión del emprendedurismo y cómo se fomenta este rasgo en lo educativo, Oscar Echevarría, decano de Diseño y Comunicación de la UP, nos cuenta que desde la Escuela de Emprendedores Creativos DC es en donde se forma a los emprendedores y freelancers que el mundo creativo y cultural contemporáneo demanda. "La facultad integra la formación emprendedora y freelance, porque los conocimientos requeridos y el desarrollo de las habilidades (autonomía, expresión, administración de tiempos, gestión y proyección) para el desempeño exitoso tienen la misma metodología y fundamentación."
Por su parte, en la Untref, el director del Centro de Innovación y Desarrollo de Empresas y Organizaciones (Cidem), Tomás Jellinek, explica que desde este lugar "hemos generado un espacio de acompañamiento y fortalecimiento de estas competencias emprendedoras. Desde el Gabinete E!, nuestro espacio de pre Incubación, se brinda capacitación y se da asistencia técnica. También se promueven acciones concretas que involucran a docentes y alumnos con actividades que los ponen en contacto con situaciones relativas al emprendedor y su emprendimiento, o a su futuro profesional como freelancer (por ejemplo, la presentación a líneas de financiamiento y premios, y concursos que fortalezcan los proyectos más allá de lo estrictamente académico)".
Según referentes de la UAI, el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están modificando la vida cotidiana y profesional a nivel local, regional y global, de modo que el rol de la universidad es encontrar un nexo entre el conocimiento y el contexto en el que se vive. De esta forma, la UAI promueve programas académicos que favorezcan la producción, el desarrollo y la transferencia del conocimiento, apuntando a formar líderes con pensamiento creativo e innovador.
Néstor De Vincenzi, rector emérito de la UAI, cita al Uaitech como el ejemplo de esta búsqueda. "Es un programa de aceleración de negocios de base tecnológica creado por la Facultad de Tecnología Informática de la UAI y que forma parte de su plan integral de capacitación e investigación en ciencia y tecnología. Este programa ha sido establecido para dar soporte a las necesidades que tienen los emprendedores y la comunidad empresarial, para desarrollar sus ideas de negocios basadas en la innovación, los productos y servicios tecnológicos, dirigidos a un mercado cada vez más globalizado."
Fundación UADE viene impulsando esta formación en su Centro de Entrepreneurship (uno de los pioneros en el sector con casi dos décadas de existencia) y más específicamente a través de programas integrales como el Teaching Business, que establece como requisito formal curricular la incorporación de habilidades emprendedoras y el desarrollo de planes de negocios entre los estudiantes de todas sus carreras (aun las que el común de la sociedad no suele vincular con los negocios).
Independientemente del foco en las nuevas maneras de aprendizaje vinculadas a la incorporación de la tecnología (uno de los campos con más crecimiento y demanda de egresados), ¿qué otros aspectos cruciales se deberían tener en cuenta a la hora de pensar en la formación del estudiante? Autonomía, autogestión, iniciativa, pensamiento crítico, algunas de las aptitudes que se deberían tener en cuenta. A su vez, algunos especialistas opinan que se debería poner el foco en abrir el espectro de posibilidades de elección para los futuros profesionales, facilitándoles el conocimiento de otras modalidades laborales más allá del empleo tradicional.
"En el nuevo escenario global de los negocios, ser un buen ejecutante (por sí solo) ya no basta. Durante años se han formado profesionales con dicha impronta, pero el mercado pide otra cosa: el profesional de hoy debe ser proactivo, proponiendo y desarrollando nuevos negocios e incorporando valor, ya sea en relación de dependencia (intrapreneur) o en su propia empresa (entrepreneur), de la visión tradicional de «costo» a una mucho más moderna de «generador de valor»", concluye Damián Martínez, coordinador del Centro de Entrepreneurship de la Fundación UADE.